Aquí en el estado hemos vivido acontecimientos que han llevado a la confrontación a personajes que hoy el destino los pone juntos en el mismo camino.
Un ejemplo claro es el del ya candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) al gobierno estatal, Graco Ramírez Garrido, y del aspirante a la senaduría por ese mismo instituto político, Juan Salgado Brito.
Muchos quizás ya no recuerden con precisión que cuando la presidencia de la república en manos de Ernesto Zedillo Ponce de León decidió acelerar el paso para cesar al general Jorge Carrillo Olea como mandatario estatal, envió de avanzada a encabezar un movimiento social en su contra precisamente a Graco.
Las cosas se fueron poniendo cada vez más difíciles hasta que por el 12 de mayo de 1998 se procedió al cese; sin embargo, los priistas no habían operado el relevo y JCO tuvo que aguantar una semana más al frente ya destituido.
Pero en ese lapso quien se perfiló en primer término para dar continuidad a los dos años que le faltaban al periodo constitucional fue Juan Salgado Brito, decisión que se tomó como siempre en el centro del país.
Pero con el rollo que traía en medio y su relación directa con Zedillo, Graco tuvo la posibilidad de enterarse de primera mano de ello y filtró la información a los diputados locales perredistas y panistas de aquel tiempo a fin de que se fueran con todo encima de Juan Salgado.
Así fue; se armó un escándalo porque todavía azules y amarillos tenían la esperanza de pelear el lugar y le frustraron el proyecto de ocupar la gubernatura por lo menos dos años.
Ya se imagina el encono y rivalidad política que por mucho tiempo permeó entre ellos dos. Sin embargo, como decíamos en los comentarios iniciales, en la política cualquier cosa es posible; y quién lo diría, que al paso de algunos años estarían del mismo lado y defendiendo los mismos intereses partidistas, en este caso los del PRD.
Salgado Brito a la postre logró ser el candidato del PRI al gobierno morelense en el 2000, pero fue vencido por Sergio Estrada Cajigal y para el 2003 logró entrar al Congreso local como legislador priista por la vía plurinominal.
Pero en el 2006 intentó de nuevo la candidatura y salió muy peleado con la entonces dirigente del CDE, Maricela Sánchez Cortés, quien se quedó con esa posición para perderla, claro. Pero ya le había causado un enorme daño a Juan y éste, como muchos otros, buscó refugio en otras trincheras, en este caso la del perredismo sobre todo por la tendencia que traía su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador.
Graco fue el principal responsable que no ocupara la silla en el gobierno de Morelos, pero ahora como aspirante al Senado tendrá que abonar en la medida de sus posibilidades para que el tabasqueño sí alcance su sueño, porque hace años que también busca por todos los medios a su alcance ser jefe del Ejecutivo en esta entidad.
Graco llegó al estado en aquella oleada de las elecciones del seis de julio de 1988, es decir, se instaló acá por ahí de 1987 porque venía en el grupo de campaña de Cuauhtémoc Cárdenas como candidato presidencial.
Simplemente buscó espacio de residencia y comenzó a meterse en cuestiones de política local, hasta lograr que el PRD lo considerara en una diputación federal por Morelos, aunque aquí no representaba a nadie.
Por lo menos, el sueño de ser candidato oficial se le concedió. Sin embargo, no le será nada sencillo alcanzar al triunfo. Ayer dialogábamos con algunos de los fundadores de este partido de izquierda y decían que ellos darán un paso atrás, porque no comparten esta determinación del CEN.
Incuso se dijeron sorprendidos por ello, porque recuerdan que fue uno de los que le dio la espalda a Andrés Manuel López Obrador tras las elecciones del 2006, conjuntamente con Jesús Ortega y Jesús Zambrano, ex líder y actual dirigente nacional del PRD respectivamente.
No obstante, insistimos, en asuntos políticos los rivales de ayer pueden ser los aliados de hoy y como en el caso de JSB y Graco, también AMLO tendrá que impulsar electoralmente a quien lo ha traicionado en reiteradas ocasiones, y si se le presenta otra, lo volverá a hacer.