No es fácil el trabajo de un legislador, más aún la ciudadanía difícilmente lo entiende, porque sus funciones son múltiples, una de ellas, tal vez la más trascendental, es revisar y en su caso rechazar o aprobar las cuentas públicas de los ayuntamientos y del Gobierno estatal.
Claro, igualmente deben desarrollar todo tipo de gestiones a favor de sus representados y ofrecer apoyo a aquellos que realmente lo requieren, sirviendo de intermediarios con las instituciones públicas.
Pero en mucho, el observador externo centra sus críticas con base en el trabajo legislativo y cuando éste no es del nivel que espera, comienzan los inconvenientes. Un poco de eso ha venido pasando con las recientes legislaturas, no ha sido precisamente de lo mejor el esfuerzo en materia de proyectos de reformas legales y eso les ha pegado demasiado.
Pero el tema de hoy va más bien con la intención de señalar que entre el sindicato del Poder Legislativo y el grueso de los diputados hay un serio problema en este momento, que incluso ha llevado a la cancelación en la entrega de muchas prestaciones de los empleados -específicamente 127 que están sindicalizados-.
Es decir no están recibiendo sus despensas, tampoco pagos de compensación, y otros beneficios que además son de rigor, que ni los legisladores deben escamoteárselos.
Pero ¿cuál ha sido el origen de estos inconvenientes?, que por mayoría el gremio rechazó sindicalizar a una serie de personajes con ingresos hasta de más de 20 mil pesos, que fueron propuestos por buena parte de los representantes populares.
Sí, como cada fin de legislatura, los señores comenzaron a enviar a sus recomendados, pero buena parte de éstos son prácticamente funcionarios que no pueden, conforme a los estatutos, ser incluidos.
Lo que se sabe es que más de uno de estos diputados entró en cólera y amenazó con cortarles todos los beneficios si no admitían sus propuestas -se habla de unos 20- y las cosas andan bastante mal.
Ya durante este mes no se les entregaron sus despensas y andan muy tristes, lo malo es que para que ello ocurra, deberán dar su brazo a torcer, lo que no es aconsejable, de otra manera van a comenzar a descomponer todavía más la situación.
Más aún, durante esta legislatura, a propuesta de ellos mismos se pusieron candados precisamente para evitar componendas, entre ellos que nadie que ganara mensualmente más de 12 mil pesos, podría sindicalizarse, lo están violando.
Eso es lo que inquieta a los trabajadores, que no se respeten reglas de los propios diputados, pero no hay conciliación a menos que acaben admitiendo a esos que con salarios por arriba de 20 mil pretenden sindicalizarse.
Es incomprensible que esto venga aconteciendo porque si algún problema presenta el Poder Legislativo en este momento, es precisamente de liquidez, el Congreso debe hasta la camisa, porque se han gastado más de lo que les toca anualmente y no pueden cubrir facturas.
Lo que se sabe también es que incluso las cuotas que los sindicalizados pagan las retiene el Congreso y no se han entregado, hasta eso les vienen robando, no puede ser posible tanta arbitrariedad, alguien debería entrar en cordura.
Ahora bien, imagínese si se da de alta en el sindicato a unos 20 personajes más con ingresos elevados, el gasto corriente se dispararía y entonces las cosas empeorarían. No obstante, también se aprecia que se trata de un asunto calculado, es decir, ya esta legislatura va de salida, los que enfrentarían el problema financiero serían quienes entren en septiembre próximo, a éstos ya que les interesa.
Por todos estos motivos es que consideramos que esta generación de diputados está dejando amargos recuerdos, aunque tampoco son todos, sí hay quienes vienen actuando con responsabilidad y con esfuerzo por dejar una huella positiva a su paso por ese recinto.
Pero es la gran mayoría la que no mostró responsabilidad y hasta el final siguen generando elementos para que la crítica arrecie y mire que tienen muchos enemigos en todos lados, principalmente los poderes de enfrente.
Con tantos conflictos en su interior, el Legislativo no pudo mostrar su hegemonía ante el Poder Ejecutivo como ocurrió en el pasado. Sí, recordamos, durante el sexenio de Sergio Estrada todavía se supieron defender más y hasta metieron en problemas al hoy ex gobernador.
Desde esa trinchera la crítica en contra del Jefe del Ejecutivo fue permanente, mantenían en observación todo lo que se hacía o dejaba de hacer y se tenía claro el poder del Congreso. Actualmente las cosas son diferentes, Marco Adame Castillo sigue transitando sin ningún problema hacia el final de su periodo sin mucha crítica ni observancia.
Es un hombre muy hábil para el manejo de los acuerdos políticos, eso le ha ayudado, pero también queda claro que la nula unidad con la que se condujeron los diputados en estos ya cerca de tres años, contribuyó para que todo esté en calma