Pero ahora es el Instituto Estatal Electoral (IEE) el que debe llevar a buen término la jornada cívica, claro, tampoco es solo, las representaciones partidistas deben hacer lo propio mediante la presentación de toda una estructura que deberá ser la responsable de custodiar los resultados de la votación durante y al finalizar la misma de este fin de semana.
A estas alturas ya todos deben haber entregado el listado de sus funcionarios de casilla y con ello atenerse a las consecuencias, porque aquellas instituciones que no logren cubrir territorialmente la vigilancia de las mismas, no podrán reclamar en caso de presuntas irregularidades.
Pero a partir de este momento, el proceso queda prácticamente en manos del árbitro, que es el Instituto, órgano creado precisamente para dar certidumbre a los resultados y aunque serán los funcionarios de casilla los responsables de contar el número de votos, finalmente esa institución es la que validará o no lo que pase.
Sin embargo y a pesar de inconvenientes que no faltan nunca, hoy, a diferencia de hace seis años, vemos a los órganos electorales menos desacreditados, a estas alturas del 2006 las izquierdas tenían una permanente campaña de agresión en contra del Instituto Federal Electoral (IFE), habían anticipado un fraude de magnas dimensiones y eso también fue origen de dudas una vez que se definieron las posiciones.
En este momento el ambiente es distinto, si bien es cierto que siempre existirán dudas, particularmente entre aquellos a quienes no se les dieron las cosas, los propios candidatos han venido aceptando las reglas e incluso el abanderado de las izquierdas ha dicho que respetará los resultados de la justa.
Aquí en la entidad no tienen porque ser diferentes las cosas, en una democracia se gana y se pierde, así sea por un voto, hay que acatar la voluntad de las mayorías, aunque se pierda por un sufragio, no obstante hay quienes buscan, en una decisión apretada, lograr alguna negociación para no quedarse con las manos vacías.
Al igual que a nivel federal, localmente se prevé que antes de que concluya la votación, es decir de las seis de la tarde, ya se tenga cierta seguridad de hacia dónde se inclinó la balanza en lo que se refiere a la gubernatura, alcaldía de Cuernavaca y otras posiciones de relevancia.
Los mismos partidos políticos tienen métodos y sistemas de información que les dan la facilidad de saber con mucha antelación lo que está sucediendo. Nos ha tocado cubrir ya muchos procesos de elección y apenas pasado el mediodía hemos tenido números certeros sobre lo ocurrido, porque al final del día se confirman totalmente.
Sin embargo, nada es oficial ni válido hasta que el IEE en lo local y el IFE en lo federal dan a conocer sus tendencias, ahí ya no hay vuelta de hoja y sólo pruebas contundentes de desaseo electoral pueden dar marcha atrás a triunfos endebles, previa interposición de recursos ante tribunales electorales.
Y mire, algo de lo que podemos en este momento regocijarnos, es que aquel temor de que la delincuencia organizada pudiera haber tomado control de candidaturas en diversos sitios del estado nunca se dio, a lo mejor algunos hicieron trato con malosos, eso es casi imposible de probar o advertir, sin embargo, en términos generales no hubo tal.
Como decíamos, ni mucha agresión entre los candidatos antagónicos ni señales de maldad al interior de las campañas, no obstante sí sorprende el derroche publicitario que algunos personajes desplegaron en el trabajo de proselitismo, ¿de dónde sacaron tanta lana?, porque mire que colocar espectaculares por todos lados, pagar publicidad rodante en el sistema de transporte público y contar con imágenes promocionales sin límite requiere de verdaderas fortunas, sin embargo, eso ya será materia de controversia entre los diversos frentes.
De cualquier manera, las campañas han concluido sin mayores contratiempos y con cierta civilidad de los contendientes, eso habremos de valorarlo, porque acordémonos que hace unas décadas los pleitos llegaban al asesinato y la persecución.
Como que las mismas reformas en la materia han ido consolidando un engranaje y estructura de tal forma que cierra la puerta a fallas inadmisibles en materia electoral en el pasado, tras la alternancia en el 2000, la tendencia democrática se va consolidando, esto no es tarea de un día o una elección, tienen que pasar años para llegar a condiciones mucho más confiables.
Claro, seguramente vamos a ser testigos de conflictos poselectorales, esos nunca faltan, aquellos que no logran sus objetivos personales ni sueños buscan todavía acomodarse y pelean hasta el final, pero estimamos que serán cuestiones menores que no enturbien la elección en su totalidad. Incluso a nivel nacional, ya lo decíamos, hay cierta voluntad de los aspirantes a la Presidencia de la República por sacar esta contienda de la manera más tranquila. Se ha aceptado la firma de un pacto de civilidad que los obligue a respetarse mutuamente, aunque tampoco ello es ya garantía de que van a cumplir la palabra empeñada, esto es a voluntad de cada quien.