Por ello es lamentable que a pesar de años de intentos o promesas, las diversas administraciones estatales y municipales no lograran darle forma aún a propuestas como la del libramiento nor poniente que es ya indispensable para poder agilizar la vida interna de nuestra metrópoli.
Desde mediados del Gobierno de Sergio Estrada Cajigal se habló mucho del tema y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) a nivel federal, destinó un “capital semilla” de mil 600 millones de pesos que eran para iniciar las primeras acciones, pero hasta eso se dejó perder.
Claro, tampoco ha sido sólo responsabilidad de los gobiernos en turno el que esas inversiones no prosperaran, mucho tiene que ver la resistencia de grupos en presunta defensa de la ecología o los ejidatarios y comuneros que no aceptan ceder el derecho de vía al paso por sus terrenos, el caso es que de la manera que sea, seguimos creciendo poblacionalmente a pasos agigantados, pero sin las condiciones de infraestructura para poder darle forma a esa evolución.
En su oportunidad, el Gobierno estatal buscó conectar la avenida Teopanzolco con el actual libramiento a la altura del club de golf Tabachines, pues ni eso dejaron los “ecologistas”, porque el trayecto afectaba una propiedad privada de alguien con poder económico que logró mover gente a fin de que lo impidieran.
Hoy, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes desarrolla la obra del distribuidor vial en El Polvorín, parte sur de Cuernavaca, sin embargo y a pesar de que sí representará una agilización del tránsito en las arterias que ahí confluyen, sobre todo evitando los accidentes, queda claro que lleva un interés mucho más allá de lo meramente social.
Paralelamente se construye un gran puente vehicular que conectará la autopista del sol y la carretera federal con la loma de enfrente donde limitan Cuernavaca y Temixco y al parecer, está proyectada la edificación de miles de residencias que atraerán todavía a más población a esa zona.
Es decir, todo lleva un propósito y aquí no podían faltar, seguramente, los peces gordos de la iniciativa privada y hasta del Gobierno en sus diversos niveles, quienes están detrás de tan ambicioso desarrollo habitacional, no es concesión gratuita y habrá que ver a mediano y largo plazo si todo ello no se transforma en otro problema estructural.
El aspecto vial de la ciudad se ha agravado rápidamente y lo vemos en los números que ofrece la Dirección de Control Vehicular: en dos o tres años el padrón de unidades en la entidad pasó de 310 mil, a cerca de 380 mil, sin que se modificara positivamente la red vial interna.
Lo único nuevo con que cuenta Cuernavaca es el distribuidor vial en lo que fue la glorieta de Emiliano Zapata, en la parte norte, fuera de eso, no hay ni ampliaciones, puentes o mejoras, por el contrario, algunas calles y avenidas están semi destruidas por insuficiente mantenimiento, vamos en reversa en ese sentido.
Tampoco tenemos muy claro cuál será el rumbo que tome el tema con la nueva administración local, porque a esos niveles de inversión, como en el caso del libramiento nor poniente, el municipio poco o nada puede hacer, acaso coadyuvar colateralmente, pero la decisión corre a manos de estado y federación.
Y ¿por qué nos hemos venido rezagando en relación a otras ciudades?, son muchos factores, seguramente, entre ellos, malas administraciones, y desde luego conflictos de carácter político como aquel que vivimos en tiempos de Jorge Carrillo Olea o el desinterés del Gobierno federal por no invertir al estado por ser considerado de escasa importancia.
El asunto es que cuando usted sale de Morelos se da cuenta que en capitales estatales como Puebla, Querétaro o Toluca, y qué decir del Distrito Federal, están en permanente evolución, de un año a otro se levantan sendos puentes y hasta segundos pisos y nosotros continuamos en las cavernas.
Ya es tiempo de desarrollar un trabajo muy fuerte en este aspecto, reiteramos, los proyectos ejecutivos ya están ahí, sólo es cuestión de buscarles financiamiento y sobre el de la autopista siglo XXI, ya mejor ni decir nada, tampoco se le avanzó un centímetro durante los seis años del Gobierno que concluye en septiembre.
Y en la polémica desatada en torno al incumplimiento de tiempos para la entrega de las acciones de recuperación del boulevard Cuauhnáhuac, el Ayuntamiento de Jiutepec, a través de uno de sus funcionarios insiste en que no es responsable de lo que pasa y que existen los convenios en los cuales queda claro el papel de cada una de las partes que intervinieron en esa inversión.
Se hace hincapié en que el compromiso de la comuna fue hacerse cargo de la jardinería y el alumbrado y ciertamente que tienen razón en el hecho de que no todo el trayecto de la vialidad desde Progreso hasta la Joya pertenece a ese territorio, a la altura de Acolapa es municipio de Yautepec.
El asunto es que mientras los dimes y diretes suben de intensidad entre la alcaldía en referencia y la delegación de Comunicaciones y Transportes (SCT), el caos vial se complica y no hay esperanzas de una pronta solución a un problema de circulación vial bastante añejo.