Es decir, que ese aspecto de la impartición de justicia cobró importancia de unos años a la fecha y ha sido incluso necesario invertirle para poder modernizar sistemas y agilizar resoluciones ante el cúmulo de denuncias y quejas que proliferan por todos lados.
Claro, el órgano rector es la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCyA) donde se resuelve gran parte de la controversia entre trabajadores y patrones en relación con la iniciativa privada y es aquí donde se debe trabajar muy a fondo para evitar conflictos mayores y el estallido de huelgas.
¿Cómo ve la próxima administración estatal este aspecto?, bueno las primeras señales se dieron durante una reunión del gobernador electo Graco Ramírez con la cúpula estatal de la Federación de Trabajadores de Morelos (FTM), filial de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que es de filiación priista.
Ahí se indicó que de esas filas saldría quien se hiciera cargo de la Secretaría del Trabajo y Productividad, actualmente a manos de Víctor Amador Reyes Adams y se habla de un abogado que litiga para ese órgano a nivel central de nombre José de Jesús Pérez Moreno.
Pero implícitamente se señala que de igual manera, de las filas locales cetemistas saldrá el nuevo presidente de la JLCyA y para tal efecto habría dos apuntados, Fidel Miranda Gorostieta y Humberto Fuentes Lerín, los dos llevan toda su vida desempeñando labores en este sector, el primero fue gente cercana del difunto Tito Barrera Ocampo.
Aquí, conforme a los perfiles, quien pudiera perfilarse como el más adecuado es Miranda Gorostieta, porque es abogado laboral, y para poder hacerle frente a tantos temas, hay que conocer de fondo la materia y en ese sentido es de entender que Fuentes, por ser licenciado en economía no reuniría del todo los perfiles requeridos, el caso es que la FTM parece que participará activamente en el nuevo Gobierno de izquierda, como un pago de factura por el apoyo que su dirigente estatal, Vinicio Limón Rivera, le dio a Ramírez Garrido en campaña.
Sector salud: abandono
Por otra parte, como a inicios de sexenio, cuando todavía el doctor Víctor Manuel Caballero Solano no tenía el control de la Secretaría de Salud y se presentaron serios problemas en esa materia a nivel estatal, en esta ocasión, ya al final del camino, la dependencia parece haber descuidado su responsabilidad al interior de la entidad, y los brotes de cólera y dengue se multiplican.
No sabemos si enfrenta algún agotamiento de recursos públicos para desarrollar sus tareas o han decidido guardar lo que queda para otras cosas, el asunto es que se dejaron de aplicar las campañas de nebulización para el combate del mosco reproductor del dengue en pueblos y comunidades y eso está ocasionando un cuadro bastante complicado en lo referente al dengue.
A estas alturas del saliente régimen es claro que buena parte de las dependencias comienzan a suspender programas y a congelar gastos para preparar la entrega-recepción, sin embargo, hay temas que no pueden estar sujetos a estas reglas y uno de ellos es el de la salud, el de la seguridad, la prevención o el de Protección Civil, ahí se tiene que cumplir hasta el último día del mandato.
Incluso, las campañas de descacharrización también han estado ausentes, lo que ocasiona un ambiente bastante propicio para la incubación de huevillos y larvas del vector sin que se observe algún esfuerzo realmente adecuado para corregir la deficiencia.
Claro, seguramente están considerando que en poco más de 30 días, esto ya será competencia de otras autoridades, pero tampoco se vale llegar a ese nivel de irresponsabilidad, el titular en turno de la Secretaría de Salud, Carlos Eduardo Carrillo Ordaz está obligado a cumplir con lo que le toca hasta el 30 de septiembre.
El tema no es menor, aunque precisamente esas instancias de Gobierno lo nieguen, hay ya muchos decesos, especialmente menores de edad a consecuencia de las enfermedades de la temporada, lamentablemente se trata de niños o ancianos con altos grados de pobreza, que no pueden, por falta de dinero, acudir oportunamente a recibir la atención correspondiente.
No podemos negar que precisamente el aspecto de salud fue uno de los mejor atendidos durante el Gobierno de Marco Adame Castillo, la infraestructura en clínicas y hospitales creció, ahí está como muestra el nuevo Hospital del Niño Morelense, pero a semanas de dejar el cargo, se viene generando un descuido que podría dejar un mal sabor de boca en lo sucesivo y sólo hay que recordar que la ciudadanía se queda con las últimas impresiones, por eso se tendría que cuidar la salida.
El doctor Caballero llegó a tener un buen control de la situación, los niveles de enfermedades de temporada bajaron casi a cero, pero se observaba una permanente aplicación de programas y campañas de prevención, hoy no las vemos por ninguna parte y por el contrario, abundan los focos de contaminación por la mala calidad de los servicios municipales y en algunos casos, por inexistencia de drenajes.