Por todos lados y en todas las oficinas de Gobierno observamos caras largas, tristeza porque buena parte de aquellos que fueron beneficiarios del ascenso del panismo, hoy se saben ya seguros, en la calle, no hay oportunidad para ellos, sobre todo si ocupan posiciones de cierto nivel que ya están siendo reclamadas por los sucesores.
Es el ir y venir en la política, las cosas cambiaron mucho desde que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) cortó su racha de 71 años al frente de las instituciones nacionales, vía la Presidencia de la República, porque también gobernaba en la mayor parte de las entidades federativas, no obstante, desde ese dos mil, la alternancia ha sido una constante y Acción Nacional no pudo sostenerse, aquí y en la Presidencia, más de dos sexenios.
Claro, quienes durante esos 12 años alcanzaron cargos de primera línea, no tienen problema, desde luego que van a extrañar el ejercicio del poder, pero le aseguramos que económicamente no tienen de qué quejarse, debido a que llevan reservas para aguantar muchos años y esperar nuevamente un posible regreso.
Es más, dos que tres del gabinete del gobernador Marco Adame Castillo tienen el futuro suyo y de varias generaciones resuelto, pero una buena parte de las estructuras humanas no corrió con la misma suerte y deberán empezar a buscar oportunidades en otras trincheras, porque sus espacios serán cedidos a los que esperan con ansias.
Y precisamente del lado de los vencedores de la elección, los perredistas, hay inquietud, ya que esperan afanosamente la llegada de este primero de octubre, porque asumen la responsabilidad de conducir los destinos de Morelos, cosa nada fácil, por cierto, pero que a fin de cuentas, es lo que soñaron por años de lucha partidista.
Y la alegría se les ve en el rostro, es algo que no se puede esconder, tras décadas de espera, logran el objetivo y no importa dónde sean colocados, el hecho de saber que tienen por lo menos seis años por delante para recuperarse de tantas batallas perdidas, es congratulante, no obstante, tampoco es toda la izquierda la que accederá al ejercicio gubernamental, independientemente de aliados como el Partido del Trabajo o Movimiento Ciudadano, desde el interior del Partido de la Revolución Democrática surgen diversas corrientes y no todas jalaron del mismo lado, buena parte no aprobó el proyecto y fórmula electoral y seguramente tampoco van a ser invitados a la mesa.
Bueno, dos que tres líderes importantes se sumaron a candidaturas de otros partidos y con ello, clausuraron la posibilidad de ser llamados a colaborar, eso incluso debe haber sido muy positivo para el gobernador electo Graco Ramírez, así tiene menos presiones y puede manejar con mayores libertades la agenda de conformación del gabinete.
De hecho y a pesar de que hasta mañana viernes se conocen quiénes inician con él en las secretarías de despacho, ya se cuenta con una serie de nombres que, se supone, esperan ser ungidos en puestos clave para comenzar a desarrollar el proyecto que se tiene en mente.
Es decir, se considera que desde el próximo martes dos de octubre, Palacio de Gobierno, ubicado en Plaza de Armas, podría recuperar su vitalidad, porque esa sede gubernamental quedó prácticamente acéfala y vacía desde aquel movimiento magisterial del 2008, cuando el actual gobernador optó por despachar de manera permanente en Casa Morelos y no en su despacho céntrico, bajo la teoría de que el Centro Histórico de la ciudad es propicio para que las autoridades se conviertan en rehenes de movimientos de protesta.
Y con su ausencia, también otros le siguieron el ejemplo, uno de ellos, el secretario de Gobierno, Oscar Sergio Hernández Benítez, es decir, más de la mitad de ese edificio lució hasta hoy vacío y sin mucha actividad, incluso para quienes cubrimos esa fuente informativa, lo que es estresante, hay días que no llega un solo funcionario de importancia.
Habrá que ver cuál es la decisión del gobernador en turno, quien por cierto, desde la semana pasada se hizo cargo ya de Casa Morelos, MAC decidió salirse y entregársela porque se entiende que Graco Ramírez sí vivirá ahí, durante la semana en curso estuvo haciendo los cambios y adecuaciones deseadas, así como amueblando para poder utilizarla como hogar.
No obstante, se sigue considerando que el Palacio de Gobierno recuperará su vitalidad, como antaño, los titulares de las dependencias ahí localizadas ejercerán su trabajo en tal sede, siempre fue así, solo ahora se les ocurrió tomar distancia, por cuestiones de seguridad personal y únicamente hacían agenda ahí de vez en cuando.
Bueno, hará cuestión de dos años o más que se intentó convertir el inmueble en museo del estado, por eso fue que salieron algunas secretarías de despacho, como la Comisión Estatal del Agua y el Medio Ambiente (CEAMA), ya que el proyecto era comenzar a vaciar el segundo piso y después hacia abajo.
Hubo muchas críticas, quizás eso fue lo que impidió continuar con la descabellada idea, pero de que pasó por la mente del gobernador darle un uso muy distinto a esas oficinas, ni qué decir, no obstante, para ello se requerirá de la construcción de un nuevo edificio, no creemos que se dé por ahora.