Ayer, en la rueda de prensa que ofrecieron el secretario de Gobierno Oscar Sergio Hernández Benítez y su sucesor Jorge Messeguer Guillén, quedó claro el trato que llevan y ello nos hace ver que el nuevo régimen podrá dar seguimiento a los problemas del Estado sin mayores contratiempos.
Bueno, el pasado 27 de septiembre hubo un encuentro entre los dos equipos de trabajo de primer nivel, los que salen y los que entran, al que asistieron como cabezas los dos antes señalados, Messeguer y Hernández Benítez, degustaron alimentos y charlaron amenamente, platicándose mutuamente sus experiencias.
El escenario que se monta en la Plaza de Armas para la toma de protesta este lunes de Graco Ramírez como Gobernador, lo desarrolla este gobierno a través de la Dirección de Servicios Generales, concretamente el área de eventos especiales. Es entendible, los entrantes no cuentan con estructura de este tipo para el trabajo y las necesidades previstas.
Y lo hemos venido diciendo reiteradamente, Marco Adame Castillo buscó llegar al final del camino con acuerdos sólidos que alejen el riesgo de escándalos históricos por presuntos actos de corrupción, que generalmente son denunciados por los que los sustituyen.
No habrá mayores críticas al régimen que encabezó, hay una especie de pacto que ambos deberán cumplir. En el caso de Adame, facilitarle todo a su sucesor, a fin de que tome el mando ya con mucha certeza de lo que quiere, pero con la promesa de que no jalará más de lo debido la cobija, que pudiera encubrir algunos excesos en el ejercicio de su antecesor.
Eso de las comisiones de entrega-recepción se puso de moda en el 2000, cuando Sergio Estrada Cajigal sacó a los priistas de Palacio, pero nunca se le había dado tanta promoción como ahora. Hasta antes del 2000, la hegemonía priista en la gubernatura mantenía estos aspectos en la mayor discreción, desde luego que había entrega, pero nadie se daba cuenta cómo, ni cuándo.
Se comenta que en esos tiempos el proceso empezaba desde el momento en el que el PRI nominaba al candidato a la gubernatura, porque el Gobierno saliente sabía ya que ése sería su sucesor. Hoy, con la alternancia permanente, hay que esperar hasta después del proceso electoral, porque la moneda de la victoria está en el aire.
CONGRESO A MODO
Por si eso fuera poco, también Ramírez Garrido ha logrado, aún antes de iniciar en el cargo, cierto control sobre el Poder Legislativo, quienes se venían mostrando resistentes a acceder a las propuestas de reforma enviadas por el Gobernador electo eran los priistas, pero desde la dirigencia nacional del tricolor se consideró prudente que sus representantes populares en Morelos coadyuven con la naciente administración y así será.
De ahí que no hubiera ya mayores obstáculos para que se aprobara la creación de cinco nuevas secretarías de despacho, a fin de que pudiera desde ayer asignar a sus titulares y no tener que hacerlo en el camino, son pues tiempos nuevos, acuerdos cupulares y pactos que buscan abonar en un ambiente de gobernabilidad.
Porque ese es el punto, Ramírez Garrido estuvo tejiendo acuerdos pero con las figuras de primer nivel del priismo nacional, el señor conoce a la mayor parte de los personajes que acompañarán al presidente de la república electo Enrique Peña Nieto y con algunos de ellos el trato debe ser muy cercano y de confianza.
Bueno, con Manlio Fabio Beltrones, hoy líder de la Cámara baja; y Emilio Gamboa Patrón, el jefe los priistas en el Senado de la República, debieron ser en su oportunidad compañeros de curul o de escaño, y eso lleva forzosamente a trabajos legislativos conjuntos.
En concreto, el tricolor era la fracción que estaba intentando generar el equilibrio en el manejo de poder del Congreso local, porque los cuatro panistas desde el inicio de la legislatura se replegaron con los amarillos y sus aliados, con la instrucción superior de que jalen parejo, las condiciones cambian diametralmente y los espacios de maniobra del mandatario en turno son bastante apropiadas.
Claro, tenemos entendido que esta petición del CEN del PRI a sus diputados en Morelos vendrá acompañada de algunas compensaciones, ¿de qué manera se les darán? Eso es lo de menos, manejando la Presidencia de la República se cuenta con espacios de sobra para retribuir aquellos que por razones de estrategia política, tengan que ser sacrificados como en el caso muy particular de esta entidad y por ahí va el asunto.
Por un lado, Ramírez Garrido trabajó una alianza desde hace mucho tiempo con Adame Castillo que le favoreció de muchas maneras y se extiende, por lo que observamos, hasta el Congreso local el grupo parlamentario azul parece que irá de aliado, los del tricolor lo harán así sea por instrucciones superiores. El resultado es el mismo, todos para adelante, ojalá que eso se traduzca en progreso y pacificación de la entidad porque en verdad que nos hace mucha falta, el estado de cosas que priva, sobre todo en cuestiones de seguridad, no tiene antecedentes históricos, ni siquiera con los tiempos del general Jorge Carrillo Olea.