Algunos líderes sociales, en este caso de Tepoztlán y de Yecapixtla, concretamente relacionados con el caso de la termoeléctrica, ya acusan al régimen entrante de autoritarismo, represión y manipulación informativa, compra de voluntades y todo tipo de acciones coercitivas muy características de un modelo político vertical.
Bueno, un medio informativo de circulación nacional se mostró sorprendido al destacar que ni la administración de derecha, encabezada por el ya ex gobernador Marco Adame Castillo utilizó la fuerza policíaca para abrirle paso al proyecto del gasoducto y la termoeléctrica, pero sí una administración considerada de izquierda, históricamente defensora de los derechos y garantías de comunidades como las antes referidas.
No podríamos adelantarnos al futuro que puedan tener proyectos como el de la ampliación a cuatro carriles del tramo carretero La Pera-Oaxtepec, o el de la termoeléctrica, tampoco si son minorías las que se oponen, sin embargo, sí afirmamos que los métodos que vienen utilizando las autoridades para desarrollarlos son antidemocráticos, ofensivos y de desprecio contra aquellos que opinan distinto.
Este fin de semana, el Frente de Defensa de Tepoztlán ofreció una conferencia de prensa en Cuernavaca para hacer algunas aclaraciones y precisar que de ninguna manera ese pueblo de profundas raíces y tradiciones culturales ha sido consultado sobre el tema y se quejan precisamente de una serie de manipulaciones y marrullerías, características de los regímenes autoritarios.
Acusan a algunos de sus conciudadanos de estarse prestando a un juego sucio y perverso que intenta infructuosamente imponer una verdad que nada tiene que ver con la visión local, que es analizar de fondo los alcances de una obra de esa naturaleza. Incluso hacen mención de un acto de convivencia, realizado en un “jardín privado”, donde se decidió llevar a consulta ciudadana el tema de la obra, cosa que desde luego están desacreditando, porque hacen hincapié en que los asistentes ni son líderes, ni fueron con el aval de la población.
Los tepoztecos siguen reclamando información precisa y abierta, en asamblea popular, para que con plena libertad, los lugareños puedan tomar sus decisiones, es decir, tampoco es una negativa absoluta a la ejecución del proyecto, es una reacción natural a la ofensiva actitud de desprecio de aquellos que desde las instituciones, se llegan a considerar dueños y amos de voluntades, es decir, por simple orgullo propio hay que mantener una posición valiente.
Señalan directamente al secretario de Gobierno Jorge Messeguer Guillén de estar desinformando y de haber sostenido que una encuesta mostraba mayoría a favor de la ampliación, “solicitamos a través del IMIPE nos mostrara la famosa consulta y acabó aceptando que no era real, que se había basado en notas periodísticas”, ahora resulta que hasta a nosotros se nos utiliza para sus desafortunados fines.
Se responsabiliza al Gobierno estatal de la inestabilidad social que este tipo de acciones vienen provocando al interior de Tepoztlán, barrios y comunidades, y además le aclaran al Gobierno estatal que “los hospitales, los caminos locales, los campos deportivos, la ayuda al campesino, a la tercera edad y otros servicios a la población, son una obligación y responsabilidad de las autoridades, no aceptamos el chantaje y el condicionamiento en la entrega de estos apoyos a tener que aceptar sus intereses”.
Pero la descripción de lo que ocurre en Tepoztlán se queda muy corta ante lo que viven algunas familias en Huexca, acá, aprovechándose de la lejanía del lugar, se ha actuado con mayor rudeza y agresividad, ello ha despertado el enojo de pueblos y comunidades vecinas, los propios tepoztecos han enviado un mensaje de solidaridad en la lucha, y bajo estas circunstancias, venimos apreciando una polarización de posiciones que es muy riesgosa para el Gobierno en turno.
Particularmente consideramos que la ampliación de este tramo de autopista que pasa por Tepoztlán sería extraordinaria, sin embargo igualmente reconocemos que el pueblo tiene el derecho de opinar distinto y en una democracia hay que escuchar a todos. En lo relacionado a la termoeléctrica, hay versiones muy encontradas respecto a su real beneficio, pero lo fundamental no es eso, sino reconocerles su derecho a los ciudadanos, de decidir sobre su destino, validando aquello de que “el pueblo siempre tiene la razón y si se equivoca, puede corregir”.
Pero por encima de especulaciones e intereses encontrados entre autoridades y ciudadanos en torno a polémicos proyectos, sí consideramos como desafortunado que a menos de un mes de esta administración estatal, ya se perciba una corriente de opinión pública en el sentido de que se vienen asumiendo actitudes antidemocráticas y autoritarias que no corresponden a la oferta política de un proyecto que debiera distinguirse precisamente en esto de quienes le antecedieron.
Nunca la fuerza ha logrado imponerse a la razón, de ello sobran referencias en Morelos, grandes proyectos y desarrollos han tenido que ser cancelados cuando no se tiene el talento para poder convencer al pueblo de las bondades o beneficios de tal o cual inversión, Tepoztlán aún recuerda aquel frustrado intento de construir en sus tierras un club de golf, desacierto que terminó en un desastre político para las autoridades del momento, así que no hay que mover tan duro las aguas, que nos podemos ahogar.