Sin embargo, sería bueno escudriñar en todo ese enredo ¿Quién o quiénes trataron de meter en problemas al Jefe del Poder Ejecutivo? porque también se ha mencionado que “se trató de una sugerencia presentada por parte de maestras egresadas de la normal rural”.
De acuerdo ¿y quiénes pudieran ser dichas profesoras? Pues lo que se afirma por ahí es que se trata de la directora general del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM), Marina Aragón Celis, y Rosa Elena Hernández Meraza, enlace cultural entre el Instituto y el gobernador. Ésta última habría sido quien proporcionó la maqueta del proyecto propuesto, elaborado por alumnos de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), en la que curiosamente no aparece ya el edificio del internado.
El tema no es asunto menor, hasta el momento continúa generando reacciones de padres de familia, maestros y alumnoas del internado, que siguen dispuestos a dar la batalla en caso de que se intente dar seguimiento a tan descabellada sugerencia, que por lo pronto, ya le causó un conflicto al gobernante.
Ahora bien ¿Cuál es el punto de resistencia y cómo surge el movimiento de defensa? Aquí la figura principal se antoja que es la directora del internado, Ana María Dávalos Álvarez, a quien se le atribuye una inclinación por la lucha y la combatividad, e incluso se afirma que fue directora de una secundaria y que por su permanente lucha a favor de los intereses sociales y estudiantiles, se optó por mandarla al cargo que actualmente desempeña.
Y por lo visto tiene ascendencia y liderazgo, algo de que adolecen tanto Aragón Celis como Hernández Meraza. Así que a las dos se las comió vivas, ya que por lo que se ve, no le aguantaron ni el primer round, porque consideramos que el proyecto no tiene futuro.
Por cierto, se menciona que la titular del IEBEM ya está con un pie fuera del cargo, que su situación de jubilada y otros factores, como el hecho de que el instituto se estaría convirtiendo en subsecretaría, la obligan a declinar. Será una buena decisión, porque con estas cosas que anda haciendo lo mejor es que se retire a tiempo.
Ella estuvo ya en la misma posición hace unos años y su salida fue muy polémica, acusada de diversos actos de corrupción, incluso de tráfico de influencias en la obtención de algunas plazas para sus consanguíneos. Por eso su regreso fue muy cuestionado, sin embargo, ya lleva un año más, sólo que los conflictos que le generan al gobernador pueden obligar a cambios en el corto plazo.
Lo anterior es un tanto parecido a lo que ocurrió con la ex secretaria de Turismo, que mal manejó aquel evento denominado Teques Fest, en el lago de Tequesquitengo, y provocó el enojo de los empresarios del lugar, porque los desplazó para traer a amigos y compadres, sobre todo de la capital del país.
Ramírez Garrido no tuvo más remedio que actuar con agilidad y nombrar a Jaime Álvarez Cisneros en su lugar, a fin de ir apagando el fuego que amenazaba con desbordarse. Incluso, el hecho de que posteriormente se promoviera ahí, en la arena Teques el evento de Plácido Domingo, debió tener cierta relación con lo acontecido, llevarles a los lugareños apoyos y beneficios directos para revertir el mal ambiente y consideramos que lo logró y aquello ya debe estar sólo en el recuerdo.
En torno al caso Palmira, seguramente que va a ser necesario algo así, porque a nivel de estudiantes, padres de familia y algunos colonos, subsiste la idea de que el proyecto de desaparición de esa institución continúa. La posición en contra del gobierno y específicamente del gobernador es frontal, por eso sentimos que se debería montar alguna estrategia más o menos similar a la de Tequesquitengo.
Y en lo sucesivo, tratar de medir más el terreno, indagar las posibles repercusiones y consecuencias de “sugerencias” como la de Aragón Celis y Hernández Meraza, porque sólo llevan a provocar molestia, en esta ocasión, parece que fundada, en contra de las instituciones.
Cárdenas del Río sigue siendo uno de los ex presidentes de la República más queridos y reconocidos en Morelos. Incluso a eso se debió que en la elección presidencial del 6 de julio de 1988, su hijo, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano ganara de calle en nuestra entidad.
Fue quien instaló el ingenio azucarero Emiliano Zapata de Zacatepec, que en su oportunidad fue el motor de la economía, no sólo de los municipios del sur y el sur poniente, también del resto del estado, porque dio vida y ofreció desarrollo casi integral.
Y también Cárdenas del Río fue el iniciador de muchos de los sistemas de riego por gravedad, los canales, que hasta nuestros días continúan alimentando del vital líquido a buena parte de las más de 50 mil hectáreas bajeo ese sistema, que posibilita hasta tres cosechas por año, mejorando la economía de los productores del campo.
Pues el internado Palmira es parte de todas esas estructuras inteligentemente desarrolladas por el mandatario federal y por eso permanece como un símbolo que difícilmente se permitirá sea destruido. Así, existan razones fundadas para tal efecto, porque se considera como un valor histórico que hay que preservar. Por ello es de considerar que en mal momento a las maestras arriba referidas se les ocurrió hacer tan descabellada “sugerencia” que llevó a una reacción innecesaria y metió al gobernador en problemas.
Radiografia del Poder
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Caso Internado Palmira
¿Quién alebrestó el avispero?
Por las más recientes expresiones del gobernador, nos queda claro que sí hubo la intención de borrar del mapa el Internado Palmira, una institución educativa emblemática, creada por interés directo de quien fuera presidente de México, Lázaro Cárdenas del Río. Es algo que ya dejó atrás, es decir, que se estaría desistiendo de ello por las repercusiones socio-políticas que el asunto despertaría.
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