Ahí, el fiscal Rodrigo Dorantes Salgado dio el mensaje de recepción a los funcionarios federales y exhibió algunas estadísticas, sosteniendo que el secuestro había descendido en un 54 por ciento comparado con el año anterior, cifras más, cifras menos, que buscaban dejar en claro que la lucha ha sido positiva. Pero luego de él, le dieron la palabra a María Isabel Miranda de Wallace, del movimiento “Alto al secuestro”, quien de entrada fue complaciente, considerando que hay un gobierno con apertura al diálogo pero luego se fue con todo contra Dorantes Salgado e indirectamente contra el resto de las autoridades estatales en materia de justicia y seguridad.
“Lamentamos que se aprecie un idioma muy distinto a la gente de la calle, al que camina a pie; nos parece que hemos escuchado puras cuentas alegres del señor fiscal cuando falta mucho por hacer”, luego agregó que “Morelos está marcado por el secuestro” y abundó en el sentido de que “no concuerdo con eso de que las cifras han bajado y lo primero que debe hacerse, es reconocer el mal para poder curarlo; mientras la sociedad perciba mentiras, desconfiará de sus autoridades, hay que hablarles con la verdad aunque duela”.
El gobernador esperó el turno para hacer algunas precisiones, y en efecto, inició señalando que “aquí todo es natural, comenzando por este acto que es abierto, no preparado para el regodeo y quienes me conocen saben que siempre he luchado contra la corrupción, incluso en su oportunidad cuando autoridades pasadas eran parte de las componendas, los denuncié -en referencia a Sergio Estrada Cajigal Ramírez-. Por eso se fue a la cárcel el jefe policíaco de aquel entonces, José Agustín Montiel López”.
Sobre las expresiones de Miranda de Wallace, destacó que “y eso de cuentas alegres no me gusta, como que trivializa el esfuerzo que estamos haciendo y que sí dan resultados, además, yo doy las cifras de mi jurisdicción”. Más adelante, dijo que “ya he pedido disculpas a los morelenses por las víctimas, incluso aquellas que no correspondieron a mi gobierno y que son el 80 por ciento”.
Ramírez Garrido se refirió a la marcha de protesta recordando que “por los 18 meses ya hay algunos que me quieren cortar la cabeza, pero nosotros hemos hecho más en este tiempo que otros gobiernos en 18 años”. Manifestó que “mi responsabilidad en medio de todo esto es no perder el control del timón”, en referencia a sus detractores.
Confesó en que la lucha anticrimen, “hemos pasado momentos muy difíciles, tuve que pedir a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) el apoyo de personal para reforzar el trabajo de depuración policíaca, porque la procuraduría estaba realmente podrida y aún tenemos elementos ligados al delito”.
Previamente, Elí Montejo -empresario de grúas- había relatado el calvario que sufrió cuando fue secuestrado conjuntamente con tres jovencitas y otro personaje. Confesó que se sintió menos que basura, por lo que reclamó al mismo tiempo poca apertura de funcionarios, “en lo que va de esta administración no he logrado una audiencia y muchos que han sufrido secuestro están en las mismas”.
Ramírez Garrido dijo que “si no lo he recibido, es porque hemos andado muy ocupados, pero lo espero el 9 de abril en la residencia oficial, habrá una reunión con víctimas”. Y cerró diciendo “que se manifiesten los que quieran, pero el problema no es político”.
Sales Heredia dijo que para poder tener éxito en la lucha contra el secuestro, hay que contar con personal muy calificado, incorruptible e instalaciones dignas. “Creo que las tenemos”, acotó.
Se deben aplicar estrategias comunes por encima de preferencias ideológico-políticas y les recordó a todos que “más que funcionarios, somos servidores públicos, entonces hay que servir”. Pero con lo de ayer, queda ya formalmente instalada en la entidad la comisión antisecuestro, un instrumento conformado por elementos estatales, federales y del Ejército, lo cual garantiza un trabajo más efectivo en momentos en los que el reclamo colectivo se intensifica.
El espacio que ocupan debe estar muy acorde con la tarea a desarrollar y sobre todo fuera del alcance de cualquier ciudadano, bueno, hasta de funcionarios, porque ayer, luego de concluido el evento formal, Sales Heredia y Ramírez Garrido hicieron el recorrido interno; aclaró que “pido nos disculpen, pero hay restricciones por lo delicado del asunto; sólo podrán entrar las personas autorizadas, pido comprensión a los medios de información, a diputados y demás funcionarios”. Y sí que se aventaron largo rato; pasada media hora aún no salían del inmueble, lo que se dijo es que estaban describiendo el funcionamiento de equipos y otros aspectos técnicos y estratégicos que se van a aplicar en el trabajo cotidiano.
Para acabar pronto, sólo el gobernador, el comisionado antisecuestro, el procurador, el comisionado de seguridad estatal y el secretario de Gobierno, entre otros, pudieron acceder, los demás se quedaron en la parte externa. Se cuidó la privacidad del edificio recientemente equipado para esas tareas. Habrá que ver cuál es el rendimiento en la práctica de tal medida, pero era necesario formalizar el acuerdo para sumar fuerzas y multiplicar la tarea para por lo menos obligar a los delincuentes a poner distancia de por medio.