En lo menos que se podía esperar, sobre todo del sector educativo, no podemos quedarnos pasivos frente a este tipo de hechos que muestran el grado de perversión al que estamos llegando, de la descomposición de instituciones y los excesos en el proceder de algunos cuerpos policiacos.
Tenemos que comenzar a reaccionar, son muchos los atropellos e irresponsabilidades de las que venimos siendo víctimas en calidad de ciudadanos, es el reflejo de las complicidades entre quienes gobiernan y los grupos de la delincuencia organizada, y lo que pasó en el estado vecino tiene que ser condenado por todos.
Lamentablemente no es la primera ocasión, hace ya casi dos décadas, un 28 de junio de 1995, ocurrió algo parecido, policías estatales acribillaron a 17 campesinos de una organización del ramo que se dirigían a un acto político, el suceso ocurrió en el vado de Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez en la Costa Grande.
Se le consideró un crimen de Estado y se responsabilizó de ello al gobernador Rubén Figueroa Alcocer, quien fue obligado a solicitar licencia al cargo por tan abominables excesos, a fin de darle curso a las investigaciones, hoy estamos ante algo más complicado, no porque los hombres del campo valgan menos, sino porque ahora hablamos de un mayor número de víctimas.
La sociedad sigue esperando con impaciencia cuál es el curso que se le dará en esta ocasión, a otro que también es crimen de estado. Lo menos que debió pasar ya, es que también el mandatario en turno Ángel Aguirre Rivero, solicitara separarse del cargo para facilitar las indagaciones, pero no ha sido así.
En aquellos años, el mandatario en turno era del Partido Revolucionario Institucional, la reacción de la oposición no se hizo esperar, se lanzaron con todo para pedir de inmediato la cabeza del responsable de conducir los destinos de la entidad, finalmente la federación cedió y ofreció su cabeza.
Curiosamente hoy que la entidad sureña está en manos de un opositor, éstos vienen haciendo hasta lo imposible por protegerlo, es decir, aplicando aquella vieja expresión, “hágase la voluntad de dios, pero en los bueyes de mi compadre”, no podemos permitir estas ligerezas, Aguirre, si tiene algo de pudor, debe tomar distancia y aceptar que no ha podido conducir el destino de los guerrerenses, que los ha llevado a niveles extremos de ingobernabilidad y pérdida del estado de derecho.
La dirigencia nacional del PRD muestra ahora una actitud incongruente, hoy que han logrado ser gobierno en algunos estados del país, asumen las mismas actitudes que aquellos a quienes criticaron por tantos años, por proteger a los suyos por encima incluso de la Ley.
El gobierno federal, en voz del presidente de la república, Enrique Peña Nieto, ha decidido hacerse cargo del delicado asunto, ha enviado a la Gendarmería para desplazar a los elementos policiacos locales, evidentemente implicados con los delincuentes, pero políticamente no pasa nada, con excepto al alcalde de Iguala que anda de huida, porque también se encuentra dentro de la maña.
En Morelos no estamos lejos de esos escenarios, no llegamos aún a crímenes masivos, pero las ejecuciones, los secuestros y los levantones suman ya centenas, sólo el fin de semana anterior se registraron entre cinco y siete casos, a pesar de ello se continúa sosteniendo que estamos bien.
Bien por quienes han decidido salir a las calles a reclamar el cumplimiento de responsabilidades a los políticos y gobernantes, no sólo por el caso Guerrero, por tantas omisiones y falsedades de nuestras autoridades, en sus tres niveles, porque los municipios parecen ser los más enredados en la maraña de la delincuencia organizada.
La izquierda comienza a dar señales de flaqueza, durante algunos años diseñaron estrategias para consolidar el control del poder en una zona que le denominaron el “corredor de la región sur”, es decir, la ciudad de México, Morelos y Guerrero, con posibilidades de ampliarse a Michoacán.
Ya tenían a la capital y al vecino del sur, les faltaba Morelos, alcanzaron el sueño en las elecciones del 2012, pero las cosas empiezan a salir mal, después de lo que sucedió en Iguala difícilmente podrán mantener el control de esta gubernatura, insistimos, lo más prudente y quizás menos costoso políticamente sería que Aguirre Rivera pidiera licencia, pero lo van a defender hasta el final, como hacía el PRI con sus gobernadores, seguramente la sociedad tendrá que esperar hasta la elección para cobrarse la factura.
Algo muy parecido al caso Morelos, se tuvieron que dar hechos bastante dolorosos para la ciudadanía a fin de que el viejo sistema fuera desplazado del poder ejecutivo local, la caída de Jorge Carrillo Olea abrió la puerta a la oposición en el 2000, el voto mayoritario favoreció al PAN.
En lo que respecta a Guerrero, lo más seguro es que regrese el tricolor, el panismo ahí no tiene presencia suficiente como para llegar a ser gobierno, los amarillos parecen empezar a retroceder muy tempranamente.
Claro, tampoco sería muy agradable tener que ir a levantar un cadáver, porque en eso han convertido los gobernadores perredistas a la entidad vecina, se ve que la maldad les ha llegado hasta el hueso y eso sólo pasa cuando hay incapacidad de las autoridades, o cuando están comprometidos con la maña. Aquí pareciera que se dan los dos factores.
Radiografia del Poder
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En lo menos que se esperaba
Reacciones al caso Iguala
¿Instituciones fallidas?
Instituciones educativas, entre ellas la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, algunos sindicatos independientes y Organismos No Gubernamentales (ONGs) han anunciado una movilización para hoy, en repudio de los hechos ocurridos en Iguala, Guerrero, pues 43 normalistas de Ayotzinapa y 28 cuerpos, fueron encontrados en fosas clandestinas.
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