Morelos ya padeció el vacío de poder y la anarquía que se genera en condiciones como éstas.
Francamente como ciudadanos, no desearíamos estar sus en zapatos. Independientemente de la desarticulación política y de la grave inseguridad que enfrentan, la lucha interna por el control del poder desajustará todavía más las pocas posibilidades de desarrollo e inversión pública.
Detrás de la salida de un gobernador siempre habrá acuerdos y reparto de espacios, que llegan a inmovilizar el trabajo gubernamental. Lo que menos le interesa a la clase política -si es que le podemos llamarla así, “clase”- es el ciudadano, van por el botín y las ganancias que a río revuelto se puedan obtener, así sea durante sólo el año que le resta a esa administración.
Habría que preguntarle a Jorge Morales Barud a su paso por la gubernatura 1998-2000. Para poder acceder debió aceptar una serie de compromisos con los opositores, que vendieron caro el favor de permitirle al PRI sustituir a Carrillo Olea, porque igual que debe haber pasado en Guerrero, reclamó la silla, porque la ganó en elección.
Y no crea usted que son minucias, aquí y hasta donde sabemos, a panistas y perredistas se les recompensó bastante bien por sumarse y coadyuvar para que el mandatario en turno llevara la fiesta en paz. Eso sí, no había manera de recuperar terreno perdido.
Carrillo Olea presentó licencia al cargo un 18 de mayo de 1998, es decir, hace 16 años y Morelos todavía vive secuelas del enfrentamiento entre Poderes. Si partimos del hecho de que don Jorge se fue no por la presión que al final quisieron aparentar los opositores, sino por desavenencias con el entonces presidente de la república Ernesto Zedillo Ponce de León.
Nuestra entidad no ha logrado recuperarse de lo ocurrido, ya que comparativamente con la mayoría de las entidades del país, vivimos un rezago impresionante en todos los sentidos. Usted puede visitar eventualmente Puebla, Veracruz, el Estado de México o el Distrito Federal y se dará cuenta de enormes desarrollos, ya sea con inversión pública o privada. Hay crecimiento y empleo; aquí no pasa nada, seguimos viendo casi el Morelos que nos dejó Lauro Ortega Martínez hace 26 años.
Para acabar pronto, ateniéndonos a nuestros antecedentes y experiencias, la inversión oficial en el estado sureño caerá a sus peores niveles históricos por lo que líneas arriba le decíamos, se pierde todo el control.
Quien sustituya al gobernador lo hará en condiciones desafortunadas, en una especie de camisa de fuerza que no lo dejará mover, todo continuará mediante acuerdos y pactos entre los que se queden con las partes del pastel.
Además, es un volver a comenzar, quien llegue comenzará a aprender del ejercicio del poder, no es nada fácil, para cuando el señor o la señora -porque también se menciona a una mujer- se logren sentar más o menos en la silla, ya terminó su ejercicio, que es en la segunda mitad del 2015.
Si el gobierno federal tiene voluntad de ayudar a los guerrerenses en su desgracia, entonces sí habría inversiones, pero si los deja morir solos, considerando además que son oposición a la presidencia de la República, entonces la puerca torció el rabo, no será nada fácil.
Pero hasta en el terreno de la inseguridad y el combate a la delincuencia es la Federación la que debería hacerse cargo, de otra manera los grupos organizados de la "maña" tendrán mayores posibilidades de extender sus redes, ante evidentes vacíos de poder que van a quedar, y ya sabe que los espacios que no ocupa el régimen, los toma la delincuencia. Eso está probado.
Ahora bien, en lo que corresponde al caso de la desaparición de los 43 normalistas, seguramente que la caída de Aguirre Rivero hará que la ola de presión baje. Los afectados necesitaban una víctima y que mejor que la de él, pero el asunto de ninguna manera estará resuelto. Primero debe localizarse a los estudiantes, que es el asunto central; o si la desgracia es mayor, pues ni modo, habría que aceptarla, pero luego de ello se tendría que preguntar ¿y los responsables intelectuales, el alcalde de Iguala y su esposa? tendrán que ser ubicados y llevados ante los tribunales para aplicarles todo el peso de la Ley, aunque de todas manera eso no logra resarcir el daño causado.
Desde el interior del país se ve el asunto de una manera, las movilizaciones y protestas sociales y estudiantiles van sustancialmente dirigidas al Partido de la Revolución Democrática (PRD) que ejerce el poder en esa entidad, pero desde el exterior se aprecia como un tema que ya comienza a causar estragos en las relaciones diplomáticas y en el flujo de capitales de inversión.
Por eso, para algunos analistas y observadores, es fundamental que en torno a tan abominable acontecimiento, el gobierno federal siente precedentes. Para empezar, que lleve a proceso a Aguirre Rivero, por ahora, arraigándolo mientras se le fundamenta su responsabilidad y luego, pues ni modo, cárcel.
Y sobre el edil en fuga, también se tendrá que hacer lo propio, de tal manera que en el extranjero se acepte y se vea que ante algo así, las instancias competentes actuaron con toda dureza para sentar precedentes y evitar en lo sucesivo algo similar, solo de esa manera cambiaría la percepción hacia México.
De todas maneras, no es nada agradable lo que políticamente viene, las cosas comenzarán a tomar otro rumbo a partir de la siguiente elección, cuando se elija constitucionalmente a otro gobernador, pero aún así, las heridas tardan en sanar y todavía al que viene le costará mucho sobreponerse a las adversidades y en medio de todo esto, los únicos paganos son los gobernados, ya que los políticos siempre saldrán con ganancias, sobre todo económicas.
Radiografia del Poder
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Morelos ya padeció el vacío de poder
De JCO a Aguirre Rivero;
La presión logró imponerse: el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, no tuvo otra salida que pedir licencia al cargo; no pudo aguantar más, además porque el desgaste en situaciones como esa es mayúsculo.
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