Combatió desde diversas trincheras, incursionó incluso en el periodismo, algunos años colaboró en la edición de un medio informativo “El Correo del Sur”, de una línea muy crítica y combativa, siempre cuestionando el mal desempeño de los gobiernos estatales, municipales o federales en turno.
Pero del mismo modo fue parte sustancial en la lucha que llevó a la formación del Partido de la Revolución Democrática (PRD) por ahí por 1991, a la postre fue su presidente estatal y tuvo la oportunidad de ser diputado local con esas siglas. Pero sus inquietudes lo mantuvieron siempre en movimiento, durante un buen tiempo la trinchera fue el Centro de Encuentros y Diálogos, porque todavía no se contaba con un organismo político electoral desde el cual elevar el nivel de lucha por la apertura democrática.
Por su elevado nivel de combatividad, desde luego que no era muy bien visto por muchos de sus propios “compañeros” de partido, en la medida de las posibilidades, desde el mismo PRD se le excluyó de la participación político-electoral, ya que su postura interna lastimaba muchos intereses.
Eran por ahí por la década de los noventas, muy pocos personajes que se destacaron por la lucha en contra del régimen totalitario en el estado, entre ellos el propio Suárez Huape, el igualmente fallecido y también en un accidente automovilista Eloy Ortiz, el doctor Mario Rojas Alba que ha decidido alejarse un poco de la grilla política, precisamente por diferencias con el régimen en turno. Dos que tres actualmente activos y dentro del proyecto de izquierda de Morelos, como José Luis Correa Villanueva.
De ninguna manera es exagerado decir que Juan Ignacio es una de las semillas que fueron germinando hasta lograr que al paso del tiempo, el PRD pudiera por fin alcanzar el sueño de convertirse en gobierno de este estado, aunque eso a él en particular no le redundara beneficio alguno, ya que como referimos, por diferencias de fondo se le negó la participación en la actividad gubernamental actual.
Ayer en la madrugada cuando venía de la Ciudad de México, donde laboraba para una senadora perredista, falleció, pero muchos tendrán que reconocer que su esfuerzo histórico por buscar la transformación democrática y el ascenso de la izquierda deja un legado.
EN LA LUCHA POR LAS FEDERALES, ROSALINA Y FERNANDO, LOS MÁS SEGUROS
En otro tema, el electoral, es indiscutible que en esta elección intermedia, lo que más le interesa al gobernador Graco Ramírez Garrido y al presidente de la república Enrique Peña Nieto es ganar el mayor número posible de legisladores, en el caso del primero, locales; y en lo que toca a EPN, posiciones federales.
Y para tal efecto hay que ir por todos, si bien es cierto que Morelos representa poco interés en materia a nivel nacional, hoy día aporta cinco curules de mayoría a la Cámara baja y en caso de resultados muy cerrados, todos cuentan, así que esta vez nuestro estado tiene que estar atendido en ese sentido por parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
A casi dos semanas de que concluyan las campañas, por las circunstancias que se vienen presentando en los distritos electorales, consideramos que hay dos candidatos prácticamente amarrados: Rosalina Mazari Espín, que va por el IV distrito, la región sur-poniente; y Fernando Martínez Cué, aspirante en el distrito número uno con sede en Cuernavaca, pero que incluye Huitzilac.
Respecto a la capital del estado, el terreno se antoja propicio, aunque el candidato panista Javier Bolaños Aguilar no afloja el paso, sin embargo el PRD parece llevar una débil candidatura en Teresa Domínguez, su relación con los medios informativos es nula, no viene haciendo mucha campaña, le apuesta a la publicidad visual, pero se advierte que eso no le ayudará mucho, de tal manera que quien parece perfilarse es Fernando.
En lo que corresponde al cuarto distrito, a pesar de algunos obstáculos que desde el interior de su mismo partido le viene poniendo, Rosalina Mazari Espín pudiera ser la que la tiene más fácil porque se ha distinguido por su trabajo y su honestidad, que es lo que le duele a sus adversarios, propios y extraños.
Bueno, en su oportunidad lo referimos, pero vale la pena recordarlo, fue ella, con base en relaciones logradas cuando fue por primera ocasión legisladora federal, quien gestionó los recursos para la construcción del distribuidor vial que conecta a Puente de Ixtla, su tierra natal, con la autopista del Sol.
Es decir, ella tiene oficio, a diferencia de otros que enfrentan graves problemas de imagen por acciones poco honorables en el ejercicio de la política, por eso decimos que la lleva de calle y además es un cuadro valioso que no debe ponerse en riesgo. Además, su principal adversario es Abdón Toledo, ex alcalde de Zacatepec, un personaje, como referíamos, bastante cuestionado por su desempeño al frente de la comuna. Sólo hay que indagar un poco respecto a las denuncias y señalamientos que le hicieron desde el cabildo por evidente desaseo, muy particularmente en lo que tiene que ver al manejo presupuestal.
Por eso y muchas otras razones, ella es una de las más seguras hacia el Congreso de la Unión, aunque a Peña Nieto le interesan los cinco, pero en los restantes tres distritos las cosas no están muy definidas, la que se ve ya muy rezagada es la del segundo distrito, Guadalupe Tovar, ésa no la sacan ni con grúa.