¿Razones? que no le pudieron sustentar la responsabilidad
que lo condenaba en principio, a diez años de cárcel, luego de que Edgar Valdez Villarreal alias “La Barbie”, una testigo llamada Jennifer y otro capo de la "maña" declararan en su contra.
Todo partió de aquel asesinato de Arturo Beltrán Leyva, ocurrido en las torres departamentales de Altitud, aquí en Cuernavaca, a mediados del 2008. Las cosas se pusieron difíciles desde aquellos tiempos y hasta hoy Morelos continúa padeciendo los ajustes de cuentas entre cárteles del crimen, que se formaron una vez muerto el “jefe”, pero que antes de la fecha señalada, eran parte misma de esa célula delincuencial.
Cabeza de Vaca venía de desempeñar el cargo con la primera administración panista, pero logró ser ratificado en la posición por Adame Castillo. Sin embargo se vio arrastrado por los efectos de la lucha contra la delincuencia, perpetrada en todo el país por el ex presidente de la república Felipe Calderón Hinojosa.
Cabe señalar que hasta antes de que se diera el caso de Beltrán, Morelos vivía una aparente paz y calma en esa materia, tampoco podemos decir que estábamos fuera de los efectos de tal desafortunado fenómeno, pero de ninguna manera habíamos entrado en niveles de franca ingobernabilidad como ya ocurría en entidades como Guerrero, Michoacán, Jalisco, Nuevo León o Tamaulipas.
Pero aquellos hechos representaron un parteaguas que no se ha logrado enmendar, porque con algunas diferencias menores, el clima de inseguridad en la entidad sigue siendo alto, ni el Mando Único policiaco ha logrado apaciguar los ánimos y las ejecuciones continúan siendo cotidianas.
La cosa es que ahora Cabeza de Vaca viene con la firme intención de cobrar venganza, es decir, estaría demandando reparación del daño -que según él- le causaron quienes lo llevaron a prisión y en lo que respecta al rubro económico, pues reclamaría algo así como ocho millones de pesos o más.
¿Estuvo o no metido con los mañosos?, por lo menos los tribunales o las instancias que le iniciaron procedimientos en ese sentido no lograron probarlo y si en cerca de siete años faltaron pruebas para condenarlo, luego de ello será mucho más difícil hacerlo, pero además se habla de absolución definitiva, o sea ya se sobrepuso a sus detractores y si eso es en definitiva, pues estaría fuera de peligro porque conforme a la ley, nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito.
Suerte diferente corrieron otros personajes que le acompañaron en cargos relacionados con la justicia y la seguridad en esos tiempos, como el tristemente célebre José Agustín Montiel López, que fuera director de la Policía Ministerial con Estrada Cajigal, pero igual que pasa hoy día con el titular de la Comisión Estatal de Seguridad, Jesús Alberto Capella Ibarra, se manejó como funcionario de primer nivel.
Era ya un hombre mucho más avanzado de edad, no pudo soportar el castigo y sólo salió para morir en su domicilio. Igual que Cabeza de Vaca, fue acusado de protección a la delincuencia organizada y refundido en un penal de alta seguridad, pero su compañero era mucho más joven y eso seguramente le dio la oportunidad de alcanzar sin mayores problemas de salud la libertad soñada.
No debe ser fácil sustentar un señalamiento de esa naturaleza, por lo poco que conocemos de esas cosas, los arreglos de los delincuentes con cualquier nivel de autoridad, así sea con un elemento policiaco, es verbal y el cumplimiento del mismo se reduce al pago de renta de los mañosos y a la protección de la autoridad como correspondencia, más allá de eso, no hay pruebas.
Por todo lo que sigue pasando en nuestro territorio, la percepción en buena parte de la opinión pública va en el sentido de que seguimos viviendo en medio de complicidades de funcionarios y cuerpos policiacos con el crimen, sólo así se entiende el porqué los maleantes deambulan por todos lados sin ser molestados, pero de ahí a probarlo ante las instancias competentes, es otra cosa.
Morelos es un territorio minado en ese aspecto, se ha dado testimonio público en reiteradas ocasiones sobre la existencia de células de la delincuencia organizada. Hay nombres y lugares en los que, de acuerdo a ello, se mueven personajes de ese mundo sin mayores conflictos, lo que lleva a considerar que por lo menos el Estado y la Federación, mantienen acuerdos con ellos. Ya los municipios quedaron fuera de tal posibilidad, porque la seguridad pública la maneja el estado con el Mando Único.
Por cierto, sobre el tema, el secretario de gobierno Matías Quiroz Medina como que le dio la vuelta y sólo se aventó una frase que indicaría que no está de acuerdo con la inocencia de Cabeza de Vaca, al decir que con ello, se manda un mal mensaje en lo referente a la impartición de justicia y que es la sociedad la que más pierde.
Pero como decíamos, vamos a ver qué rumbo toma el caso, porque los asesores legales del ex secretario de seguridad advierten lo que le decíamos: que buscarán la reparación del daño, aunque esto igual e irá a los tribunales federales, no obstante con la absolución en la mano, no debe ser tan complicado que logren su objetivo.
Ahora bien, la lucha se daría con la Federación, porque la entidad no se vería afectada al tratarse de un delito federal. El pleito parece que va con la Procuraduría General de la República (PGR) de donde habrían surgido los testimonios de “La Barbie” y otros que hicieron declaraciones culpándolo de ofrecer protección a los maleantes, pero que se agrega, derivaron de torturas, es decir no se dieron espontáneamente, se las arrancaron y por eso se vino abajo el proceso en su contra. Total, la historia aquí recién comienza en una segunda fase, que corresponde ya a su libertad.