No es todavía posible medir las posibilidades de cada uno, porque las tendencias suelen darse ya cuando las candidaturas se han formalizado, en este momento los que se mueven en la cancha no saben si serán incluidos en el juego.
Los que saben de política y sobre todo aquellos que buscan el cobijo de algún instituto político, tienen muy clara la película, para poder reclamar un espacio de competencia electoral y más a un cargo de tanta relevancia como la gubernatura, tienen que llegar con trabajo ante sus respectivas dirigencias nacionales, porque esa decisión viene desde la cúpula, el CDE poco influye en eso.
Es por lo anterior que desde hace un rato, recorren pueblos y comunidades del estado, entre otros el senador Fidel Demédicis Hidalgo del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que hasta hoy, pareciera ser el único de los amarillos con cierta delantera, pero con la desventaja de que no es el candidato del gobernador tabasqueño Graco Ramírez Garrido.
Éste necesita un sucesor a modo, porque requiere de alguien que le cuide las espaldas cuando deje el poder, por las corruptelas y robo que está haciendo de las arcas públicas, de tal manera que a Fidel no lo quiere ver ni en pintura. Está consciente de que entre sus primeras acciones, de llegar a ser gobernador, lo llevaría a la cárcel y no sólo a él.
Es en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) donde más competencia interna hay, son como media docena y les representa un grave riesgo porque difícilmente se pondrán de acuerdo y es casi seguro que se pegarán con todo, pero los que mejor se perfilan son el diputado federal Matías Nazario Morales, el legislador local Francisco Moreno Merino, la también diputada federal Rosalina Mazari Espín e incluso el ex alcalde capitalino Jorge Morales Barud, quien necesita primero colocarse en alguna dependencia federal que le permita recuperar presencia.
El ex candidato Amado Orihuela Trejo la quiere de nuevo, sin embargo, ya trae estigma de perdedor y eso le pesaría demasiado, por tal motivo se estima que no sería muy prudente, aunque éste se mueve intensamente en la parte sur del estado con el sector campesino.
Y por cierto, el que mantiene la intención de pelear tan añorada posición, es el líder de la Federación de Trabajadores de Morelos (FTM), Vinicio Limón Rivera. Para tal efecto, ha integrado un movimiento denominado “Transformando a Morelos”, con una interesante composición y una propuesta válida, pero no va por el tricolor, insiste en buscarla por la vía de la candidatura independiente y la podría lograr.
Es poco común que un líder obrero se meta a la pelea por la gubernatura, en el estado hay pocos antecedentes de eso, pero ya ocurrió en el trabajo electoral previo a las elecciones locales de 1988. En aquel entonces, quien igualmente era el dirigente del sector obrero en Morelos, Gonzalo Pastrana Castro, le disputó la candidatura a Antonio Rivapalacio López.
Se dio una férrea batalla en el tricolor, porque “don Gonzalo”, como le decía todo mundo, era muy cercano a aquel legendario secretario general de la CTM, Fidel Velázquez Sánchez. Sin embargo, al final debió declinar y aceptar otra posición, prácticamente amarrada. Hoy es Vinicio Limón el que se apunta, pero por la modalidad de la propuesta ciudadana.
Ya lo hemos dicho muchas veces, Acción Nacional sólo tiene una carta: el legislador federal Javier Bolaños Aguilar. Eso representa una ventaja, que no habría canibalismo interior y se evitaría la ruptura, sólo que los azules andan muy disminuidos y para completar el escenario Graco Ramírez busca ajustar cuentas con ellos, quiere desgastarles algunos otros cuadros.
Claro, en el PRD se mencionan a diversas figuras, pero francamente no les vemos “patas para gallos”, son políticos de pequeña o mediana estatura, independientemente de que el sólo hecho de ser candidatos del partido de Graco, los coloca en posición de perdedores.
Ya sabe usted que el Movimiento de Regeneración Nacional ve en Morelos la posibilidad de ganar una gubernatura con el senador Rabindranath Salazar Solorio, quien igual que todos los antes mencionados, recorre el estado haciendo lo propio.
Pero en torno a quien arrecia la polémica y expectación es en el edil de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo. Sus cercanos colaboradores afirman que sí está ya trabajando sobre una proyección estatal, para buscar la gubernatura y eso tiene inquietos al resto de los aspirantes.
Ya y sobre todo desde gobierno estatal y por instrucciones de Graco, lo tiene bajo la mira, los canales informativos oficiales no le quitan la mano de encima, hay una campaña desinformativa en su contra a diario, buscan desgastarlo, pero aún conserva el aprecio y apoyo de la mayoría en la capital, si logra el objetivo de ser candidato, sería el enemigo a vencer.
Quien dice que ir tras el gobierno estatal no es su objetivo es el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Alejandro Vera Jiménez. Nosotros lo seguimos considerando como un cuadro que tiene el nivel para ello, ya sea por algún partido o de manera independiente.
A lo mejor y la mayoría de los que aspiran no tienen hoy el alcance y popularidad que les garantice, primero, ser candidatos y luego ganar la justa electoral. Sin embargo de algo podemos estar seguros, cualquiera de ellos haría un papel mucho más decoroso que Ramírez Garrido.
Simplemente sería casi imposible que alguien fuera peor gobernador que el tabasqueño. Como que ya tocamos fondo y nos seguimos hundiendo, el que logre ganar la elección del 2018, deberá darle vuelta a esta página desafortunada, porque hay identidad, arraigo, compromiso histórico, elementos ausentes de la pandilla de facinerosos que nos están gobernando en éste momento.