Parece que es una manera inteligente de lucha, porque la intención está fundamentada con base en la reflexión, la propuesta y además acotada con un código de ética que pretende garantizar que quienes participen en la búsqueda de posiciones de representación popular, sean cuadros probos, honestos y éticos.
No será un partido político más, porque esas instituciones pasan por el peor momento de sus existencias y enfrentan el rechazo colectivo. El frente se manejará como un ente eminentemente social y apartidista, sus estructuras deberán surgir del interior de las ciudades, pueblos y comunidades y quedará a libertad de cada quien, decidir si busca alguna candidatura hacia el proceso electoral del 2018.
Por lo que sabemos, son muchos los que vienen trabajando en tal proyecto, uno de ellos el ex diputado federal y fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Mario Rojas Alba. Él y buena parte de los líderes naturales que le dieron vida a aquella conjunción de fuerzas, previas las elecciones de 1988, optaron por tomar distancia de la cosa pública cuando los órganos de dirección de su partido, fueron secuestrados por personajes perversos y mal intencionados como en el caso del actual gobernador Graco Ramírez Garrido en el PRD.
Recordará usted que en su oportunidad, el tabasqueño se apoderó del CDE de dicho instituto político en la entidad, obligando a una desbandada de quienes no aceptaron que un oportunista decidiera el destino del mismo y además lo usara para bien de aquellos que le mostraban servilismo.
Pues ésos son los que ahora construyen una plataforma que hay que decirlo, está pensada para devolverle al ciudadano la facultad de decidir e influir en muchas cosas que le afectan o benefician, y ante las cuales hoy no cuenta con posibilidad alguna de reclamar.
Pero es igualmente una acción que deriva de la decepción creciente ante un gobierno que se apartó de los principios fundamentales de legalidad, honestidad y trabajo por el estado y que ha venido abonando en el encono, el odio y la persecución contra quienes no comulgan con el interés de las figuras superiores de gobierno en el estado.
En concreto, el propósito es contender por los cargos de elección utilizando la figura de las candidaturas independientes o ciudadanas, buscando modificar radicalmente los modelos actuales de hacer campaña, centrados en la compra de conciencias y el sometimiento de los electores.
Y explicaba Rojas Alba, “hay que regresarle al ciudadano el derecho a decidir, pero libremente, de tal forma que las campañas políticas se desarrollarán con base en el contacto directo con el elector, sin esa propaganda ofensiva que sólo representa un derroche de recursos que deberían ser utilizados de mejor manera”.
Pero ¿es posible que prospere en medio de mafias partidistas y grupos monopólicos de poder que todo lo someten por la vía del dinero? A juicio de los promotores, sí, sobre todo porque la gente está cansada del engaño, la traición, la demagogia cada vez más frecuente en los métodos tradicionales de hacer política.
Un altísimo porcentaje de quienes trabajaron a favor de un gobierno de izquierda en el estado, a través de la figura de Graco Ramírez en las elecciones del 2012, lo hicieron pensando precisamente en que le devolverían a los morelenses la capacidad de decisión e intervención en el diseño de las políticas públicas.
Los resultados ya los venimos viendo, el señor engañó a todos, una vez en el ejercicio del poder, desconoció acuerdos, negó compromisos, echó de su equipo de trabajo a quienes lo hicieron gobernador, en su lugar trajo a una legión de extranjeros, por eso decidieron alejarse y esperar el momento de regreso.
A juicio de ellos, ya es el momento, a fin de que de tiempo de generar estructura y alcance, porque se dará la batalla en los 33 municipios. Específicamente buscarán rescatar el estado de derecho, perdido a manos de Graco y de quienes les antecedieron.
Incluso impulsan ya algunas propuestas que tienen que ver con el combate a la corrupción y la aplicación de una verdadera transparencia. Ayer, Mario y otros miembros de esas células que impulsan el movimiento ciudadano, hicieron presencia en el Congreso local para buscar el apoyo de legisladores en torno a una iniciativa que pretende regular el salario de los servidores públicos o representantes populares.
Es decir, un tabulador en los niveles municipal y estatal, a fin de que se acabe con la arbitrariedad en la materia, que es parte de los motivos que llevaron a la quiebra financiera a las alcaldías. No es fácil, por lo que se comenta, algunos diputados no quieren entrarle, hay intereses muy poderosos en todo eso y los partidos políticos son los primeros en oponerse.
Como que el actual entorno es muy propicio para ese tipo de estrategias, el fracaso del régimen estatal ha llevado a que más del 85% de los gobernados no quieran saber nada de partidos, buscarán nuevas alternativas y ésta parece la más apropiada.
En la reciente elección de 12 gubernaturas, la abstención alcanzó niveles históricos, un 70% en promedio, y ese es el sector popular que no comulga con la perversión partidista y anhela recuperar voz y voto, porque le han arrebatado el derecho a decidir. Independientemente de que se siente abandonado, desprotegido y a merced de la violencia y la delincuencia, incluso venida desde el propio gobierno del estado.
Sobre las autodefensas, también se tiene una posición, son válidas, ajustándose a derecho y se estarían aplicando, con la condición de que deberán contar con la aprobación de la asamblea popular que sería el órgano rector en este caso. Lo cierto es que los esfuerzos se vienen encauzando, habrá que ver cuál es el impacto, una vez que se dé a conocer públicamente el proyecto.