Ya hemos dicho en otras ocasiones que manejar el sector educativo es una tarea titánica, porque no es nada fácil tener contentos a cerca de 30 mil empleados, la absoluta mayoría, maestros, pero si a ello le sumamos algunas incongruencias y lucha de intereses en su interior, las cosas se complican aún más.
Y mire que hablamos de un estado pequeño, imaginemos las dimensiones en la materia en el Estado de México o la capital del país. Ahí son palabras mayores, sin embargo, conducir por el buen rumbo y en particular dándole a cada quien lo que legalmente le corresponde, es algo que suele no darse cabalmente en el Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM).
Y denominamos a esta reflexión con “golpes internos”, porque al menos el tema que nos ocupa así lo refleja: cientos, tal vez miles de profesores y profesoras levantan la voz a partir de acciones alimentadas desde el mismo Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), delegación Morelos.
Sucede que como ocurre periódicamente, se hizo publicar una convocatoria para el concurso de cargos de dirección, a nivel preescolar, a la que se inscribieron muchas maestras que consideraban tener los conocimientos, la formación y los merecimientos como para ascender.
Pero entre los puntos de la convocatoria se establecía que quienes lograran pasar la prueba, podían decidir el lugar de adscripción, o sea, ser o no reubicadas a tal o cual plantel. Pero el descontento surje a partir de que , por petición del SNTE, lo anterior queda sin efecto y en una nueva convocatoria se establece que serán los profesores de mayor antigüedad los que tengan preferencia sobre los espacios disponibles y no los que ganaron los concursos o pasaron la prueba para ocupar cargos de dirección.
Incluso aquellos que denuncian lo anterior, dicen tener elementos legales, conforme a la norma en la materia, para considerar que se violan sus derechos.
Sobre el tema, consultamos vía telefónica al director general del IEBEM, Fernando Celerino Pacheco Godínez, quien insiste que no hay tal violación.
Admite que en efecto, la dirigencia estatal del sindicato magisterial le pidió a las instituciones en la materia que se diera prioridad a los de mayor antigüedad, como aludiendo a aquello de primero en tiempo, primero en derecho, pero dice que no hay violación alguna, que incluso, la nueva convocatoria que se hizo publicar se ajusta a lineamientos y normas nacionales al respecto.
Que son cambios que se han venido generando progresivamente a fin de cumplir en la mayor medida posible, con lo que a cada quien le corresponde. Sin embargo, los afectados o afectadas no dejan de insistir en que si ya se contaba con una convocatoria, bajo la cual participaron miles de interesados en promociones al interior del sector educativo, se tenía que respetar.
En todo caso, desde el principio tenían que haberse tomado las decisiones respectivas, pero en aquella se decía con claridad que quedaba a voluntad de las beneficiarias decidir si se quedaban en el plantel donde estaban o solicitaban traslados.
Y como decíamos, fue el propio sindicato el que presionó al IEBEM para que modificara las reglas, pegándole a sus propios agremiados, porque los que concursaron para ser directores también son miembros del SNTE. Es algo que para ellos resulta contradictorio.
Por eso le decíamos que conducir un gremio tan numeroso lleva a irremediables conflictos tarde o temprano, porque cada quien defiende sus intereses y más, cuando en el caso que nos ocupa, hay elementos para ello. Si bien puede ser cierto que la nueva convocatoria cumple con las normas legales, había un antecedente. ¿Para qué prometer si no se va a cumplir?
Los afectados igualmente tienen el recurso de aplicar eso de “primero en tiempo, primero en derecho”, porque hay una convocatoria anterior. No obstante, el sindicato tiene un peso considerable, como lo demostró en este caso en que obligó a las autoridades a dar marcha atrás.
Ellos también enfrentan presiones de sus propios agremiados, claro, y como en cualquier organización de masas, hay grupos y corrientes que dominan e influyen en las decisiones a tomar. La anterior es una de ellas" los maestros más viejos reclamaron tener mano y se las concedieron.
Aprovechando el tema, hay muchas más quejas respecto al desempeño de la parte administrativa ante los docentes. El personal administrativo del IEBEM suele no ser muy eficiente, muestra graves problemas de burocracia, cualquier trámite, por sencillo que sea, puede llevar semanas o hasta meses.
No todos, porque siempre hay quienes muestran responsabilidad y empeño, pero en un buen porcentaje, todavía el secretariado o el personal de apoyo en las oficinas administrativas arrastra algunos vicios, como aquello de que, mientras usted espera en las ventanillas ser atendido, dentro los “servidores públicos” están comiendo, pintándose las uñas o hablando por teléfono con los familiares, para decirles que es lo que quieren que les hagan de comer cuando regresen a casa.
Nos ha tocado presenciarlo, al acompañar a algún familiar en la búsqueda de soluciones y realmente es desesperante. Usted les puede entregar la documentación requerida para la alta en una plaza, por ejemplo y lo tendrá que volver a hacer cuatro o cinco veces más, porque seguro al día siguiente le saldrán con que se les perdieron y ni siquiera hay el mínimo remordimiento o excusa. Es usted quien tendrá que reponer esas pérdidas las veces que sea.
Falta mucha atención y concientización y a pesar de que es el maestro la figura principal del sistema educativo básico y por ende tendría que ser el más importante, aquí ocurre lo contrario: es ninguneado, regañado y si reclama, hasta ofendido, los papeles andan volteados, porque se requiere disciplina y mayor autoridad.
Tampoco descubrimos el hilo negro ni el agua tibia, lo anterior es una constante en el resto de las instituciones gubernamentales, el ciudadano es objeto de toda clase de desprecios a pesar de ser quien mantiene a la burocracia en los tres niveles de gobierno.