Hay una queja histórica de poblaciones como Xoxocotla, Coatetelco, Hueyapan, Tetelcingo, Cuentepec y Santa Catarina, por citar sólo algunas, por el desprecio con el que han sido tratadas a lo largo de los años o de la historia misma, no obstante ser las raíces y la cultura de nuestros antepasados.
Por esos motivos, ha subsistido en la mayoría de sus habitantes, un resentimiento que los lleva a buscar la separación de sus respectivos municipios, en busca de mejorar la disponibilidad de recursos y por ende atender añejas necesidades y rezago en todo tipo de obras y servicios.
En el acto, el legislador local Javier Montes dijo que por décadas las instituciones pusieron oídos sordos a las demandas de convertirse en nuevos ayuntamientos y recordó que la actual legislatura ha modificado ya el artículo 40, inciso 11, a fin de darle cauce al proceso.
Pero lo que no indicó es que también esta administración contribuyó con la dilación y que está aventando la legalización de los ayuntamientos en puerta, hasta las elecciones del 2018. Es decir, le dejará la carga a la administración que viene.
No es cosa fácil darle vida a nuevas alcaldías, porque representarán un desequilibrio financiero en las comunas donde se dé la segregación. Se han programado cuatro, a decir Xoxocotla, Coatetelco, Hueyapan y Tetelcingo, de acuerdo a lo que escuchamos ayer.
Ciertamente que en lo relacionado al número de pobladores, se cumplen cabalmente los requisitos de ley, sin embargo, hay otros factores que parecen poco propicios como para que puedan alcanzar cierta autonomía, sobre todo en ingresos propios.
Uno de los principales conflictos, no de los estados, o de los actuales municipios, del mismo país, es precisamente el bajo nivel de recaudación, a tal grado, que durante el presente año y sobre todo el 2017, las entidades federativas recibirán menores participaciones de la Federación, que advierten de fuertes ajustes a la baja en sectores como el de salud, el campo o la educación.
No hay pues generación de riqueza, lo único que crece es el comercio y la prestación de servicios, el sector primario está contraído y podría estarlo aún más, por insuficiente apoyo para su crecimiento y desarrollo y eso significa menos dinero público para todos.
Morelos estaría pasando de 33 a 37 municipios a partir de la administración estatal del 2018. Pero ahora se busca el lucimiento y los reflectores políticos al atribuirse la “voluntad” para permitir y hasta fomentar la creación de las nuevas alcaldías, sólo que lo hará efectivo precisamente hasta que termine el sexenio, ya le tocará al siguiente enfrentar el asunto.
Como decía el diputado local, la demanda no es de ayer, viene de 30 años a la fecha. Y desde el principio de este régimen estaba hecho el reclamo, pero se fue posponiendo indefinidamente so cualquier pretexto y argumento y ahora se aclara que sí, pero eso se hará en la justa electoral entrante.
La queja de esos pueblos y comunidades es razonable, a pesar de que en algunos casos como Puente de Ixtla, Xoxocotla representa el 30 o 40% de la población en el municipio, pero siempre ha recibido migajas, la absoluta mayoría del presupuesto es orientado en bien de la cabecera municipal y eso se reproduce en el resto de los ayuntamientos.
Es esa actitud de menosprecio lo que ha llevado a esos morelenses a revelarse, sin embargo no será cosa fácil convertir el proyecto en éxito. Pero serán, en este caso, Puente de Ixtla, Miacatlán, Cuautla y Jantetelco las presidencias municipales que vean disminuidos sus presupuestos anuales, porque lo que hoy ejercen tendrán que compartirlo y en porcentajes significativos con esas nuevas comunas, producto de la separación de sus territorios.
Pero además, se viene llegando a la culminación de los sueños de algunas comunidades, con un proyecto diferente, porque quienes diseñaron las estrategias de origen parecen haber sido desplazados y el modelo a aplicar se antoja distorsionado y ya con la intervención del estado y la Federación, que generalmente, todo lo pervierten.
Uno de los artífices de las municipalizaciones es Juan López Palacios, activista de Xoxocotla. Alguna vez ofreció detalles del proyecto y en verdad se antojaba excelente, porque lo consideraba todo y basaba la elección de las autoridades en reglas propias o usos y costumbres.
Por encima de partidos políticos o autoridades estatales y federales, con altos grados de autonomía, darían vida a un gobierno con características muy diferentes a los ayuntamientos que conocemos. El principal objetivo era recuperar la honorabilidad, compromiso y lealtad de los gobernantes con su pueblo.
O sea, cero tolerancia a actos de corrupción y frente a cualquier acción impropia, se tenían previstos procedimientos a fin de que el pueblo mismo, en asambleas populares, ratificara o destituyera a aquellos que habían faltado a su palabra.
Hoy vemos que la intención de quienes dicen impulsar tales municipalizaciones, es encuadrarlos en los mismos esquemas viciados y pervertidos de los partidos políticos a través de las elecciones, que de transparentes y democráticas no tienen nada.
Como que en la lucha se perdieron los controles, los líderes que hicieron los diseños fueron suplantados y los resultados pudieran no ser para nada los previstos. La idea original era pues que las instancias competentes tuvieran voluntad para hacer cambios a la Ley a fin de poder dar vida a esos municipios, pero hasta ahí, ya serían los mismos pueblos los que se darían sus autoridades sin manos ajenas. Aquí apreciamos ya “mano negra” y eso no estaba en la idea y pensamiento de los impulsores.
Pero reiteramos, ya oficialmente se les informó a los pueblos, que será a partir de las próximas elecciones, cuando podrán constituirse como tales y entendemos porque se les dieron tantas largas, esta administración para nada quería lidiar con las nuevas comunas, lo dejó hasta el final para que evitarse conflictos y como que no se nos antoja muy honesto.