Cualquier abogado principiante daba fe de deficiencias y errores garrafales, sobre todo, porque para un asunto de tal naturaleza, se tenían que valorar los preceptos de la Constitución General de la República y no una norma secundaria como la Constitución local.
Pero además, todo mundo podía advertir que más que ajustado a un procedimiento legal, se venía imponiendo el interés político-electoral de quienes ven en el ex futbolista a un enemigo invencible, en caso de que logre llegar vivo a las elecciones del 2018 y contender por alguna candidatura al gobierno morelense.
Es realmente esto último lo que anima a aquellos que están detrás de la persecución de Cuauhtémoc y no su vocación y entrega por el interés superior de los ciudadanos que viven en esta capital del estado, de ahí que aún sin conocer mucho de derecho, la absoluta mayoría de quienes estamos al pendiente del caso, teníamos casi la seguridad de que en el último momento se tendría que dar reversa.
Y mientras crece el repudio en contra de esos vividores del presupuesto público que se sienten amenazados en sus ambiciones políticas futuras, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) cuenta en este momento, sin la menor duda, con el reconocimiento y aplauso de la mayoría de los habitantes de Cuernavaca y porqué no, de Morelos, porque de la figura del ex americanista están pendientes muchos morelenses.
Claro, desde el Congreso local y en voz del vocero de la comisión de gobernación Edwin Brito Brito, se advierte que se continuará con el proceso, que porque además sería incorrecto no hacerlo. El señor recuerda que la SCJN sólo concede una suspensión temporal y deja a salvo la facultad del Legislativo para continuar al respecto.
Incluso mencionó que tienen cinco días hábiles para dar conclusión a su “trabajo”, que adelanta, no sabe cuál será su resultado en lo que se refiere a la suma de votos a favor. Eso sí, reconoce que también conforme a la corte, sólo estarían decretado la separación del cargo al edil, pero ya no serían ellos los que la ejecutarían.
En efecto, la Cámara local puede continuar con su procedimiento, sin embargo y a pesar de que eventualmente determinen su revocación, no la podrán llevar a la práctica y finalmente será la Suprema Corte la que decida el destino del edil con la sentencia al amparo indirecto interpuesto por el asesor jurídico Cipriano Sotelo Salgado.
En concreto, si la sentencia es contra Blanco Bravo, los legisladores locales seguramente procederán de inmediato a darle cuello, pero si es a favor, hasta ahí llegará todo el teatro y se quedarán con las ganas, de ahí que sea tan importante que la defensa del presidente municipal desarrolle con absoluta pulcritud su trabajo, porque cualquier error, por menor que sea, puede ser desafortunado.
Observando el escaso nivel legal con el que se busca ajustar cuentas al Cuau y conociendo la capacidad profesional del asesor jurídico, lo que ha dicho Cipriano debe tranquilizar a quienes se oponen a que el alcalde sea depuesto, como aquello de que, al menos por la denuncia que pesa en su contra en este momento, el señor no se va y si no aparece algo más que verdaderamente lo amerite, terminará tranquilamente su trienio al frente de la comuna cuernavacense.
Cabe agregar que en conceptos muy elegantes, el jurista llamó ignorantes en la materia a quienes impulsan el procedimiento, algo que seguramente tampoco habrá entendido la mayoría de los representantes populares, porque lo dijo en términos de ley. Y así como se tenía confianza en que la malévola intención no lograría aterrizar, igualmente priva la esperanza colectiva de que se quedarán con las ganas y que finalmente se impondrá la prudencia.
El caso se quiso acelerar de tal manera, que la defensa de Blanco tenía el tiempo muy reducido para poder armar la estrategia jurídica correcta, finalmente al cuarto para las 12 lo logró y además procedió positivamente en la Corte, es de esperarse que una vez conseguido este pequeño respiro, se tengan mayores instrumentos para poder echar abajo la pretensión de los adversarios de Cuauhtémoc.
Así que confiando en la declaración de Sotelo Salgado, sus detractores deberán buscar otras causas y más graves a fin de iniciarle otro procedimiento y poder quitarlo de en medio en la carrera por el 2018, si no es así, sólo le han hecho el caldo gordo, porque la figura del ídolo del futbol se acrecentó con todo lo que ha pasado.
Pero la destitución del alcalde es sólo el primer paso de sus enemigos y quitarlo de la presidencia municipal no tendría el efecto que ellos buscan, así que si su intención es evitar que aparezca en las boletas electorales en el futuro cercano, su real objetivo es generarle antecedentes penales para que legalmente no pueda participar y ello se da cuando hay sentencia, por lo tanto, la película seguramente va a continuar.
Como quiera que sea, el señor ganó la primera batalla, no la guerra, pero es un paso importante que además, da crédito a la percepción popular en el sentido de que se trata de una persecución y todo ello dificultaría cualquier otra intentona por hacerle daño. Y de última hora, también el Juzgado Cuarto De Distrito en el amparo 140/2012 le concede otra suspensión y aquí ya se ordena al recinto Legislativo mantener las cosas como están, o sea, no pueden continuar con el procedimiento por el momento.
Para acabar pronto, ya se empantanaron y más bien le vienen dando cierta inmunidad, han logrado que reconquistara a muchos corazones que ya se habían alejado por diversas razones y que hoy lo ven como víctima y al que todos le quieren pegar sin aparente motivo real o justificación.
Al Cuau lo podrán acusar de lo que sea, pero es un tipo duro de matar, tiene carácter y se sabe defender, para nada es un agachado y si le dan una cachetada, la regresa y bien puesta, así se condujo como jugador profesional en las canchas y ahora como presidente municipal no ha sido distinto.
Sin saber mucho de política, les viene dando las buenas y las malas a los Yañez. Además, como tampoco practica las formas ni el lenguaje en la materia, les arrima cada trancazo que los tambalea, porque conserva mucha credibilidad.