Como usted recordará, ese órgano superior en materia legal, a través de una suspensión concedida a la defensa del exfutbolista, advierte que si bien el Congreso puede seguir adelante con el procedimiento, no podrá ya ejecutar su decisión, cualquiera que ésta sea.
Es decir, los diputados ya lo han declarado fuera, pero será hasta que la Corte resuelva el fondo del amparo cuando se definirá la sustancia del caso y, para tal efecto, no hay un tiempo preciso programado. Para acabar pronto, Blanco Bravo se mantendrá al frente del Ayuntamiento capitalino seguramente por mucho tiempo más y, como decía su abogado, Cipriano Sotelo, igual y concluye su mandato sin que se tenga una salida definitiva.
Hasta este momento se puede apreciar que la asesoría de Cuauhtémoc es la correcta, aunque algunos abogados refieren que obtener una suspensión no es algo extraordinario, pues generalmente éstas se conceden sin que den claridad de cuál será la decisión definitiva.
Pero en torno al edil capitalino, pueden favorecer muchos argumentos. Uno de ellos, que por delitos y señalamientos muy graves, otros políticos han sido perdonados. Es más, ni siquiera analizaron sus denuncias de juicios políticos, así que sería un exceso sacrificarlo.
Otra razón más poderosa es que a quien se afecta no es al alcalde, sino a los habitantes de Cuernavaca, porque quitarles a su gobernante –que ellos eligieron y siguen apoyando– llevaría a un desorden e ingobernabilidad. Para Blanco Bravo podría ser un descalabro, pero más allá de eso, el hombre no tiene problemas económicos ni de chamba por algunos años más.
Su fama como futbolista le tiene reservados muchos espacios desde los cuales puede contar con ingresos como para vivir tranquilamente sin tener que enfrentar a políticos que sólo piensan en sus intereses, pero tampoco se debe permitir que hagan lo que se les da la gana.
Pero, fíjese nada más, como ya vieron que la opción que venían desarrollando no está fácil, buscan otra: la suspensión. El propósito es sacarlo de la jugada y hasta se mencionaba ayer que hoy intentarán aplicarle “la Cuautemiña”.
Ojalá que igualmente a este respecto, Sotelo Salgado tenga algún recurso legal para impedirlo, porque no se vale actuar por consigna o capricho. Claro, reiteramos, tenemos perfectamente claro cuál es el pecado del nacido en Tepito, en la Ciudad de México –aunque su mamá es de Guerrero–: cuenta hoy con la mayor aceptación del electorado en caso de que aspirara a la gubernatura morelense en 2018. Eso es todo. Pero va contra las aspiraciones de muchos otros que quieren lo mismo.
Van entonces a buscarle un “fast track” para separarlo del cargo de presidente y les urge, porque ya preparan las maletas para irse a vacacionar. Se decía que la de ayer era la última sesión ordinaria y que regresarán hasta entrado enero.
Esperamos que no pase nada y, si fuera así, la lucha se seguirá dando en las altas esferas, donde, con toda seguridad, las partes buscarán influir en la decisión de los ministros de la Corte y hay antecedentes que muestran que sí es posible.
Algunos quizás recuerden aquellos pasajes complicados en los primeros tres años del gobernador Sergio Estrada Cajigal Ramírez. Las denuncias de juicio político llegaron hasta la SCJN y se tenían todos los elementos y pruebas necesarios como para la separación del cargo, no obstante, intervino el gobierno federal de Vicente Fox, quien era amigo personal de SECR y no prosperó la intentona.
Entonces, los asesores de Blanco van a tener que aplicarse con todo y dirigir una defensa suficientemente sólida como para que no se tenga algún espacio o argumento por el cual dirigir las decisiones en su contra. También algún analista decía que para la Federación, Cuernavaca no representa gran cosa; que a diferencia de capitales de otros estados como Puebla, Guadalajara o Querétaro, a nuestra metrópoli la ven como poca cosa, por aquello de los efectos a sus ciudadanos con la posible remoción del presidente municipal.
Hay que pensar que no es así y que la Presidencia de la República valoraría las consecuencias. Porque, en verdad, se entraría en un vacío de poder que causaría retrocesos históricos que no merecen sus habitantes, sólo por las luchas anticipadas en el control del poder.
Y no importa que en su lugar llegara alguien cargado de maletas y con el apoyo total para comenzar a desarrollar cientos de obras que transformaran la capital. Simplemente el pueblo le daría la espalda e imposibilitaría su trabajo, así fuera de buenas intenciones.
Cuando el ciudadano de a pie ofrece su respaldo, está dispuesto incluso al sacrificio. En su primer año, el edil no ha dado grandes soluciones a la ciudad, pero eso no ha incidido como para que la ciudadanía se esté alejando; continúa a su lado y, por el contrario, lo que ocurre hoy da fe de cómo le han ayudado a recuperar capital social si es que se le había desprendido.
Se espera pues que hoy, a partir de las nueve de la mañana, poco antes de la marcha en su apoyo, que se piensa que estaría llegando al centro histórico como a las diez, Cuauhtémoc Blanco Bravo haga presencia en el recinto para argumentar lo que en su defensa corresponda.
Es altamente probable que no concurra y que sea el cuerpo de asesores legales en el caso los que den la cara, pero como quiera que sea, hay que estar al pendiente del rumbo que toman las cosas luego de que se ha advertido que la salida sería otra, es decir, la suspensión. Hasta ayer, el alcalde mostraba tranquilidad y seguridad en el sentido de que no pasará nada, por lo menos en el futuro inmediato.