Particularmente insistimos en que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se mueve peligrosamente, pero más que el instituto político, es la figura de su líder moral Andrés Manuel López Obrador la que comienza a preocupar en todo los niveles, ya sea en el estado o en la propia república.
Desde luego que el gobierno federal lleva una medición precisa de cómo se viene moviendo el mosaico electoral y todo indica que la gran lucha se dará entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el partido de AMLO y en nuestro estado la tendencia va en ese mismo sentido.
Ésta entidad ha votado mayoritariamente por la izquierda en las más recientes contiendas y los indicadores anticipan que para el 2018 no será distinto, por lo tanto, sólo requieren de un buen candidato para aspirar incluso a ganar la gubernatura.
Por lo que se sabe, en ninguna otra entidad están tan cerca de lograr esa hazaña, que en nuestro territorio y al parecer el tabasqueño ya la olió y amenaza con venir con todo, lo que requerirá de una estrategia verdaderamente inteligente a fin de impedir que se instale en palacio dentro de dos años.
Lo que explicaba un diputado federal morelense, es que ya se desarrolla un intenso trabajo a fin de buscar los mecanismos pertinentes para dividir el voto, sobre todo el de tendencia izquierda, en una lucha abierta por restarle activos a López Obrador.
No obstante, Morelos pareciera ser lo de menos, a nivel naciónal el ex jefe de gobierno de la Ciudad de México es el único que continúa en crecimiento. Hoy las estadísticas electorales lo sitúan por arriba de los 42 puntos, es decir, aventaja a todos aquellos que, se estima, aspirarán a la presidencia de la república a través de sus respectivas trincheras.
Y claro, es el Partido de la Revolución Democrática (PRD) el que está siendo sacrificado por Morena, porque hay una fuga permanente del primero al segundo, los verdaderos luchadores sociales abandonan las filas del sol azteca para sumarse al otro frente y se viene dando algo así como un desmantelamiento que amenaza con llevar a ese instituto a la pérdida del registro.
Bueno, es el propio sistema actual de gobierno el que intenta afanosamente ofrecer algo de oxígeno a los amarillos para que no toquen fondo, a sabiendas de que cada punto que pierden se lo lleva AMLO, pero igual y tampoco logran hacer mucho.
Aquí en lo local, es sabido de las profundas diferencias que se han dado entre el senador Fidel Demédicis Hidalgo y las directrices locales, mismas que obedecen precisamente a que el legislador federal quiere ser candidato a la gubernatura, pero no está en los planes del CDE del PRD. Consciente de lo anterior, Fidel parece estar ya muy cerca de un acuerdo con el movimiento de regeneración y en todo caso acabaría siendo el candidato, pero de Obrador.
Bueno, se habla de algunas sorpresas en puerta en lo que se refiere al alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, que están directamente relacionadas con la persecución de la que está siendo objeto. Sus adversarios ya percibieron que los apoyos al futbolista vienen de la Federación.
Quizás algunos magistrados y diputados locales no tomaron en cuenta que la figura del Cuau es altamente rentable en materia electoral y actuaron por consigna, ignorando que su propio partido político es el que ha considerado utilizar la figura del alcalde para acompañar a sus fórmulas en el proceso en puerta.
Y si en efecto la cosa va por ese lado, no estaríamos mal pronosticando que los tres poderes locales juntos no podrán salirse con la suya, destituir al presidente municipal por la vía del juicio político, así hayan recurrido a una figura de un jurista en entredicho como Raúl Carrancá y Rivas.
Y si usted se toma un momento y analiza las posiciones y declaraciones recientes de algunos de los actores que empujan la destitución de Blanco Bravo, se encontrará con que se comienza a apreciar un rompimiento.
Durante estos cuatro años se presumió de una relación tersa y hasta de protección desde la Presidencia de la República a favor de la administración pública estatal, pero el caso Cuau exhibe ya algunas rupturas, que en el futuro cercano podrían ser de resultados dramáticos.
El caso del rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) Alejandro Vera Jiménez es otra señal, desde luego que los recursos económicos entregados a la máxima casa de estudios -a fin de poder enfrentar el déficit presupuestal- son producto de las gestiones logradas por el rector ante las Secretarías de Hacienda y de Educación, con la ayuda de la Secretaría de Gobernación, pero que por ley, deben triangular con la entidad.
Pero volviendo al tema inicial, el de los pronósticos electorales, es muy probable que la figura de Cuauhtémoc cambie toda la correlación de fuerzas políticas que actualmente apreciamos y que sea factor para que uno de esos partidos cuente con posibilidades reales de recuperar la gubernatura estatal.
Por cierto, en el caso de ser incluido, no iría como candidato a la primera magistratura estatal, no, se le estaría ofreciendo una curul en el Congreso de la Unión, pero con el compromiso de que haga campaña y acompañe al resto de los aspirantes a cargos de elección del partido en referencia.
Pero eso sí, ya desde ahora se da por hecho que sólo son tres los institutos que tienen posibilidades de pelear el gobierno morelense: el Revolucionario Institucional, el Movimiento de Regeneración Nacional y el Partido Acción Nacional, que en Cuernavaca podría volver a dar la pelea con una buena fórmula.