El 7 de julio del año en curso (2017) tuve la oportunidad de asistir a la graduación de la generación 2014-2017 del EMSAD 2 del Cobaem de Cuentepec, Morelos, que se llevó a cabo en la cancha deportiva de la telesecundaria de esa población indígena, que mayoritariamente habla náhuatl. Esta escuela, como se ha reseñado anteriormente en este diario, a pesar de no tener instalaciones propias, ha tenido logros académicos muy importantes. La escuela, a la que asisten cerca de 140 estudiantes, funciona en las instalaciones que les presta la telesecundaria de la población, una vez que ha terminado su turno matutino.
Este año se graduó la decimoprimera generación de estudiantes, constituida por 42 alumnos (23 mujeres, 19 hombres). En la emotiva ceremonia se les dio un reconocimiento a los estudiantes que lograron los mejores promedios (primer lugar Dulce Lizeth Castillo García, segundo lugar Karla Janeth Peña Avilés y tercer lugar Tania Lizbeth Nava Sierra) y quienes dirigieron un mensaje de agradecimiento y de remembranzas tanto en español como en náhuatl.
Este mismo año, estudiantes de esa “escuela sin escuela” obtuvieron logros muy relevantes. Uno de sus ex alumnos, Juan Francisco Sarmina, en mayo recibió de manos del gobernador de Morelos el Premio Estatal de la Juventud en la categoría “Méritos académicos”. Juan es uno de los pocos ex alumnos del EMSAD 2 que ha continuado hacia una carrera universitaria. Actualmente estudia Biología en la UAEM, universidad a la que logró entrar en su segundo intento, ya que en el primero, a pesar de ser bilingüe, no alcanzó la puntuación necesaria (pero de inglés, no de náhuatl, que es su lengua materna).
Este año, 30 estudiantes de esta escuela, asesorados por su entusiasta maestra de Ciencias Naturales, la bióloga Angélica Ocampo, participaron nuevamente en el Congreso de Investigación CUAM-ACMor, el evento pionero y de mayor tradición y prestigio en México, en donde los estudiantes de nivel básico y de educación media superior presentan, ante un jurado compuesto por investigadores experimentados, sus proyectos de investigación. En la edición número 28 de este congreso, llevado a cabo en abril de este año (2017), dos de los nueve proyectos que presentaron los estudiantes de Cuentepec resultaron finalistas y uno de ellos recibió una mención honorífica.
En ediciones anteriores del Congreso CUAM-ACMor, esta escuela ha logrado también reconocimientos, destacando, en 2014 el primer lugar absoluto del congreso a nivel bachillerato, lo que le dio derecho al estudiante ganador a participar en un evento internacional de ciencias para jóvenes en Colombia.
Dadas las limitadas oportunidades, sobre todo desde el punto de vista económico, que tienen los estudiantes de Cuentepec, históricamente han sido muy pocos los egresados que continúan a una carrera profesional. Sin embargo, este año la escuela rompió récord en ese aspecto: 17 de los 42 alumnos que se graduaron, solicitaron admisión a una institución de educación superior y 13 de ellos (el 76% de los que lo intentaron !) fueron admitidos en diversas instituciones que incluyeron: Escuela Normal de Amilcingo (4), Facultad de Ciencias Agropecuarias UAEM (3), Facultad de Ciencias Biológicas UAEM (2), Facultad de Ciencias Químicas e Ingeniería UAEM (1), Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UAEM (1), Facultad de Contaduría, Administración e Informática UAEM (1), Universidad Pedagógica Nacional campus Ajusco Ciudad de México (1). Esto sin duda es el resultado principalmente del esfuerzo de los estudiantes, pero sin duda la preparación que les brinda su escuela los hace competitivos y desde luego, el apoyo que reciben de sus familias es fundamental para hacerlo posible. Una calurosa felicitación a estos 13 estudiantes, a los que les deseo el mayor de los éxitos en su carrera profesional y los que se merecen todo el apoyo que se les pueda brindar para que concluyan sus estudios.
Hay que reconocer la enorme dedicación de los profesores que integran la plantilla del EMSAD 2: Nayeli Brito (Ciencias Sociales), Angélica Ocampo (Ciencias Naturales);, Manuel Taboada (Informática), Omar Pérez (Comunicación), Anuar Misael Ortiz (Matemáticas) y Fidel Albarrán (Centro de cómputo), todos ellos bajo la entusiasta y profesional coordinación de Noé Rafael Pérez.
No muchas escuelas de Morelos (y yo diría, del país) pueden contar con logros académicos tan importantes como los que ha conseguido la comunidad de esta escuela. Ha destacado en ciencias sin tener laboratorios; ha formado –sin contar con aulas propias- a estudiantes que cada vez tienen más éxito al ingresar a estudios universitarios; ha gestado a un Premio Estatal de la Juventud y sobre todo le ha ampliado el horizonte a sus egresados, a quienes, bajo la mayor de las restricciones físicas, les ha infundido un sólido espíritu de trabajo, que sin duda será crucial para su futuro personal y profesional.
Insisto aquí lo que varios académicos hemos publicado previamente en este diario: esta “escuela sin escuela” tiene más que merecido contar con instalaciones propias y dignas. Ya tienen el terreno que les donó la comunidad. Lo que les falta es el compromiso y solidaridad de todos los sectores de la sociedad (gobierno, iniciativa privada, sociedad civil), a quienes hago un nuevo llamado a contribuir (en especie, mediante donativos, con asesoría profesional, de relaciones públicas, mediante apoyo en gestiones, etcétera) para lograr que esta notable comunidad de estudiantes y profesores cuente con instalaciones en donde continúen y mejoren su actividad como escuela (en el sentido más amplio y profundo de la palabra), que sin duda han demostrado con creces que ya son.
Quienes se quieran unir a la causa para lograr la construcción de las instalaciones físicas de la escuela, favor de ponerse en contacto con el ingeniero Noé Rafael Pérez (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.).