El uso masivo e intensivo de la energía en los últimos siglos ha provocado un desarrollo sin comparación en la historia de la humanidad. La comprensión de los fenómenos electromagnéticos posibilitó el desarrollo de la tecnología que ha facilitado el uso de la electricidad en forma masiva y sus múltiples aplicaciones. Así los descubrimientos empíricos de Micheal Faraday y Andre Marie Ampere entre otros físicos y la formalización de estos descubrimientos, realizada por James Clerk Maxwell, en la electrodinámica han dado el sustento para la forma y estilo de vida que tenemos. Hoy en día en la mayoría de los hogares en el mundo se usa la electricidad y las telecomunicaciones que son producto del entendimiento profundo de los fenómenos electromagnéticos.
Sin embargo, la cantidad de energía utilizada en los usos de esta energía solamente se pudo generar con la acelerada explotación de los hidrocarburos. Es decir, el uso masivo del petróleo, gas y carbón mineral, tanto en aplicaciones directas en motores de combustión como en las plantas termoeléctricas, posibilitó precisamente el desarrollo vertiginoso de los últimos siglos.
Estos dos hechos, desde mi punto de vista, han cambiado la forma en la que una gran parte de la población en el mundo vive y esta forma de vida es muy diferente a la que las personas tenían normalmente hace unos tres siglos.
A pesar de los logros evidentes para incrementar el bienestar de muchas personas, debemos reconocer que para una proporción grande de la gente esto no ha sido tan beneficioso. Por ejemplo, en México más de la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. Además, el uso indiscriminado de los hidrocarburos ha propiciado cambios sustanciales en la composición de la atmósfera y ha producido un cambio climático antropogénico que somete a un reto mayúsculo a las actuales formas de vida en el planeta y amenaza su subsistencia.
En la actualidad el reto implica mantener el bienestar de las personas sin menoscabo del bienestar de otras personas o especies en el planeta. Para tratar de conseguir este objetivo es que muchas personas proponemos perseguir el paradigma de la sustentabilidad. Desde esta perspectiva podemos conseguir un verdadero bienestar social, no sólo de las personas individualmente, sino de la sociedad y el entorno físico y biótico en la que están inmersas.
Para esto se requiere generar la energía necesaria en una forma diferente y las fuentes renovables de energía son la opción que nos puede garantizar la energía necesaria. Adicionalmente, en el futuro cercano las fuentes renovables de energía, como la solar, eólica, oceánica, geotermia y algunos biocombustibles producidos con residuos orgánicos, pueden brindar la energía para regiones donde la pobreza impere.
En este sentido podemos encontrar un interesante estudio realizado por científicos Indios y Finlandeses sobre la región de Asia Meridional e India [1]. Esta región, como nuestro país, alberga a un gran número de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza. Este artículo analiza la posibilidad de cumplir con el objetivo 7 del desarrollo sustentable: proporcionar electricidad asequible, universalmente accesible, confiable y con bajo o cero carbono. Los científicos realizaron una simulación de un sistema de energía 100% renovable de costo óptimo para la región y con miras en el año 2030. Uno de los aspectos importantes de esta simulación es que se realizó con una resolución horaria y para ello la región se dividió en 16 subregiones. Los resultados obtenidos indican que un costo nivelado de electricidad del sistema disminuye de 71,6 €/MWh en un sistema descentralizado a 67,2 €/MWh para un escenario conectado a la red centralizada. Con esto el estudio muestra que un sistema de energía 100% renovable podría ser una realidad en la región de Asia Meridional e India con los supuestos de costos utilizados en esta investigación y que puede ser más competitivo en costos que las alternativas de captura y almacenamiento de carbono fósil y nuclear.
Hay algunos aspectos a resaltar de este estudio, primero se realizó en una región que comparte aspectos geográficos y ecológicos análogos a buena parte de nuestro país; segundo, el nivel de pobreza en la región también se comparte con la parte sur de nuestro México y tercero la abundancia de los recursos bióticos y los sistemas ecológicos tienen similitudes con los nuestros. Por lo anterior, considero que los resultados más importantes pueden ser considerados como cercanos a nuestra realidad.
De esta manera insisto, podemos proponer planes y desarrollar acciones para conseguir un México encaminado hacia la sustentabilidad con un 100% de energías renovables en un futuro cercano, digamos… 2030.
[1] Gulagi A, Choudhary P, Bogdanov D, Breyer C (2017) Electricity system based on 100% renewable energy for India and SAARC. PLoS ONE 12(7): e0180611. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0180611