Aunque decidí titular este comentario mencionando el desarrollo económico, estoy pensando en el bienestar social. Sin embargo, la nota es el Premio Noble de Economía y este premio se otorgó en la economía. Si bien es cierto que fue en la macroeconomía. Quiero comentar que en la jerga de los versados en economía, al hablar de desarrollo económico se está invocando a frases cargadas de ideología que evitan la discusión y los acuerdos, cuando otros invocamos el desarrollo sustentable y algunos más radicales evitan la palabra desarrollo. Pero no me voy a detener en estas sutilezas, sino trataré de explicar en términos cotidianos la importancia de que la Academia Sueca haya decidido otorgar el Premio Nobel de Economía a: William D. Nordhaus (Yale University) por la integración del concepto de cambio climático con una perspectiva de largo plazo en el análisis macroeconómico; y Paul M. Romer (NYU Stern School of Business) por integrar la innovación tecnológica en el análisis macroeconómico con una perspectiva de largo plazo. En síntesis la Academia Sueca premia a dos destacados economistas por realizar trabajo con miras en el largo plazo y con dos aspectos fundamentales de nuestros días: el cambio climático y la innovación tecnológica.
En palabras de la Academia Sueca[1]: William D. Nordhaus y Paul M. Romer han diseñado métodos para abordar algunas de las preguntas más básicas y apremiantes de nuestro tiempo, acerca de cómo creamos un crecimiento económico sostenido y sustentable en el largo plazo. A continuación la propia academia abunda en la información, aclarando que han ampliado significativamente el alcance del análisis económico, al construir modelos que explican cómo la economía de mercado interactúa con la naturaleza y el conocimiento.
Por supuesto, estamos de acuerdo con la importancia de estos tópicos. De hecho en estos comentarios hemos abordado varias veces la necesidad de enfocar los estudios en las interacciones entre los ámbitos económicos, ambientales, sociales y organizacionales de la sustentabilidad. Los lectores no nos dejarán mentir, al recordar nuestras frases dirigidas a estudios en el largo plazo para contender con las contradicciones entre estos ámbitos que debemos dirimir para conseguir la sustentabilidad.
Paul Romer modeló cómo las decisiones económicas determinaban la creación de la tecnología y no sólo la tecnología era el motor de la economía. Consideró los efectos en ambos sentidos y para ello necesitó una visión de largo plazo. De esta manera, sus modelos han generado nuevas investigaciones sobre las regulaciones y políticas que fomentan nuevas ideas y bienestar en el largo plazo. Para nosotros, lo importante es contemplar que las políticas definidas para fomentar la innovación tecnológica tiene repercusiones en el bienestar de las personas, sí se analizan en el largo plazo.
Entre tanto, William Nordhaus se convirtió en la primera persona en crear un modelo de evaluación integrado de la economía y el ambiente, es decir un modelo cuantitativo que describe la interacción global entre la economía y el clima. Su modelo considera teorías y resultados empíricos de la física, la química y la economía. El modelo de Nordhaus ahora está ampliamente difundido y se utiliza para simular cómo la economía y el clima coevolucionan. Sus herramientas nos permiten simular cómo la economía y el clima co-evolucionan bajo supuestos alternativos sobre el funcionamiento de la naturaleza y la economía de mercado, incluidas las políticas. Nuevamente su modelo se utiliza para examinar las consecuencias de las intervenciones de política climática, por ejemplo, los impuestos al carbono en el desarrollo económico y se está ampliando para considerar el bienestar social.
Es importante mencionar que en las primeras entrevistas después de conocerse la noticia de otorgamiento del Premio Nobel [2], Romer enfatizó que sí es posible atender las medidas urgentes, como la señaladas por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas, para no incrementar más de 1.5 grados la temperatura en el futuro cercano. Esto debido a que las personas tienen una gran capacidad para resolver los problemas; pero que se debe evitar apreciar como catastrófico e irresoluble la problemática de cambio climático, ya que sí tiene solución. Nordhaus señaló que debemos pensar en el largo plazo y lo global para poder contender con este cambio climático antopogénico. En otras palabras, recordar que nada está lejos y que todo tiempo nos llega.
Quiero recordar que en estos comentarios, he mencionado varias veces a otra persona ganadora del premio Nobel de Economía en 2009, Elinor Ostrom, quien con sus contribuciones en el entendimiento de la gobernanza de lo común, también nos brinda herramientas para construir un bienestar social.
Los invito a leer y difundir estos logros científicos en el área de la economía que apuntan más bien a una generación multidisciplinaria de conocimiento, donde debemos enfocarnos más a la compresión de las ideas que a la definición de conceptos o vocablos propios de las jergas disciplinarias.
Finalizo, comentando que las ciencias sociales y económicas deben redoblar los esfuerzos, al igual que las exactas y naturales, para que las personas que tomamos las decisiones votando, tengamos conocimiento adecuado para elegir a otras personas que puedan con conocimiento resolver nuestros graves problemas locales y globales en el largo plazo.
[1]https://www.nobelprize.org/prizes/economics/2018/press-release/
[2] https://www.theguardian.com/world/2018/oct/08/two-us-economists-win-nobel-prize-for-work-on-climate-and-growth-william-nordhaus-paul-romer