En este siglo hemos observado que las sociedades se polarizan, dividen y parece que no se puede generar consenso, sino que las divisiones son irreconciliables. En nuestro país desde hace unos veinte años se han visto elecciones cerradas y parece que las opiniones se alejan.
Lo mismo ha pasado en Estados Unidos y en el Reino Unido, donde las decisiones políticas se toman por diferencias mínimas y las sociedades parecen polarizarse. ¿Esta situación es la que abundará en el futuro? ¿Podemos como sociedades hacer algo?
En muchos de estos escritos he opinado que una alternativa sería fijar objetivos a largo plazo, donde intuitivamente parece que sí nos podemos poner de acuerdo. Repito, esta sugerencia ha sido generada con base en la experiencia. Sin embargo, la propuesta parece ser adecuada.
En eso estaba pensando cuando al releer el artículo de la semana pasada, volví a revisar la literatura y encontré que hace dos semanas se publicó otro artículo que modela el comportamiento social con un modelo matemático de agentes en una red estructurada [1] y concluye que existen condiciones que promueven el desvanecimiento de los cúmulos polarizados y se puede llegar a un consenso.
La motivación que tuvieron D. Andersson, S. Bratsberg, A.K Ringsmuth y A.S. de Wijn colegas de Europa, radica en que desearon encontrar las condiciones para determinar cuándo puede haber una acción colectiva que enfrente a los desafíos urgentes que enfrentamos.
En particular, los desafíos para gestionar de una manera sustentable y justa los recursos de uso común a gran escala, dado que para cuando se puede observar el decaimiento de esos recursos puede ser ya demasiado tarde para evitar la tragedia.
El equipo europeo considera que para resolver este tipo de problemas, se debe lograr un nivel suficiente de cooperación, con una norma de comportamiento a favor de la conservación, dentro del entorno sociopolítico imperante.
Por esa razón, en su estudio investigaron la dinámica transitoria del cambio de comportamiento en un modelo basado en agentes en redes estructuradas que también están expuestas a una influencia externa global.
Encontraron que la polarización surge naturalmente, pero, es temporal para los agentes motivados racionalmente.
La velocidad de convergencia a un consenso final está controlada por la velocidad a la que se disuelven los cúmulos polarizados. Descubrieron que la tasa de convergencia se ve fuertemente afectada tanto por la conectividad de la red como por la intensidad del campo externo. Aquí el campo externo, puede ser una opinión de muy largo plazo que sí encuentre consenso, digamos la necesidad de conservar el entorno natural para el futuro.
Así, un campo a favor de la conservación les da a los cooperadores la ventaja de convertir lentamente a los desertores en los perímetros del cúmulo. También descubrieron que un influencer celoso y muy conectado puede convencer a los demás y acelerar enormemente la convergencia.
Con esta idea en mente, actoras como Greta Thunberg y Xiye Bastida tienen un rol muy importante en el juego de intercambio de propuestas razonadas que puede contrastar contra las intervenciones dictatoriales de Trump, por ejemplo. Estas opiniones, pueden ser enfatizadas por el conocimiento como un verdadero campo externo que promueve el desvanecimiento de los cúmulos polarizados y las soluciones egoístas.
Otro aspecto importante es la estructura de la red. En este estudio se encontró que es necesaria una red muy conectada para promover que en los cúmulos predominen las fronteras y se disminuyan los nodos lejanos a las fronteras. En este sentido, la Internet juega un rol importante, pero parece tener una mayor influencia nuestra selección adecuada de las redes sociales a las que pertenecemos.
En este sentido debemos tener redes donde las opiniones sean diversas. En este sentido reitero la frase que le escuché al Dr. Alejandro Pisanti hace algunos años: Si tu Twitter no te hace enojar dos veces al día, no es lo suficientemente diverso. Afectivamente, la buena costumbre en nuestras redes, como Twitter o FB, de aceptar opiniones diferentes a la nuestra propiciará un mayor intercambio de ideas y, por lo tanto, fomentará el consenso. En resumen, de acuerdo con el artículo, se necesitan tanto una alta conectividad como un entorno favorable para obtener rápidamente el consenso final.
Insisto, en mi opinión, para llegar a consensos debemos formular objetivos en el largo plazo donde podemos obtener acuerdos generales y con ellos, en una red altamente conectada que promueva muchos intercambios de ideas, podemos disminuir los cúmulos divisionistas para llegar a definir las acciones colectivas que requerimos. Debemos evitar las discusiones de detalle antes de acordar objetivos globales.
[1] https://www.nature.com/articles/s41598-021-87109-x