La semana pasada nos sorprendió la triste noticia de la muerte del Dr. Bernardo Wolf, científico morelense por decisión que expuso ideas pensando en un bienestar social. Bernardo publicó alrededor de 50 artículos en esta sección, “Sin embargo se mueve”, desde 2011 hasta 2019. Quise recordar las pláticas que tuve con él infinidad de veces y me puse a releer sus contribuciones en La Unión de Morelos. En estos trabajos abordó temas muy diferentes donde planteó su siempre inquisitiva actitud hacia las políticas públicas. Uno de sus primeras opiniones versó sobre los inconvenientes de los posibles segundos pisos en la avenida Plan de Ayala manifestando su oposición a ellos. Como muchas personas a finales del 2018 manifestaba su esperanza con la llegada del partido Morena a la presidencia y en marzo del 2019 apuntaba alguna decepción al manifestar que el sistema científico mexicano estaba siendo conducido con rigidez, de manera vertical y enfatizó: “El desarrollo libre de la ciencia básica merece ser apoyado –pero no dirigido– por el Estado; repercute en mejores programas de formación docente, se difunde en conocimientos aplicables y en nuevas tecnologías, y al final contribuye a que seamos aún más humanos.” En su último artículo hizo un llamado para construir un Morelos diferente basado en la generación de conocimiento que se hace en nuestro estado: “Lo que en Morelos sí se puede producir sin oposición es conocimiento; porque ya tenemos las bases correctas. Podríamos ser centro de atracción para hospitales de alta especialidad, de empresas de biotecnología y cómputo. Centro de excelencia universitaria para el país. Todo eso requiere no sólo seguridad, sino paz. En eso pensamos nosotros durante la elección de julio pasado.”
Al revisar otros artículos capturó especialmente mi atención uno de ellos de hace más de cinco años donde Bernardo nos comentaba que el Programa de Ordenamiento Ecológico del Territorio, mejor conocido como POET, pasó de un esquema obligatorio a solamente ser un manifiesto de consulta. Es importante mencionar que, durante la primera e inicios de la segunda década de este siglo, la sociedad mexicana, en un esfuerzo mayúsculo en toda la república, consiguió que parte de los recursos municipales se destinaran a construir estos POET en la mayoría de los municipios y, con una visión de algunas décadas, plasmar los deseos de la sociedad resaltando la importancia que la planeación para el largo plazo. Así fue en Morelos, donde grupos organizados de la sociedad vigilaron la construcción de estos programas y hoy contamos con ellos en varios municipios.
Por supuesto, estos documentos con el cambio de ser obligatorios a ser solamente guías dejaron de ser marcos normativos que condujeran los desarrollos en los diferentes municipios. Quizás algunos no fueron elaborados con la suficiente participación ciudadana, pero algunos otros, como el de Cuernavaca, sí lo fueron. En este programa la comunidad científica y diversas organizaciones sociales participaron activamente.
Precisamente, la colaboración entre las diversidades es lo que enriquece y, aunque fue un esfuerzo que se dejó de lado, construyó lazos que pudieran revitalizarse para con más de una década en avances científicos, de tecnologías disponibles y económicas, y la experiencia de la pandemia, revisar estos programas y, con base en conocimiento, enriquecerlos para que formen parte de la planeación en el largo plazo de cómo debería construirse el bienestar social en nuestros entornos cercanos.
En este sentido es conveniente analizar el cambio de uso de suelo de muchos predios en Cuernavaca, donde se están construyendo edificaciones con capacidades diferentes a las que era cotidiano. Se han estado construyendo diferentes edificaciones de más de cuatro pisos en diferentes zonas de la ciudad con el correspondiente incremento en la demanda de agua, electricidad, saneamiento, transporte y demás servicios que tensan la sustentabilidad de las diferentes zonas.
En las ciudades pequeñas o medianas es donde tenemos la posibilidad de definir con mayor certeza los planes que consideren los aspectos ambientales, económicos, sociales y organizacionales en las definiciones de las estrategias hacia la sustentabilidad. En mi opinión, es urgente que los usos de suelo sean acordados y respetados. La definición de la densidad poblacional es uno de los indicadores que debe ser analizado con más cuidado. No solamente se debe pensar en maximizar la ganancia en la construcción, sino que es esencial considerar los servicios como el agua, saneamiento, manejo de residuos y la energía.
En este último aspecto, con las posibilidades de la generación distribuida con fuentes renovables de energía, el definir la densidad poblacional en concordancia con la disponibilidad energética pudiera ser un criterio para establecer las alturas máximas de las edificaciones. Por supuesto, aunados a criterios de servicios educacionales de esparcimiento tanto en centros de diversión como en lugares naturales conservados para uso de diferentes especies incluida la humana.
Estoy seguro que el Dr. Bernardo Wolf apuntaría sus ideas en estas direcciones.
Podemos revisar sus ideas y con ellas construir una sociedad en bienestar. El mayor tributo a las personas dedicadas a generar conocimiento se les brinda al leer sus escritos, analizarlos y difundirlos, para que otras personas los conozcan y asimilen para decidir con base en información.