Recientemente, el abasto de mercancías extranjeras en nuestro país ha representado un porcentaje importante en el catálogo de productos de revendedores locales y comercios al por menor. Dichos productos incluyen cosméticos, artesanías, decoraciones del hogar, prendas de ropa, entre otros artículos que desplazan el comercio de productores locales mexicanos. La razón principal por la cual la mercancía extranjera tiene preferencia al momento de decidir en que gastar nuestro dinero es el precio, puesto que son bajos en comparación con productos que podemos encontrar en supermercados o en tiendas de marca. Por ejemplo, un cosmético puede incluir costos desde los 15 o 20 pesos hasta los 100 pesos, lo cual nos invita a reflexionar sobre la procedencia, calidad y origen del producto. Esto debido a que si bien no conocemos si tales cosméticos fueron puestos a prueba en animales o contienen sustancias químicas dañinas, lo que si conocemos es que tales productos no fueron elaborados en nuestro país.
Aunque la reventa de tales productos proporciona una fuente de empleo informal, no proporciona una fuente de empleo seguro debido al desplazamiento de productos ocasionado por la tendencia- demanda “moda” del momento, lo cual provoca la acumulación de mercancía no vendida y el desequilibrio del empleo.
Según la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) del Inegi, el trabajo informal para el primer semestre del 2023 correspondió al 55.2%, es decir, a 32.1 millones de personas de las cuales el 41.3% son mujeres y el 58.6 restante son hombres [1]. Por lo tanto, identificamos tres principales problemas en el mercado laboral informal: la desigualdad en la participación laboral de las mujeres, las condiciones no seguras de trabajo y la baja participación de productos mexicanos para la reventa y el comercio al por menor.
En cuanto a la mercancía extranjera que llega a México, uno de los principales proveedores es China. De acuerdo a datos del banco de México, las importaciones de China se incrementaron de 14.9% en el 2011 al 20.5% para el primer semestre del 2022. Por su parte la inversión en mercancías importadas de China en el 2022 correspondió a 90, 225, 692 miles de dólares y a 84, 426, 810 miles de dólares para el primer semestre del 2023 [2]. Información proporcionada por la OEC (Observatory of Economic Complexity) señala que las principales mercancías de importación china en México se refieren a teléfonos, módulos de pantalla plana, revestimientos de aluminio, equipos médicos y artículos de plástico.
Ahora bien, resulta complicado incorporar empleos informales y condiciones seguras de trabajo en comercios relacionados a las principales mercancías importadas como lo son los revestimientos de aluminio y equipos médicos. Sin embargo, sí podemos proponer soluciones a escalas más pequeñas a nivel local fomentando el consumo de productos elaborados por manos mexicanas. Por otro lado, se deben sumar esfuerzos para fomentar el desarrollo de vocaciones productivas que sean capaces de introducir al comercio mercancía que reemplace la mercancía importada de bajo costo. Algunas estrategias efectivas para lo anterior podrían ser: impartición de talleres, divulgación de métodos productivos, tiendas comunitarias y cooperativas de consumo.
También resulta importante adoptar alternativas fiables y seguras que respondan a las incertidumbres ocasionadas por el uso cotidiano de productos de importación, como por ejemplo cosmética natural, productos plásticos de larga duración, artesanías locales hechas con insumos regionales, como el bordado, tejido de palma, pigmentos vegetales, entre otros. Aunque actualmente existen programas que fomentan el consumo de productos hechos en México, como el programa “México Desarrolla”, es necesario incrementar los esfuerzos y orientarlos a sectores específicos de la población (como localidades pequeñas). Adicionalmente sería conveniente acompañarlos en el proceso de formación de la vocación productiva y la comercialización del producto, además de favorecer la inclusión de género y condiciones seguras de trabajo, de tal forma que sería posible concentrar la importación de productos en sectores específicos, para los cuales la producción mexicana no puede acceder o abastecer, mientras que se fomenta el autoempleo nacional digno y seguro.
La capacitación para que la población pueda emprender y autoemplearse puede contribuir al bienestar social.
[1] https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2023/enoen/enoen2023_06_b.pdf
[2] https://www.banxico.org.mx/SieInternet/consultarDirectorioInternetAction.do?sector=1&accion=consultarCuadroAnalitico&idCuadro=CA6&locale=es