Ya pasaron las campañas donde las personas candidatas nos hicieron promesas. En breve estaremos presenciando los diferentes cambios en las personas que gobiernan nuestro país o nuestros estados o nuestras ciudades. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no estuvieron acompañadas de indicadores para las promesas de gobierno. Por esta razón, considero importante que en los Planes de Gobiernos de los diferentes niveles, ahora sí, aparezcan indicadores. Es claro, que los indicadores son números que pueden reflejar el avance o retroceso en diferentes aspectos de nuestra vida y con ello conocer si vamos en el camino correcto. La definición de indicadores de sustentabilidad es una herramienta fundamental para promover la transparencia, la rendición de cuentas, la participación ciudadana, la protección ambiental, el desarrollo económico sostenible y, en especial, la toma de decisiones basada en evidencia en los ámbitos de los gobiernos federales, estatales o locales. En síntesis, al explicitar los indicadores, señala el camino para mejorar la calidad de vida de la población.
Los indicadores permiten a los gobiernos demostrar de manera transparente cómo se están utilizando los recursos y qué resultados se están logrando. Ayudan a asegurar que las políticas locales estén alineadas con las normativas nacionales e internacionales, promoviendo la coherencia entre los diferentes niveles de gobierno. Demostrar el avance en los indicadores de sustentabilidad facilita que una región sea más atractiva para inversionistas que tienen compromisos con la sustentabilidad y con ello propiciar el bienestar social con sus inversiones o, al menos, no causar la desigualdad en la población y la devastación del entorno ambiental.
Ejemplos de estos indicadores son: a) El porcentaje de la población que tiene acceso a agua potable segura. Este indicador permitiría a la población monitorear el progreso del gobierno local en cuanto a garantizar este derecho básico. b) La cantidad de residuos sólidos que se generan y se manejan adecuadamente. Este indicador permitiría a la población evaluar el desempeño del gobierno local en la gestión ambiental y la protección del medio ambiente. c) El porcentaje de la población que vive en situación de pobreza. Este indicador permitiría a la población monitorear el progreso del gobierno local en la lucha contra la pobreza y la desigualdad. d) El porcentaje de energía que proviene de fuentes renovables. Estos son solo unos ejemplos, pero hay muchos más que pueden ser seleccionados y compartidos en los planes de gobierno para transparentar las intenciones y poder evaluar los desempeños de los gobiernos.
Quiero enfatizar lo que ha pasado en los últimos años en algunos indicadores en nuestro país y compararlos con otros países en el mundo (datos de https://ourworldindata.org/). Un indicador que mide el cambio en la productividad por la fuerza laboral es el crecimiento del PIB per cápita y por persona empleada. Este indicador para México en 2012 era de 0.2 %, en 2018 fue de 0 % y en 2022 fue de -1.6%. Este indicador debe ser positivo y al comparar con el mundo que en estos años fue de 1.6 %, 2.1 % y 0.5 % respectivamente, nos indica que no vamos bien.
En el ámbito de la energía un indicador que refleja la eficiencia en la generación de riqueza es la intensidad energética. En este indicador el mundo ha hecho un avance significativo en 50 años, al pasar de 2.61 kWh/USD en 1970 a 1.30kWh/USD en 2022, es decir, se disminuyó a la mitad el consumo de energía para producir 1 dólar de PIB. En cambio, nuestro país pasó de 1.11 kWh/USD a 1.12 kWh/USD mostrado un máximo en 1990 de 1.6 kWh/USD. Los países más consumidores de energía China y Estados Unidos han pasado de 2.06 kWh/USD y 3.71 kWh/USD a 1.65 kWh/USD y 1.36 kWh/USD. Como observamos en ambos casos aumentaron su eficiencia. Alemania y Reino Unido son de llamar la atención pues pasaron de 2.67 kWh/USD y 2.69 kWh/USD a 0.77 kWh/USD y 0.87 kWh/USD respectivamente, es decir, aumentaron su eficiencia aproximadamente tres veces.
Déjenme hacer un análisis de los últimos años para México y hablar en kilo Joules (kJ) por pesos ($). En 2018 este indicador se reportaba en 202.5 kJ/$, en 2020 fue de 194.2 kJ/$; pero en 2022 subió, como ya dijimos, a 254.6 kJ/$ [fuente INEGI]. Desde 1990 teníamos una tendencia muy suave a la baja, tendencia que cambió en 2020 para ahora incrementarse. Esta situación indica que la eficiencia del sector productivo en México no es buena y en parte se debe al precio de la energía que fundamentalmente proviene de los combustibles fósiles que es más cara que las fuentes renovables.
Como vemos la política energética no ha sido la adecuada al evaluarla con aspectos económicos.
Otro indicador donde el avance en 30 años ha sido minúsculo es el porcentaje de la población que vive por debajo del umbral de pobreza (1.9 USD diarios) que pasó de 10.6 % en 1992 a 5.9 en 2020, pero manteniéndose prácticamente sin cambio desde 2016 (fuente INEGI), es decir, sin cambio en dos sexenios.
Desde mi perspectiva, es esencial que los planes de gobierno de todos los niveles tengan indicadores claros y que, dentro de las acciones de gobierno, se instrumenten los mecanismos necesarios para dar a conocer puntualmente los indicadores seleccionados. Debe quedar claro que no estoy definiendo los indicadores, ya muchos están establecidos; pero las autoridades que tomarán las riendas de nuestras ciudades, estados o país, pudieran definir otros. Esto otros o los ya conocidos indicadores, podrían ayudarnos a verificar los avances que nos prometieron.