Un ejército de estudiantes de nivel medio superior (bachillerato) cumplía su servicio social auxiliando en las tareas viales. Es más, esta actividad sirve para enseñar a los niños aspectos viales y de seguridad en un entorno lúdico muy similar al planteado por el pedagogo Frans Limpens. Ésta es una actividad social que se efectúa desde hace más de cinco años y que también se hace con éxito en algunas otras ciudades mexicanas, por ejemplo Guadalajara. En Cuernavaca hay una iniciativa que propone implementar esta actividad y que ha sido del agrado de un buen sector de la población y que, en mi opinión, merece ser impulsada. Aunque debe quedarnos claro que estas actividades sociales no pueden ser la solución a los problemas económicos sociales y ambientales; ya que antes la gente debe poder comprarse su bicicleta o tener el dinero para rentarla o tener el dinero para poder disfrutar un domingo de esparcimiento o tener el conocimiento para elegir o tener dinero para satisfacer sus necesidades primarias. Esto no es fácil con los bajos salarios que actualmente hay en nuestro país.
La mención del paseo ciclista tiene que ver con actividades cooperativistas, ya que en principio las avenidas fueron pavimentadas para el uso de automóviles, pero el sacrificio de algunos será recompensado con creces para ellos mismos y para la sociedad. Sucede que las ventas de los comercios aledaños al paseo aumentan y grandes empresas contratan a promotores para hacer campañas de concientización, se tiene un foro “gratuito” para hacer campañas publicitarias y muchas otras cosas más. En resumen, el paseo ciclista es una analogía, en mi opinión, cuando los impuestos se identifican con las contribuciones.
La semana pasada planteé el problema del pago de impuestos en el contexto de la cooperación. Comenté a cerca del dilema del prisionero que implica el no perder más con tal que nuestro semejante tampoco pierda mucho. Por completo, planteo nuevamente el problema: La Policía arresta a dos personas y las acusa de cometer un delito. No hay pruebas suficientes para condenarlas y, tras haberlas separado, se interroga a cada una y se les ofrece el mismo trato. Si una delata y la otra no, la que no delató será condenada a la pena de diez años, y el delator será liberado. Si ambas delatan, ambas serán condenadas a seis años. Si ambas no delatan, serán encerradas solamente seis meses. Si el dilema se presenta una vez: un razonamiento simple indica que lo mejor es delatar; sin embargo, desde el punto de vista colectivo esta respuesta es la peor, ya que en total la sociedad pierde 12 años, seis de cada uno en la cárcel; pero ambos ganan ya que cada persona será encarcelada solamente seis años. Sin embargo, si se sabe que se jugará muchas veces, y que la otra persona puede cambiar de estrategia, entonces el comportamiento cooperativo es el adecuado: no delatar.
Esto se puede asociar con los impuestos. Sin embargo, el nombre mismo de impuestos nos aleja de su afán cooperativista y nos indica un marco dictatorial. En español la palabra proviene de imponer y que se exige por la fuerza. La palabra en francés tiene similares orígenes. En inglés la palabra tax proviene de estimar la riqueza de alguien, más cercana a tasar en español. Mi ignorancia se muestra al no saber la correspondiente palabra en náhuatl; quizás algún lector me podría enseñar esto. En resumen, si consideramos que el llamado impuesto es una contribución del individuo a la sociedad, el concepto de cooperar se recupera. Considero que ésta es la forma en que deberíamos ver a los llamados impuestos, como nuestra contribución a las tareas que convienen a la sociedad. Es así como entiendo el llamado de muchos como Warren Buffett y Helle Thorning-Schmidt para fomentar el pago de más contribuciones (impuestos). Creo importante hacer referencia a la llamada izquierda darwinista, definida por Peter Singer, donde considera que la sociedad ahora tiene el compromiso de entender su presencia y su capacidad de cambiar las interacciones entre los ámbitos ecológicos, sociales y económicos con un afán cooperativista; y algunos pensamos que es a través de las instituciones y el conocimiento y su aplicación: la tecnología que será la forma de resolver los antagonismos con este afán. Ya abundaremos en esto último.