La Primavera Árabe de 2011 dio cuenta de su poder en la organización masiva y rápida de la protesta social. Desde 2007 funciona una red civil internacional bajo el nombre persa de Avaaz –“voz” en castellano--, que promueve una gama de causas, desde derechos humanos hasta cambio climático [1]. Ha promovido varias campañas que han recogido en pocos días más de un millón de firmas electrónicas de cibernautas que reciben sus correos a través del mundo: moderar la represión contra manifestantes en Birmania, detener la lapidación de una mujer adúltera en Irán, abogar por un diálogo significativo entre la cúpula china y el Dalai Lama, revisar legislación que criminalizaría la homosexualidad en Uganda, parar la caza de ballenas en mares antárticos, alertar sobre la monopolización de periódicos por Rupert Murdoch en Inglaterra, quien, terminado el escándalo, vendió sus periódicos.
¿Cuál es la importancia real de un millón de firmas electrónicas? Los críticos han llamado cliquivismo al activismo consistente en un click del máus, bien distinto de ir a pintar y portar pancartas en una manifestación por las calles de la ciudad, con el peligro de ser reprimido por los poderes fácticos. Por ejemplo, en la reciente campaña en apoyo a los ocupantes de la Plaza Libertad (cerca de Wall Street) en Nueva York, la página electrónica dice: “¡Enviemos un mensaje de apoyo y esperanza a los manifestantes! [2] Nuestros mensajes serán exhibidos en un contador gigante instalado en la plaza en Nueva York en tiempo real.” La campaña se inició el 13 de octubre a las 13:05:05, y para las 20:21:00 del mismo día ya había acumulado 647,807 firmas; éstas van apareciendo en un tablero que se renueva cada dos segundos. Avaaz recientemente alcanzó los diez millones de miembros que reciben sus mensajes [3]; para serlo, es suficiente dar unos pocos datos personales, y ya.
La importancia del cliquivismo puede aun pasar desapercibido por las autoridades mexicanas, pero es un fenómeno emergente que la tecnología ahora permite. Cada click en efecto representa la opinión de un ciudadano, dada libremente después de haber leído algunas de las ligas provistas en el mail. Un ejemplo de la conciencia social que se genera en torno a un problema es la difusión que ha tenido la onerosa compra de las “varitas mágicas” GT200 por nuestras fuerzas armadas [4], supuestos detectores moleculares de droga, armas, o quesadillas de huitlacoche, un fraude sin mérito científico alguno; es suficiente teclear “GT200” en Google para darse cuenta del ridículo que pesa sobre ellas y de las terribles injusticias cometidas por la supina ignorancia de los jueces que condenaron a los falsos positivos [5]. Una marcha por las calles no lograría tal exhibición.
Avaaz es una organización sin fines de lucro basada en Inglaterra; colabora con equipos de activistas en Estados Unidos, Brasil, Argentina y Suiza; elige y documenta cuidadosamente sus campañas, y hace llegar los resultados y archivos de firmas a los responsables legales de las acciones objeto de la protesta. No faltarán cliquivistas mexicanos que se organicen con la tecnología a su alcance para canalizar las inquietudes de la ciudadanía. El último mensaje de Avaaz que recibí termina diciendo: “Para encontrar un evento cerca de ti, u organizar tu propio evento, dirígete a: http://15october.net/”.
[1] Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.; véase su historia en http://es.wikipedia.org/wiki/Avaaz.org.
[2]http://avaaz.org/es/wall_street_comments/?pa
[3] http://es.scribd.com/doc/60655424/From-the-Web-to-the-Streets-The-Guardian-s-Patrick-Kingsley-on-the-power-of-clicktivism.
[4] W. Luis Mochán, “Magia, Ciencia, Salud y Seguridad Nacional” en: La Unión de Morelos, 06/11/2010 (págs. 34-35); véase en http://www.acmor.org.mx/biblioteca_ciencias.php.
[5] Indispensable leer http://www.eluniversal.com.mx/notas/799848.html.