En este contexto una pregunta que taladra mis pensamientos es ¿por qué los humanos no entendemos que la explotación de los recursos sin considerar su limitación es una constante en el desarrollo de la humanidad? Esta pregunta me recuerda que en el libro de Colapso de Jared Diamond se puede encontrar, el agotamiento de los recursos naturales es una de las causas más recurrentes en el colapso de las civilizaciones a lo largo de la historia. En este mismo sentido podemos encontrar el libro de Natural Desing de Adrián Bejan que establece que tanto los fenómenos naturales, así como los económicos o culturales, obedecen a una tendencia natural a maximizar los flujos. Esta frase merece una explicación mayor. En este libro, Bejan nos hace ver que la estructura ramificada de los sistemas de aguas en la superficie de la tierra: riachuelos, arroyos y ríos obedece a la tendencia a maximizar el flujo de agua de las montañas al mar. Esta misma tendencia se puede encontrar en los sistemas vasculares de las plantas y de los árboles que producen flujos máximos. De igual forma la estructura de los conductos en los pulmones de los mamíferos obedece a la tendencia de maximizar el flujo de aire para la oxigenación de la sangre. Adrián Bejan también comenta que los sistemas económicos están diseñados para maximizar el flujo del dinero o que los sistemas carreteros bien diseñados maximizan el flujo de vehículos.
Por lo tanto, parece ser que los procesos naturales tienden a maximizar los flujos. La idea de maximizar los flujos implica que se desea obtener el mayor beneficio en el menor tiempo posible. Estos hallazgos contrastan con la ingenua idea de que los procesos naturales son eficientes. Debemos aquí aclarar que un proceso eficiente es aquel que “hace más con menos”, en cambio la maximización de los flujos implica hacer las cosas lo más rápido posible. En la mayoría de los procesos naturales, económicos o sociales estas dos formas de operar no son equivalentes.
Para mí es claro que esto no es algo que se conocía con anterioridad, es hasta finales del siglo XX que se puede concluir que los procesos maximizan el flujo. Para aquellos que conocen la termodinámica podemos decirles que los procesos naturales, al maximizar los flujos maximizan la producción de entropía y por lo tanto aumentan la irreversibilidad, hecho que los aleja de ser eficientes.
Con estos argumentos podríamos pensar que las personas percibimos que la forma de actuar es maximizar los flujos y por lo tanto no ponemos atención en la eficiencia y por ende agotamos los recursos. De ser cierto esta conjetura, podríamos decir que los procesos, tanto naturales como económicos o sociales, tienden a degradar el entorno.
Una de las consecuencias de la maximización de los flujos radica en la aparición de distribuciones libres de escala en la mayoría de los procesos. Así, encontramos el principio de Pareto o distribución del 80 – 20. Aunque el principio de Pareto fue enunciado en la primera mitad del siglo pasado, fue recientemente que se ha encontrado que este principio resulta válido para muchísimos procesos. Como ejemplo encontramos que cuando ordenamos a las empresas de acuerdo a su capital, encontramos pocas empresas que tienen un gran capital y muchas empresas con un capital exiguo. Lo mismo pasa cuando ordenamos a las personas de acuerdo a su riqueza. Esto también sucede con el número de especies en las regiones, hay pocas regiones con muchísima biodiversidad o muchas con unas cuantas especies.
No podría resumir aquí la discusión amplia que Bejan hace en su libro; pero sí me queda muy claro que de aceptar los modelos sociales o económicos actuales, que dicho sea de paso sólo replican los procesos naturales de maximizar los flujos, no podemos alcanzar una distribución con mayor equidad del bienestar. Este principio establece que en una distribución hay pocos con mucho y muchos con poco, claramente esto no puede ser sustentable en el sentido que hemos planteado muchas veces en estos textos.
En cambio, la búsqueda de la eficiencia produce fenómenos que hacen más con menos. En física e ingeniería la noción de eficiencia es totalmente diferente de la potencia. Como mencioné arriba en el texto, maximizar potencia busca obtener beneficios lo más rápido posible, esto implica que desperdiciamos parte de lo que deseamos, la búsqueda de obtener lo máximo posible sin importar mucho el tiempo puede disminuir las diferencias en la distribución.
Quizá sea conveniente considerar aspectos de largo plazo en lugar de tener objetivos de corto plazo.
Desde mi punto de vista un enfoque hacia la eficiencia puede conducirnos a una distribución de la riqueza, de los recursos o del conocimiento más equitativa. Sirva esto para dialogar.