El aumento de la delincuencia y sus consecuencias nefastas, que se han manifestado en los últimos años en todo el país, se ha convertido en una de las peores enfermedades que padecen los ciudadanos y en una tarea nada sencilla de resolver.
La zona de los fraccionamientos en el municipio de Huitzilac es un gran polígono de aproximadamente 500 hectáreas, en donde están asentados cerca de 20 fraccionamientos con sus barrios y parajes.
Por su ubicación y su orografía es un territorio agreste, en donde con mucha facilidad se comenten todo tipo de delitos, siendo los más recurrentes: el despojo, las invasiones, el robo a casa habitación, robo de vehículos y a transeúntes. Así como otros peores como el asesinato, secuestro y violación.
Las autoridades del municipio fueron rebasadas hace mucho tiempo y al no resolverse la situación de manera efectiva, la confianza en sus mandos disminuyóa prácticamente cero.
Coyunturalmente, con el crecimiento de la actividad delictiva y la aparición del Mando Único en el estado de Morelos, un grupo de ciudadanos, en representación de los fraccionamientos, decidió contactar a las autoridades del estado y confrontar una situación por demás insostenible.
La seguridad es un derecho inalienable para todos, con gran fortuna encontramos en la Policía Federal y el Mando Único los oídos correctos, para escuchar una problemática en donde nadie sabíamos cómo actuar, ni a quién dirigirnos.
Con gran iniciativa el comisionado estatal y el coordinador general del Mando Único establecieron de manera conjunta con los colonos, un punto de vigilancia permanente dentro de la zona ubicado en el kilómetro 63.5 de la carretera federal México-Cuernavaca. Desde hace dos años que se instauró, se ha convertido en un faro y en un punto de contacto para todos aquellos que en algún momento requieran de asistencia, en cualquiera de las situaciones graves que antes mencionamos.
Es claro que un elemento de vigilancia de 24 horas, nunca podría por si solo resolver semejante problemática, por lo que fue necesario establecer un programa de vigilancia vecinal que nos llevó a elaborar bitácoras, protocolos de seguridad, procedimientos, planos de la zona y un directorio telefónico que nos permitiera, en caso de emergencia, saber cómo reaccionar y con quien comunicarnos.
Dentro de cada fraccionamiento existen responsables que velan por la seguridad de su localidad y que establecen con la caseta un punto de enlace permanente, generando una comunicación interna que nos ayuda a trabajar en acciones de prevención en cada localidad. Siendo los mismos colonos responsables de aportar los recursos para proveer los instrumentos necesarios para un funcionamiento óptimo del lugar: teléfono, Internet, sanitarios, etcétera.
¡No todo está resuelto! pero los avances son notables, el tiempo de respuesta para solicitar ayuda ha disminuido y los continuos recorridos de mandos policiacos por los fraccionamientos son el mejor elemento de disuasión con el que contamos, la comunidad reconoce y agradece a la Policía la voluntad y buena actitud en cada operativo.
La coordinación entre los diferentes cuerpos: Policía Federal, Mando Único y Sedena ha sido extraordinaria, dando como resultado, la realización de continuos convoyes que patrullan nuestra vasta zona.
Adicionalmente, de forma periódica participamos en reuniones de trabajo en Torre Morelos para revisar los avances, presentación de casos y registro de posibles zonas de conflicto.
Hay como siempre aquellos que no están de acuerdo, que no proponen, que critican y que no quieren entender que la única fórmula efectiva para consolidar un frente común en contra de la delincuencia organizada, es la participación activa de la sociedad con sus autoridades. Ciudadanía + Gobierno = Menor delincuencia.