Y es que ¿a quién le agrada el olor de la basura cuando está en proceso de descomposición? Creo que a nadie. Sin embargo, ese joven no tenía opción pues su chamba era ir de puerta en puerta recogiendo nuestra basura.
Otro sería el escenario si desde nuestra casa hiciéramos el esfuerzo mínimo de separar los residuos sólidos urbanos (RSU) que generamos día con día. Una separación muy básica como depositar los residuos orgánicos en un lado y los inorgánicos en otro, haría que el trabajo de las personas encargadas de recoger la basura fuera humanamente digno bajo condiciones seguras para su salud.
Hace varios años, Cuernavaca sufrió una crisis de la basura por el cierre de uno de los sitios donde se depositaban los RSU de esta ciudad; pese a ello, las formas de manejar estos residuos no ha evolucionado. Poco importó ver a la Ciudad de la eterna primavera inundarse con montañas de basura que proliferaban en las esquinas de las calles rodeadas por perros callejeros, roedores e insectos. Los residuos se siguen revolviendo desde casa, y no se diga en el camión de la basura, donde únicamente los comprimen para poder tener más capacidad de almacenarlos.
En alguna ocasión escuché que en el municipio de Tetecala, Morelos, un presidente municipal intentó implementar un sistema de recogida selectiva, es decir, en las casas se tendría que separar los residuos orgánicos e inorgánicos, y en el camión no se revolverían. Y, ¡oh, sorpresa! Los habitantes se opusieron porque empezó a correr la voz sobre el posible negocio de la basura. Claro, esta separación selectiva hace más fácil el tratamiento de los residuos, podemos seleccionar aquellos que sean reciclables, como los envases de tetrapack, el vidrio, botellas de plástico; y eso definitivamente representa un ingreso económico para quien se encarga de venderlos, sí, los RSU son un gran negocio. La obstinación de los habitantes se mantuvo y el municipio no consiguió implementar la recolección selectiva.
Cambiar la forma de convivir con nuestros RSU no es tarea fácil, yo recuerdo que en mi primaria se implementaban programas para la separación, pero sin éxito. Hace falta que tengamos una visión a largo plazo sobre las implicaciones que tiene el mal manejo de estos residuos. Además, tenemos una visión egoísta, pues solemos pensar que de nada sirve separar nuestros residuos desde casa si el camión de la basura los revuelve. Y aquí, como en otros aspectos, el trabajo se debe realizar conjuntamente entre ciudadanos, instituciones gubernamentales y empresarios. Pero si no tenemos estos tres agentes de acuerdo, entonces, por lo menos, esforcémonos desde nuestra casa para generar el hábito de separar nuestros desechos. Prediquemos con el ejemplo, de esta forma podremos ir educando a quienes nos rodean para que este comportamiento se contagie con el paso del tiempo.
Por supuesto que implementar sistemas de recolección selectiva, junto con sistemas de transparencia resulta necesario para evitar que existan reyes de la basura, cuyos bolsillos crecen por la venta de residuos reciclables; y garantizar que se generen empleos dignos, bien remunerados y bajo condiciones salubres.
Además, no puede faltar la participación de investigadores en este plan, particularmente cuando se trata de seleccionar el sitio de disposición final como pueden ser los rellenos sanitarios o las incineradores, ya que cada uno debe tener en cuenta aspectos técnicos para evitar contingencias ambientales.
Me parece que es imposible dejar de generar RSU, pero sí creo que podemos reducirlos, lo que se reflejará a la larga en un ahorro económico para los municipios, quienes absorben este gasto la mayoría de las veces, y además, alargamos el tiempo de vida de los rellenos sanitarios, pues entre menos residuos generemos, menos residuos llegarán a ser depositados en este lugar. Incluso, se podría aprovechar como combustible el gas que genera la descomposición de los residuos orgánicos. Suena bastante bien que reduzcamos el uso de energía para la gestión de residuos sólidos urbanos, y obtengamos combustibles para generar electricidad; o bien para cocinar los alimentos.
Aprovechando la lista de propósitos de año nuevo, te invito a que inicies en tu casa una separación básica de la basura, enjuaga con poca agua los envase de la leche, refresco, crema, yogurth, etc. esto facilitará su reciclaje. Verás que incluso para ti dejará de ser desagradable, al no tener una revoltura, y estoy segura que quien recoja tus bolsas estará agradecido. Así, sin darte cuenta irás adquiriendo comportamientos que contribuyan a construir un México sustentable.