Los ejemplos abundan, pero algunos de los más emblemáticos son la construcción de un centro comercial en lugar de establecer un parque en el terreno del Casino de la Selva y la construcción de los edificios Altitude en una zona donde las edificaciones no rebasaban los cuatro pisos.
Recientemente, la compañía Walmart expresó su interés en construir y operar una tienda Walmart-Superama en el terreno adyacente a una de las esquinas que forman la glorieta de Tlaltenango. Preocupado por el impacto vial que pudiera tener este desarrollo comercial en una zona ya de por sí conflictiva en este sentido, traté de involucrarme como ciudadano y como miembro del grupo Ciudad de Cuernavaca de la Academia de Ciencias de Morelos en el proceso de la autorización por parte del municipio.
Debo explicar que el procedimiento formal para obtener las autorizaciones incluye la presentación de impactos vial y ambiental que habrían como consecuencia de la construcción del desarrollo. El estudio de impacto vial debe ser entregado a la Secretaría de Desarrollo Urbano, Obras y Servicios Públicos Municipales y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Cuernavaca. También quiero aclarar que a raíz de la publicación de este proyecto por parte de Walmart, algunos vecinos de la zona y grupos ambientalistas se oponen a este desarrollo comercial, y proponen como proyecto alternativo que se construya un parque y un centro cultural en ese lugar. En atención a esta situación de conflicto, el Ayuntamiento de Cuernavaca organizó mesas de diálogo ciudadano para escuchar argumentos en pro y en contra de la construcción y operación del desarrollo comercial. Uno de los acuerdos alcanzados en las mesas de diálogo consistió en que yo coordinara un análisis del Estudio de Impacto Vial (EIV). Esta actividad me llevó a identificar omisiones y limitaciones suficientemente importantes como para invalidar la conclusión del EIV en la que se indica que no habría afectación mayor a la vialidad a causa de la construcción del desarrollo comercial. De acuerdo con especialistas en ingeniería de tránsito, se deben recabar muchos más datos de campo que los presentados en el EIV para alimentar algoritmos de análisis y predicción que permitan construir un escenario más confiable de la dinámica del tránsito. En el EIV tampoco se discute qué ocurriría durante las semanas en que se celebra la feria de Tlaltenango cuando se cierra la Av. Emiliano Zapata, ni se enfatiza que hay un conflicto de uso de suelo en la zona. Por estas razones, solicité que mientras no se aclaren estos puntos, el Ayuntamiento no emita las autorizaciones correspondientes.
Esta experiencia me enseñó que a pesar de que -en principio- las compañías desarrolladoras cumplen con el requisito de ley de entregar estudios de afectación vial, una aceptación automática, sin un análisis detallado puede y ha llevado al crecimiento casi anárquico de la vialidad en la ciudad.
Aprovecho este medio para exhortar a las autoridades a que escuchen estas expresiones emanadas de la sociedad civil organizada que tienen la intención de contribuir a que Cuernavaca tenga en el futuro un crecimiento armónico.