Hablar de sexo es controvertido. Es como el amor, de hecho es la expresión física del amor. Pero definir el amor es tarea inabarcable, nada que digamos será exactamente como cada quien lo vive. Sin embargo, hay ciertas complicaciones en el sexo que pueden trabajarse en una psicoterapia para mejorar la experiencia sexual y para evitar el sufrimiento de las inadecuaciones, disfunciones o falta de sensibilización.
El sexo nos expone y entonces los problemas de inaceptación de uno mismo, de nuestro cuerpo y de sus expresiones, afectan directamente nuestra disposición para el sexo. Como es la forma más completa de expresar diversas emociones y fundamentalmente amor, los problemas emocionales se reflejan en nuestra sexualidad y su ejercicio.
Ahora bien, los problemas sexuales más comunes en los hombres en cuanto al desempeño son la eyaculación precoz o retardada, la dificultad para el movimiento rítmico y constante de la cadera, los problemas de erección, que van desde una disfunción total hasta erecciones que no se mantienen durante el coito, etc.
En el caso de las mujeres existe la preocupación por lograr el orgasmo vaginal y/o clitorídeo. Hay mujeres que nunca lo han sentido, unas que lo logran con masturbación, pero no en pareja o que sólo tienen el orgasmo clitorídeo. También hay otros problemas como el dolor vaginal ante la penetración por falta de lubricación o por vaginismo (contracción muscular que hace imposible la penetración).
Ahora bien, no debemos dejar de lado que la forma en que la pareja se acopla, el amor entre ellas, el deseo que se despierta entre ambos, son elementos decisivos para que sean sorteadas ciertas dificultades funcionales y de desempeño. El mejor afrodisiaco es el amor en las relaciones estrechas y permanentes de matrimonio.
Las relaciones fuera del matrimonio, o antes de éste suelen estar llenas de la emoción de lo prohibido, de la restricción y la limitación para los encuentros y de la constante zozobra en relaciones en las que el amor no es mutuo o está usándose como señuelo de una persona ansiosa de ser amada y aceptada. En estas relaciones parece haber una intensidad que no es real sino provocada por la incertidumbre del futuro de la relación, por el estrés y el miedo a ser descubiertos o hasta el gozo de “romper con la moral” y disfrutar de tener “poder” sobre de otra persona.
En una relación de amor dentro del matrimonio los problemas sexuales pueden verse permeados por la vida cotidiana. El trabajo, los hijos, la solución de las dificultades que trae cada día pueden hacer imposible “apartar un tiempo” para estar juntos adecuadamente. Compartir la vida con alguien no es sencillo. Surgen los conflictos por las diferencias de opinión, los desafíos de cada día confrontan a la pareja en la forma en que cada quien participa para enfrentarlos. El mal carácter, las situaciones desagradables se comparten y no como las parejas que se ven de vez en cuando en su mejor momento. Por eso las relaciones sexuales se ven complicadas por situaciones emocionales no bien resueltas en la relación.
Los problemas sexuales más comunes que mencionamos antes pueden en pocos casos tener causas orgánicas y en el mayor de los casos tener causas psicológicas. Por ello es tan importante acudir a una psicoterapia a trabajarlos en vez de que la relación se complique más por el desamor, la falta de deseo sexual, la incomprensión y el abandono del cónyuge por los hijos y/o el trabajo. Es mejor enfrentar el problema que dejarlo crecer. Algunas personas optan por huir de los problemas enfocándose en otra parte: con los amigos, el alcohol, un(a) amante, “la mamá”, la familia de origen, las fiestas, el futbol, en fin, no falta pretexto para el que tiene miedo de enfrentar el problema surgido y resolverlo. A veces eso lleva a una crisis mayor de la relación.
Los problemas de eyaculación precoz o retardada, en el caso de los hombres, pueden ser tratados con ciertos ejercicios de “masturbación inteligente”. La anorgasmia en la mujer puede superarse en la mujer en una combinación entre ejercicios similares de “masturbación inteligente”, y con el trabajo de aceptación de su propio cuerpo y de su derecho al placer. Cada quien trae una historia que permea su problema sexual de otros elementos que no son solamente orgánicos ni funcionales, sino emocionales. La psicoterapia es lo indicado.
Existen otros conflictos en lo sexual que tienen que ver con la confusión de la gente acerca de lo que está bien o no está bien en el sexo. Aquí es importante resaltar que aunque hay quienes aceptan el dicho de que “en el amor todo se vale”, que realmente haya precisamente amor y no crueldad, sadismo, masoquismo o deseo de dominar y sojuzgar al otro. A veces podemos hacer lo más común y aceptable en una relación sexual y tener en la mente sentimientos de agresividad, de posesividad, de morbo, de odio, de crueldad. O podemos hacer lo mismo o más y hacerlo con todo el amor, el respeto, la ternura y el permiso de la otra parte, asegurándonos que le hace sentir bien y no le denigra bajo ningún aspecto. Es lo que tenemos en la mente y en el corazón lo que determina si lo que hacemos para darnos placer es bueno para ambos o no lo es. Forzar a alguien siempre será una violación.
*Mtra. Ruth Holtz, Terapeuta psicocorporal, Analista bioenergética,
Psicoterapeuta psicoanalítica. Orientadora cristiana.
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