La diversa coloración en las mujeres de Uli Solner está asociada directamente con el
carácter multifacético de la personalidad femenina.
Tiene que ver más con sus variados temperamentos que con los rasgos que, aun claramente
negroides, están asociados a la mujer primigenia, aquella hembra de la cual se originó toda
la humanidad.
Las mismas que han dado con sus vertientes geográficas o vivenciales, el amplísimo y
valioso panorama de la feminidad humana.
Estas mujeres de colores son la representación también de las infinitas posibilidades de la
creatividad: no sólo natural sino plástica.
Herederas del signo vital del cosmos, su sola postura relajada y apacible y su sentido
modular, donde la variante se establece con el color, el tamaño o la materia prima de la que
están hechas, dan el ritmo a la generación en serie de ideas, posibilidades y finalmente de
situaciones, donde ellas y su autora nos permiten participar de dicha creación.
Uli Solner y Edgar Assad en diálogo sobe una de las piezas de la sección “Mujeres de colores”. (Fotografía: José Antonio Gaspar).