Basta hacer una revisión de las muestras artísticas presentadas durante el 2014 para validar la apreciación anterior.
El cierre de ese año, en la segunda quincena de diciembre, fue rebosante en cuanto al número de exposiciones inauguradas al mismo tiempo, las cuales permanecerán en exhibición durante este mes de enero de 2015, con lo cual reinicia sus actividades de manera prometedora.
El pasado 19 de diciembre, fueron inauguradas las muestras “Jauría”, integrada por esculturas de Miguel Ángel Madrigal; “La maldita proporción”, con pintura abstracta de Israel Vázquez Román; “Sueños y destinos”, pintura figurativa del artista cubano Lazer Fundora; “Organismos transmutados”, esculturas de Leonel Coronado; “Otra cara de pintura”, de Sandra del Pilar; “Disenchanted Flesh”, exposición colectiva en torno al cuerpo y “Los dioses y fuerzas de la naturaleza”, con pinturas de Rolando Guillermoprieto.
La exhibición que recibe al visitante se titula “33.333. Cristina Anzures. Dimensiones habladas y desdobladas”, con un pequeño muestrario de serigrafías en varias tonalidades elaboradas y conjuntadas por la artista veracruzana.
Se trata de un conjunto de piezas de arte cinético, que hace divertido el breve recorrido al provocar efectos ópticos en las miradas que lo aprecian.
Actualmente se ha enfocado en desarrollar el arte cinético, y aunque es complicado elaborarlo porque se requieren conocimientos matemáticos para generar efectos ópticos, afirma que es su favorito porque son muy divertidos.
Imágenes del arte cinético que presenta Cristina Anzures en el Museo de la Ciudad de Cuernavaca. (Fotografías: José Antonio Gaspar).
La creadora residente en la capital tamaulipeca ha declarado que
“El arte cinético es estar pensando, y usando matemáticas, se requiere mucho de ello, las distancias, las líneas paralelas que son un misterio porque te hacen efectos ópticos tremendos”.
Una brevísima presentación de la muestra en el MuCiC, señala: “El paso que di de la pintura al arte cinético, es como tener la sensación de entrar por una puerta en donde existe un millón de posibilidades.
“En el proceso de la creación: primero imagino la obra y determino el resultado exacto que voy a obtener; sin embargo, en el momento de su ejecución, cuando la pieza está terminada, siempre hay ese factor sorpresa, que se sale completamente de control, y que el visibilizarse es inmensamente más divertido”, escribe Anzures.
