Para esta edición, diversos géneros inundaron el emblemático Jardín Borda: música tradicional mexicana, latina, tradicional de banda, son mexicano y cubano, rock, rap, electrónica, balcánica, canción popular francesa, klezmer, música barroca, flamenco, danza, cante y reggae jamaiquino.
Durante la programación de tres días de duración para este año se presentaron las bandas: Ampersan, Zumbido, Kamikaze Beat Band, Vaivén y BaNdula.
Durante la ceremonia protocolaria del primer día, Estusha Grinberg, coordinadora del festival, expresó: “Para el próximo año haremos una convocatoria para las bandas del género de world music que quieran participar. Tamoanchan se abrirá a sus propuestas. Gracias por venir a la sexta edición de este festival.”
Acto seguido, Manuel Zepeda Mata, subsecretario de Fomento a las Artes, añadió: “continuaremos con el festival en su séptima edición y será mucho más grande. Sacaremos una convocatoria; si ustedes tienen en mente algún grupo que quieran ver en Tamoanchan háganoslo saber. Tenemos todo un año para planearlo y queremos que nos sigan acompañando.”
Bajo el sol de las seis de la tarde el día viernes, Ampersan, una agrupación mexicana cuya propuesta se basa en la unión de los sonidos orgánicos tradicionales del son mexicano y la distorsión electrónica sintetizada, fue la encargada de inaugurar los tres días de música multicultural.
Durante su set interpretaron cortes oscuros cargados de melancolía como: “Mujer mariposa”, “Desaparecer”, “Soñé”, “Tres pesos” y “Anormal”. Formada en 2007, la música de Ampersan ha formado parte de producciones de cine, teatro, danza y poesía. Con dos álbumes y un dvd, se han presentado con gran aceptación a lo largo de México, así como en España, Alemania y Estados Unidos. Mezclando de manera ecléctica géneros como rock, rap, electrónica y tradicional, Ampersan es un abanico de colores donde la identidad es el ingrediente principal.
Con la luna llegó Zumbido y su música nómada originaria de San Cristóbal de las Casas. Florent rompió el silencio nocturno con su acordeón y empezó la fiesta.
Ante un Foro del Lago con gente bailando en los pasillos, la agrupación francesa interpretó canciones de sus discos “Sans répit” y “El cañón del zumbidero” como: “Hora chiapaneca”, “La casa del azar”, “La vals sans répit”, el intenso rap de protesta “¿C’est qui le patrón?”, además de declamar el poema “Embriágate” de Charles Baudelaire.
El estilo musical de Zumbido está influenciado por música balcánica, canción popular francesa, música latina y klezmer. La calle es, para el grupo, un espacio de investigación privilegiado, donde la conexión con el público es lo más importante.
Con más de 300 presentaciones y una atención particular al trabajo escénico, la agrupación se destaca por la proximidad inmediata que establece con su público, que se emociona, desde las primeras notas, con esta mezcla de fiesta y poesía.
Para el segundo día, sábado 25, la banda morelense “Kamikaze Beat Band”, formada por los hermanos Uriel, Omar, Oliver y Jairo Contreras, fue la encargada de poner a bailar al público, quien no se dejó apaciguar por el imponente calor que caía sobre el Jardín Borda. Para presentar su espectáculo, el saxofonista Moisés Rodríguez explicó: “Kamikaze surge a base de cuatro hermanos que se criaron en la música tradicional de banda, la inquietud de todos es esto, este es el resultado final: tocar música internacional, pero sin perder el espíritu morelense. Vamos a seguir con más música, algo de la música internacional, con sabor mexicano pero de origen balcánico. La canción se llama ‘Volcánica’.” Entre las piezas ejecutadas durante su presentación estuvieron: “Kame House”, “Son kamikaze”, “Children of Sánchez”, “Cinco aztecas” y, para cerrar, “Boogie Stop Shuffle”. Su música combina ritmos latinos con el folklor y música internacional balcánica, jazz, ska y rock con un toque tradicional de banda. Su trabajo está nutrido por varios ritmos con un toque auténtico que da como resultado una banda tradicional con un toque contemporáneo. Ha participado en varios foros locales y en actividades nacionales, con miras a ocupar escenarios internacionales.
Luego, Vaivén se encargó de cerrar el segundo día de música. Impulsada por la interacción entre jaranas y guitarras españolas, una bailarina salió de un extremo para contonearse entre dos grandes espejos móviles que ella arrastraba por todo el escenario, mientras una voz masculina de cante flamenco, palmas, un arpa de aires veracruzanos y una voz femenina heredera del son jarocho se mezclaban generando una atmósfera trágica. Vaivén es una propuesta escénica innovadora que conjuga la música barroca, el son mexicano y el flamenco, a través de la danza y el cante, desde una visión contemporánea de la tradición, donde se conjugan en un mismo lenguaje, sin perder su raíz, creando un espectáculo fresco que transita entre el pasado y el presente, con matices de la tradición que los sustenta, descubriendo nuevos horizontes y lenguajes que se recrean constantemente para dar paso a la improvisación y la comunión de géneros.
El domingo 26 de abril a la una de la tarde, BaNdula se encargó de cerrar el festival Tamoanchan. Su música integró danzas coloridas con ritmos latinos y caribeños en canciones como “Tlacuache”, “El colibrí”, “Gregorio y el mar” y “La mamá pegalona”, con las que, al igual que los dos días anteriores, la gente que se dio cita en el histórico recinto se olvidó del intenso calor de Cuernavaca, se puso de pie sobre las gradas del foro y se dejó llevar por el encanto híbrido de la música del mundo.