Chicas y chicos se empujan magreándose
[…]
hasta que las ráfagas de un domingo
muerto les soplan polvo a la cara,
el polvo de un crepúsculo borracho.
La Generación perdida es un grupo de escritores nacidos en Estados Unidos hacia finales del siglo XIX y principios del XX, con cierta influencia europea. Se la denomina así porque les tocó vivir fases creativas «perdidos» en el periodo de entreguerras y participaron de conflictos bélicos.
Los nombres más destacados de este grupo son los narradores William Faulkner (1897-1962), Ernest Hemingway (1899-1961), John Steinbeck (1902-1968), Francis Scott Fitzgerald (1896-1940) y John Dos Passos (1896-1970), así como el poeta Ezra Pound (1885-1972).
Si hay que agregar algo respecto de su importancia es que los tres primeros fueron Premios Nobel en los años 1949, 1954 y 1962, respectivamente, además de que figuran entre los escritores más importantes del siglo XX en lengua inglesa.
Algunas características de la Generación perdida son –principalmente– el pesimismo y una fuerte crítica a la guerra y su inutilidad, a la voracidad del capitalismo, así como a lo que los políticos de la actualidad llaman «desarrollo» y «progreso».
La recomendación de esta semana es una novela que gira en torno a estos conceptos: Manhattan Transfer (Bruguera, 1980), de John Dos Passos.
Esta novela fue publicada en 1925, es decir, cuatro años antes del inicio de la Gran Depresión estadounidense. Con maestría, el autor anticipa las catástrofes económica y social que devinieron tras el crack financiero del 29.
La estación Manhattan Transfer sirve a Dos Passos como metáfora para desarrollar la que es considerada –quizás– su mejor novela, pues en aquélla, como en todo paradero del transporte público, confluyen personajes que se cruzan de forma constante o que nunca más se vuelven a ver.
El escenario es la ciudad de Nueva York de los años veinte. No sirve nada más como telón de fondo, sino que el escritor hace de ella un personaje, acaso brutal: devora seres y sus sueños un día sí y el otro también; luego los regresa al mundo como almas grises, despojadas de toda esperanza: hombres y mujeres completamente desolados.
La historia de la novela no está centrada en un personaje en sí, sino más bien en la masa en su conjunto: Dos Passos entrega un collage en el que nos da cuenta de los sueños y las aspiraciones de un montón de personas que creen que en Nueva York hallarán –y lo llevarán a sus vidas– el ideal de bienestar.
Con base en estas motivaciones es que cada ser fluye a través de párrafos y párrafos; sin embargo, Dos Passos no permite profundizar en la vida de los personajes, pues en cuanto el lector comienza a saber algo más, llega el cambio repentino, los espacios en blanco en las hojas como símbolo del vacío.
En la obra hay jóvenes que anhelan hacer dinero, mujeres que buscan alcanzar la felicidad, suicidas, obreros, políticos, sindicalistas; seres atormentados que beben alcohol, pese a la prohibición… Éste es un elemento de la crítica de Dos Passos hacia la sociedad norteamericana de su tiempo; sabe que, pese a la falsa transparencia en la política de ese país, la corrupción es uno de los tantos defectos sobre los que está cimentada la democracia estadounidense.
La novela no es corta (472 páginas en la citada edición), pero se lee a buen ritmo; está escrita con una técnica de alguna forma innovadora del autor en cuanto al collage que ofrece al lector a través de cientos de páginas.
El ritmo se mantiene, pese a que no existen momentos de tensión ni hay una trama que exija la atención del lector, aun cuando sólo algunos de los personajes vuelven a aparecer, años después, ya en desgracia. Muchos son presentados y pronto desaparecen, sin saber nada más de ellos. De otros nos enteramos de sus fracasos. Porque, en el fondo, es una novela de fracasos, de la soledad como único recurso para encarar la derrota frente a una sociedad que exige materializar los sueños para comprobar el éxito.
En esta obra encontramos a un John Dos Passos pesimista, pero a la vez desengañado de las falsas ventajas del progreso y demás mentiras. Sin embargo, como todo gran pesimista, deja un resquicio para que se cuele la esperanza.
Otras obras destacadas de este autor son: Tres soldados (1921), novela de corte antimilitar; la trilogía U.S.A., conformada por las novelas El paralelo 42 (1930), 1919 (1932) y El gran dinero (1936), entre otras.