António Lobo Antunes (Lisboa, 1942) es un autor del que ya no se puede escapar una vez que se ha sumergido en alguna de sus novelas. El eterno candidato al Nobel cuenta con una vasta obra que es aclamada no sólo en Europa, sino en diversas partes del mundo.
Acreedor de varios premios, el portugués ha ganado prestigio y respeto no nada más por los galardones en sí, sino por la calidad de su escritura: es un autor complejo cuya prosa –cargada de poesía– envuelve al lector en una forma de hipnosis de la que se sale como quien vuelve del sueño.
En esta ocasión vuelvo a recurrir a Lobo Antunes para la recomendación de esta semana. Antes ya comenté acerca de su novela El orden natural de las cosas, pero ahora me referiré a Memoria de elefante (1979; Mondadori, 2005, con traducción de Mario Merlino).
De entrada, hay que mencionar que ésta es la primera novela del lusitano y puede ser la puerta de acceso para acercarse a su obra. El narrador/protagonista es un psiquiatra (al igual que Lobo Antunes) que manifiesta su inquietud por dedicarse a su verdadera pasión: la literatura.
Durante un día y una noche, el narrador cuenta la crisis existencial por la que atraviesa a raíz de la separación de su esposa, a la que aún ama, y todas las circunstancias que conlleva la vida de un hombre como él. Ella también todavía ama al psiquiatra: las razones de la ruptura son desconocidas, acaso una decisión tomada desde el absurdo.
No es una novela de amor en sí. En ella, el escritor suelta un monólogo en el que repasa pasajes de su vida: la formación profesional, el trato familiar, la guerra de Angola, entre otros. Lobo Antunes se cobija con autores clásicos –Queirós, Quevedo, Emily Brontë, Carroll– para echar mano al texto y apelar a su sombra para presentarse ante la Señora Literatura.
En Memoria de elefante hay arranques del futuro Lobo Antunes. Con total honestidad –virtud de los más grandes escritores–, comparte con el lector aspectos íntimos y comprometidos de su vida que lo marcaron para inclinarse a la escritura.
El narrador se habla y escucha a sí mismo con la intención de reconocerse y ver en qué momento se perdió en el camino con el fin de reencontrarse. A veces parece ser un monólogo frente al espejo: un poeta/narrador le cuenta a la imagen quién es en ese momento el de carne y hueso.
Hay muchas alusiones literarias, como si con ellas encontrara la forma de estacionarse definitivamente en la literatura, la verdadera vocación del psiquiatra que ensaya y encamina al futuro literato que hallará en las letras el verdadero amor.
El título es «loboantuniano» por excelencia: poseedor de una memoria impecable, el autor ha manifestado que la memoria es uno de los principales recursos de los que echa mano un escritor. Así, en Memoria de elefante abre la puerta al flujo de recuerdos que recorren las páginas de su obra, que –repito– no es de fácil acceso, pero sí es distinta y representa una calidad que colocan al portugués a la altura de los mejores escritores del mundo que hay en la actualidad.
Acerca de esta novela, el propio Lobo Antunes ha dicho que está llena de defectos, pero que si él fuera editor, la publicaría por todo lo que promete en sí.
Si se toman en cuenta las posteriores obras, podría decirse que estamos ante el esbozo de lo que será el futuro creador de novelas como El orden natural de las cosas (1992), Esplendor de Portugal (1997) y Buenas tardes a las cosas de aquí abajo (2003), entre muchas otras que conforman un universo literario rico en imágenes, en recursos y en la calidad de un autor que extrañamente no es tan conocido en el continente americano como se supondría.
Si entre uno de los propósitos del lector está el de leer más o descubrir nuevos autores, António Lobo Antunes es una apuesta segura. Memoria de elefante puede ser el acceso para ingresar al fascinante mundo del portugués, que no decepciona a los lectores y hace de la vida cotidiana un viaje poético a través de sus novelas.
JORGE ARTURO HERNÁNDEZ
António Lobo Antunes estuvo en Ciudad de México a principios de diciembre de 2018.
TOMADA DE LA WEB
Participar en la guerra de Angola marcó el futuro del novelista lusitano.
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Desde hace varios años, los sellos Siruela, Mondadori y DeBolsillo se han encargado de difundir la obra de Lobo Antunes en español.