Los frijoles, además de ser un alimento básico en la dieta mexicana, se consideran un “superalimento” por sus múltiples beneficios para la salud. Con un bajo índice glucémico, alto contenido de fibra y una gran cantidad de nutrientes, son una opción perfecta para quienes buscan mantener los niveles de azúcar estables, mejorar la digestión, controlar el colesterol, y apoyar la pérdida de peso de forma saludable.
Estos pequeños granos son ricos en proteínas vegetales, que ayudan a construir masa muscular y quemar grasa, esenciales para mantener un peso saludable. Además, la fibra en los frijoles contribuye a la salud digestiva y prolonga la sensación de saciedad, por lo que son un aliado perfecto para quienes buscan controlar el apetito y la ingesta calórica. Su bajo contenido en grasas y azúcar los hace adecuados para personas con diabetes y para aquellos que buscan reducir el consumo de glucosa.
El frijol es también una gran fuente de hierro, calcio, potasio, zinc, y antioxidantes naturales, esenciales para la salud del corazón y el bienestar general. Consumirlos con vitamina C, como limón, facilita la absorción de hierro, lo que los convierte en una excelente opción para quienes buscan incrementar sus niveles de este mineral.
Finalmente, sus antioxidantes y aminoácidos ayudan a retrasar el envejecimiento celular, combatiendo las arrugas y líneas de expresión. Entre las variedades más comunes en México se encuentran los frijoles negros, pintos, flor de mayo y azufrados, todos ellos saludables y fáciles de incluir en platillos cotidianos, lo que asegura una opción nutritiva y segura para todos.