Manuel Martínez Garrigós una vez más tiene que enfrentar a los policías que han sido su talón de Aquiles.
Y cómo no estar preocupados; aunque se trata de policías de vialidad, lo cierto es que nuevamente se manda mal el mensaje a nuestros próximos visitantes.
Es cierto que los policías trabajan en condiciones deplorables, que sus salarios son muy bajos, y que en muchos casos arriesgan la vida; en otras palabras, a este sector no le ha hecho justicia la Revolución.
Sin embargo, en las peticiones que éstos han hecho al gobierno municipal hay cosas que dan risa como el hecho de solicitar postre en las comidas que reciben en el comedor de la Secretaría de Seguridad Pública.
Más bien los policía deben exigir, eso sí, salarios dignos, seguro de vida e instrumentos en buenas condiciones para combatir a la delincuencia, como armas, chalecos antibalas y otros.
Lo cierto es que este movimiento de ayer rebasó y en mucho al secretario de Seguridad Pública, el abogado penalista Rogelio Sánchez Gatica, quien no acierta en dar certidumbre a los policías municipales.
Basta recordar las quejas que los policías preventivos hicieron saber de frente al edil capitalino cuando velaban a uno de sus compañeros que cayó abatido por la delincuencia organizada.
En aquella ocasión, el joven munícipe se comprometió a cambiar las condiciones laborales de los policías no sólo en lo salarial, sino también en otro tipo de prestaciones.
Por eso insistimos en que la rebelión de ayer, que provocó serios problemas viales, era algo previsible, y que se pudo evitar pero no se hizo nada, y se permitió que el problema creciera.
Ahora, la comuna capitalina no tiene otra más que dirigir sus baterías a la Cámara de Diputados para pedir a los legisladores que en la negociación del presupuesto para este 2011 se le asignen más recursos al Ayuntamiento capitalino, que permitan cumplir con las exigencias de los policías.
Mientras tanto, el gobierno municipal está obligado a dar solución a este problema. Pues insistimos, en Cuernavaca no nos podemos dar el lujo de mostrar la imagen de que carecemos de protección; eso a la larga provoca graves pérdidas.
No hay que olvidar que la seguridad pública es algo de lo que debemos gozar todos los mexicanos, y por el momento esta obligación es para los tres órdenes de gobierno. Y, claro, habrá quien diga que se trata de elementos de vialidad, pero éstos en muchas ocasiones auxilian a la Policía Preventiva.
Por cierto, ya entrados en el tema, vale la pena hacer mención de lo que sucedió el pasado viernes en el penal de Cuautla.
Lo anterior es por quienes insisten en que se actuó a tiempo. Pero lo cierto es que se puso de manifiesto que son los autogobiernos los que tienen el control de las cárceles de Morelos.
La riña se originó por los maltratos de que fueron objeto muchos reos, quienes tenían que pagar hasta por las visitas conyugales, ante la complicidad de las autoridades del penal que nunca hicieron nada. Se dice que el motivo de aquellos que iniciaron la gresca fue porque no aguantaron las condiciones en las que estaban confinados.
Una más contra el general retirado Gastón Menchaca Arias, secretario de Seguridad Pública, quien pese a sus errores sigue en el cargo. Tal parece que se necesita algo grave para que sea removido.
De otras cosas…
En la sesión de hoy se arma la polémica en la Cámara de Diputados porque la legisladora petista Tania Valentina Rodríguez Ruiz presentará al pleno su iniciativa para reformar la Constitución Política local, y que se permita en Morelos el matrimonio entre personas de un mismo sexo. También de paso les comento que hay nuevo jefe de prensa en el Congreso, ya que ayer por la tarde sería designado Enrique Durán. Hasta el próximo martes.