Lo que pasa en el Congreso local es sinónimo de violación a varias leyes locales, que merecen sentar al banquillo de los acusados a los diputados y mandar a traer a sus suplentes, en tiempos que son un obstáculo para el desarrollo del estado, no se diga un peligro para la sociedad.
En la lucha por el poder al interior de la Cámara de Diputados se vale de todo, incluso reformar la Ley Orgánica para que se acomode al manejo de los recursos el próximo año que será preelectoral.
Hoy, el grupo parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN) junto con la chiquillada del G-5 buscan impulsar una nueva reforma interna, que les permita repartirse el poder y algunos espacios públicos más.
Por ejemplo, el caso está en dos bancadas como son las del Partido del Trabajo y Nueva Alianza, que sólo cuentan con un diputado, pretenden seguir con sus 20 trabajadores cada uno.
Es decir, en nombre de la democracia el Congreso de Morelos es un espacio de chambistas de una izquierda burocratizada y un partido que sirve sólo a los intereses de los liderazgos del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), en donde la corrupción en su dirigencia local es parte de su cotidiana labor.
Sobre ese tipo de acciones en la sesión extraordinaria de hoy habrá acuerdos, que permitan –en un primer término- poder darle la presidencia de la Junta Política y de Gobierno al diputado panista Luis Miguel Ramírez Romero, aunque su grupo esté fraccionado, con ello darle a Tania Valentina la vicepresidencia, aunque sea una sola en el Congreso y su representatividad social real sea de menos 0.7%.
Actualmente los diputados del Honorable Congreso de Morelos pretenden copiar a la pandilla del ladrón de Alí Babá y sus 40 ladrones. La única excepción es que aquí serían 30, pero con más rapacerías que las aventuras del delincuente del cuento árabe.
En sí, la Quincuagésima Primera Legislatura local está entrampada en la corrupción, en la simulación y en la violación a todas las leyes federales y locales, porque los diputados gustan de trasgredirlas.
Y si no, ahí está el diputado priísta David Salazar, quien para evitar que su secretaria particular y chofer tuviera un cobro de su bolso y del Congreso, simplemente la hizo consejera del Instituto Morelense de Información Pública y Estadística, pero no deja de ser su chofer antes de servidora pública por la transparencia.
De otras cosas…
Cuánta corrupción… no sólo en el Congreso se cuecen habas con agua sucia y podrida, también en la Sección 19 del SNTE, en donde su dirigente Luis Manuel Rodríguez Olvera y el delegado especial Moisés Armenta Vega se despachan de lo lindo en los recursos que quincenalmente les vuelan a los maestros.
Y es que vale la pena resaltar que más de 136 mil pesos para festejar su cumpleaños por parte del Luis Manuel Rodríguez Olvera, se hizo con dinero de los maestros, que por cierto proviene de nuestros impuestos. Es un exceso, como los gastos del delegado especial y representante de la maestra Elba Esther Gordillo, Moisés Armenta Vega, que tiene gastos de representación sobre los 70, 20 y 30 mil pesos.
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