Esa pequeñez cercana a la medianía, la improvisación de nuevos en el poder, la ambición de poder y enriquecimiento, el cambio de nivel de algunos que eran gente modesta y hasta buena y hoy son millonarios y malos (un ejemplo clásico: Javier López Sánchez, Chabelo, ex coordinador de Comunicación Política y de Asesores).
Esta semana dos de los candidatos a gobernar Guerrero, el del PRI Manuel Añorve Baños y su primo –un priista de siempre, ex gobernador interino-- Angel Heladio Aguirre Rivero, hicieron campaña en Morelos. Uno de los que aspiran aquí a la candidatura por el PAN, el senador Adrián Rivera Pérez, hacía trabajos en la vecina entidad pero se nota que ya está aquí, en aparente competencia con otro, del PRD, un estandarte por cierto lo quieran o no, el también senador Graco Ramírez Garrido Abreu. Se asomó uno más, el diputado federal del PRI, Francisco Moreno Merino, en una improvisada pasarela en la UAEM organizada por el buen amigo Jorge Arturo Olivares Brito. La interacción de políticos guerrerenses y morelenses pareciera anormal. Allá ya juegan legalmente. Aquí el manejo es mediático y con intenciones de permear.
Ya la juegan en Morelos, es un hecho. Decíamos en apariencia porque la actitud históricamente ruda de Graco Ramírez con sus adversarios de partido pero sobre todo con el PAN, hoy es diferente, algo parecido a lo que sucede en los vestidores de la lucha libre cuando rudos y técnicos afinan detalles para saber quién gana la primera, cuál la segunda y al final el que resulte vencedor de la batalla. Claro, el de los gladiadores del ring es un trabajo profesional, pero quién nos puede quitar la idea que entre Graco y los panistas –no Adrián, porque el tabasqueño está mucho más allá de los alcances del Cuadradito de Bassoco—existe un acuerdo de no agresión al notar el avance del PRI en muchas partes y la buena función que han tenido las insólitas alianzas entre espurios y auténticos.
Mientras, el priista Moreno Merino fue “a meter el cuerpo” por su causa y de paso por la de su partido. ¿Faltan cuántos por anotarse? Ya están los que mencionamos, pero anoten a Manuel Martínez Garrigós, el presidente de Cuernavaca, objetivo de todos, de ahí que le enderecen friega tras friega. El nieto de don Gustavo Martínez Lacarra, la va a jugar.
Así, cada vez es menos lo que falta…
Vorágine
De la mano.—La ampliación de arraigo por 40 días a Sergio Villarreal Barragán, alias El Grande, lugarteniente de uno de los cárteles de la droga en el país, marca la suerte del ex secretario de seguridad Pública de Morelos, Luis Angel Cabeza de Vaca, señalado por Barragán de recibir dinero y dar protección al cartel del occiso Arturo Beltrán Leyva. El ex funcionario estatal policiaco salió libre hace unos días de la prisión federal “El Rincón” en Nayarit y segundos después lo capturaban de nueva cuenta agentes federales con una reciente orden de aprehensión, se supo poco después la razón: El Grande lo señala directamente. El caso de Cabeza de Vaca es parecido al del ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, preso por sus vínculos con el Cártel de Juárez, liberado años después de Almoloya de Juárez, pero detenido apenas salía del penal para trasladarlo inmediatamente a una prisión del estado de Nueva York en calidad de extraditado. No se ve simple el trámite para Luis Angel Cabeza de Vaca y se justifica el nerviosismo en oficinas estatales de gobierno y en el mismo Partido Acción Nacional, porque el jefe policiaco sirvió en las dos administraciones encabezadas por panistas. Igual con el jefe de la judicial Agustín Montiel López, preso en Almoloya hace ya seis años que, dicen, se encuentra en delicado estado de salud y no se ve para cuando lo liberen aunque sea por edad avanzada. El asunto de Cabeza de Vaca va para rato. Este año, imposible, según el modelo de la justicia mexicana. Lo que sí debe hacerse es que la aplicación de la ley sea eso y no justificación a la incapacidad del propio sistema jurídico, no solo para Cabeza de Vaca sino para cualquier otro ciudadano. ¿Qué dijo de Cabeza de Vaca, El Grande? Tendrá que conocerse, tarde o temprano.
Impune.—Entre tanta comparecencia de funcionarios, con el protagonismo clásico de los devaluados diputados locales, han pasado por alto una referencia pública –en esta columna hace tres meses—sobre un presunto desvío en el Instituto Estatal de Educación Básica, cometido por un subsecretario de administración o finanzas (no sabemos exactamente el cargo) que ha estado lo mismo ahí que en otras dependencias, fue diputado local y regidor de Jiutepec para más señas. Es militante activo del PAN y es bajito de estatura. Un empleado descendido de cargo, usado para esas y otras maniobras ilegales, comentó al que escribe, que en esos días que hubo una devolución de un banco por aproximados 11 millones de pesos, que recibió el funcionario y le ordenó a los ejecutivos que lo depositaran en la cuenta de su esposa y no fue reintegrado a la institución educativa que, por cierto, no tiene con qué pagar pensiones a cientos de profesores jubilados. Buscamos a nuestra fuente para que ahondara en la información, pero desapareció como fantasma. Nos comentan que fue rehabilitado en alguna dependencia estatal por el mismo funcionario con la condición “que se mantuviera quieto”. No, si salieron finísimos algunos de estos señores que circulan por la vida con aparente humildad pero son raterazos-raterazos-raterazos. Pronto daremos el nombre y apellido del susodicho, solamente hay que corroborar algunos datos. En tanto, si los diputados quieren hurgar en serio en las alforjas del IEBEM o en la secretaría de Educación, se llevarán una ingrata sorpresa. Hiede por ahí.
Epidemia.—De pronto surgió el furor por la historia, el rescate de lo nuestro, y para fortuna de todos nos llenamos de cronistas, historiadores, rescatistas y anexas. Todavía hace cinco, seis años, los cronistas existían, hacían su tarea, pero no se iba más allá. Los medios se abrieron, surgieron algunos escondidos, se reconoció a los de siempre como Juan José Landa Avila, don Sergio Estrada Cajigal Barrera, su hermana Adriana, se consolidó el que ha sido en los últimos tiempos el más preciso, ameno y moderno como es Victor Cinta Flores, el arquitecto, político, que ha encontrado como la Magdalena su verdadera vocación, que nos trae lo contemporáneo y no se remite a viejos documentos que en ocasiones ni aproximaciones a la verdad tienen. Por ello llama la atención la controversia sobre monumentos o conjuntos escultóricos o como se llamen verdaderamente, ejemplo el del general Zapata en el Jardín Juárez. Está bien, enriquecen. Sin embargo no es una discusión común, nos encontramos ante un respetable sector con algunos pequeños defectos, como que cada quien tiene la verdad absoluta. Así que a Zapata no lo mueven y que el ciudadano común lo visite o lo rodee. Ellos, la gran mayoría, el pueblo--pueblo, al final, son los que mandan. Lo demás es lo de menos. Además, entre tantos personajes distinguidos, preparados y verticales, se han colado pelafustanes, truhanes, verdaderos malandrines de la vida que usan como escudo su nuevo estatus de cronista cercano a intelectual. Ojalá y la expulsión de esta gente sea natural, porque de lo contrario van a requerir purgantes. De todo como en botica.
Muy bien.—Cómo no reconocer los esfuerzos de organismos como la Canirac por mostrar el hermoso rostro que tiene nuestra capital y todo el Estado de Morelos. En la caravana de eventos –uno en Ciudad Ayala, otro en Cuernavaca y los que vengan—demuestran que ese es el camino a seguir en el rescate de la imagen de nuestra tierra que, claro, es mucho más que la entintada y baños de ondas hertzianas nos han dado gracias a que, también es un hecho, existen grupos organizados de la delincuencia. Sin embargo, no se encuentra Morelos como se cree en otros lados. Es cierto, la nota roja llama la atención, pero ya es un suplicio prender el televisor y meterse en los canales de noticias para irse a la cama a soñar con la violencia. Es un hecho innegable que existe el crimen, que se encuentra organizado y Morelos por su geografía, por ser un paso importante, por su clima, por la cercanía con la capital, por lo que gustemos, ha vivido eventos fuertes. Pero también es una verdad de a kilo que en un altísimo porcentaje los ajustes de cuentas suceden entre personajes que tienen alguna liga con la delincuencia. Se habrán equivocado de objetivo, en su momento lo conoceremos, pero los hijos y quienes vengan de ellos no pueden estar sentenciados por esta generación a vivir arrinconados, en casas amuralladas o con el miedo a flor de piel. Por ello, hay que felicitar a Angel Adame y sus socios de Canirac como Moy junior, de ese lugar tradicional, rumboso y ya un icono como son Los Arcos y reconocer que una de las áreas del gobierno que funcionan, y bien, es en Turismo donde se encuentra un paisano que genera controversias pero tiene una condición indiscutible: quiere la tierra que lo vio nacer. Se llama Hugo Salgado Castañeda. La tarea de los restauranteros, dueños de bares, discoteques, antros, tiene que admitirse y respaldarse. Morelos lo merece y lo necesita.
También buenas.—La gráfica del gobernador Marco Adame Castillo acompañado de Fernando Bahena Vera, secretario de Agua y Medio Ambiente, en la ciclovía que antes fuera la vía del tren México—Cuernavaca, es una buena noticia. Para no creerlo, pero la CEAMA que no hace mucho con el señor Hinojosa Martínez era un desastre y generaba suspicacias, camina bien con el oriundo de Atlacomulco, Morelos –no confundir con el bonito poblado de políticos mexiquenses--. Hay que ir un dominguito con los nuestros a conocer.