Las mujeres y los ancianos han sido relegados en diferentes sociedades.
Muchos de los problemas sociales y de salud, en países desarrollados y en países en vías de desarrollo, son muy similares aunque por diferentes causas.
En los países en vías de desarrollo, las mujeres, por ejemplo, sufren desnutrición; en países desarrollados, sufren porque llevan estilos de vida sedentarios y regímenes alimentarios deficientes porque no tienen una cultura de la nutrición.
La población comienza a envejecer cuando la fertilidad declina y disminuye la mortalidad, como en el caso de muchos países europeos, como Alemania.
Sabemos que, desde el enfoque de género, la supervivencia femenina es mayor que la del hombre, porque el hombre, en general, tiene hábitos nocivos de salud, como lo es el fumar.
Por ejemplo, la mujer en Japón y en Francia vive en promedio más de 80 años, mientras que en África, en Sierra Leona, alcanza sólo 35.
Por ejemplo, en Estados Unidos se hallan los porcentajes más altos de viudas que de viudos, la fuerza laboral femenina es menor que la masculina en todos los grupos de edades, la educación es más alta para los hombres en todos los grupos, el 10% de la población mayor a 55 años son pobres, las mujeres alcanzan las cifras superiores de pobreza y llegan hasta el 15% en el rango de 75 años y más, el seguro de los trabajadores retirados (medicare) es insuficiente en muchos casos.
En México, el gran problema es que la mayoría de los ancianos ni tienen seguro social y muchísimo menos un seguro médico como el que manejan en Estados Unidos.
Las mujeres se encuentran en una posición en desventaja respecto del control de los recursos necesarios para la protección de la salud.
El acceso a los servicios de salud desempeña una función fundamental en la calidad de vida de las mujeres de mayor edad.
Las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, el cáncer, la osteoporosis (causada en gran medida por el consumo de refrescos), la incontinencia y los padecimientos mentales como la depresión y la demencia han sido identificados como las áreas donde la mujer presenta más problemas de salud.
Como el envejecimiento poblacional es un fenómeno mundial, la transición demográfica de países desarrollados y en vías de desarrollo ocurre de formas diferentes; los primeros experimentan el cambio de manera más lenta y gracias a ello han podido perfeccionar políticas públicas (sociales y de salud) acordes con sus características. Los países en vías de desarrollo tienen un proceso de envejecimiento más acelerado sin la infraestructura adecuada ni los recursos para prevenir las consecuencias, además de los problemas económicos y sociales no resueltos.
Un punto importante: la prevención, ¿cómo? Con orientación nutricional, una vida activa en todos los aspectos, el ejercicio tan importante, el control de peso, ayudará a envejecer con calidad de vida.