Imaginemos un molcajete con todos los ingredientes necesarios para el crecimiento de la administración pero venenosos, que van a generar una intoxicación casi general porque falta en la mesa de trabajo las reflexiones, los razonamientos de quienes miden la temperatura social y el bienestar común antes que el interés o la conveniencia política.
Es lo de menos si entre un grueso de ciudadanos con razones de su presencia se encaraman vivales, vivos o tontos de la política, porque el tema de fondo va más allá de cualquier fulano, hijo, tío, suegro o entenado de quien quieran. La aparición de Adrián Rivera Pérez, senador por Morelos, panista de convicción, de pronto encuentra el mismo reflector que la gravedad del evento social. Sí, Adrián ha sido todo menos un hombre al que se le respete en la práctica política. Es un sujeto de circunstancias, de pobre vertebración política y proclive al enfermizo enriquecimiento material aunque le conocemos que parte de la cuna más honorable cuanto humilde, y sin ser empresario o profesionista de éxito no es rico, sí millonario. Él es producto de la pobreza que padecen los que se dedican a la política en Morelos, nuestra querida tierra, que digan lo que digan, carece hace años, muchos, de auténticos liderazgos. En palabras del paisano: Estamos Jodidos.
Una prueba de la falta de liderazgos es que en ninguno de los 33 municipios de la entidad ha sobrevivido en el mando un solo partido durante los últimos tres procesos. Cuernavaca es el PRI y los dos anteriores PAN; Jiutepec, PAN y PRD las dos últimas; Cuautla, PRD, PAN y PRI; Temixco, PAN, PRD y PRI. Y así nos vamos hasta llegar al número 33. Es un caso especial del mapa nacional, no sabemos si el único, pero refleja que no se han asentado liderazgos en ningún lugar. En pocas palabras: la decisión de la gente cada jornada electoral fluctúa por diversas razones que a los que van a competir debiera preocuparles conocer. En el caso de Cuernavaca, en esta columna advertíamos desde noviembre de 2008 que había una corriente fuerte entre la sociedad que consideraba que se terminaba la oportunidad para el PAN. El PRD estaba sin articulaciones y el PRI ofrecía resultados en otras regiones del país que apuntaban hacía él.
No fue gratuito tener esa percepción que día a día fortalecíamos consultando a los que se debe: el taxista, el empresario, el comerciante, el obrero, el profesionista, el policía. Y como este quehacer lo obliga, había que compartirlo. Hubo, obviamente, reacciones poderosas que generaron conflictos que muchos conocen y que han hecho que este espacio permanezca pero en constante mudanza. El periodista también tiene amigos, pobre de aquel ser humano que desconozca esta condición básica de vida y la amistad no viene adornada con un color de partido. El periodista, también, se atreve a hacer pronósticos y aquí lo hicimos, en esta columna. Dijimos que el PAN no iba a ganar (noviembre de 2008), que solamente robando al PRI (febrero del 2009) y finalmente que ni robándolo (mayo del 2009). Hablamos específicamente de Cuernavaca, nunca imaginamos que quienes fueran nominados por este partido iban a ganar en cualquier lugar. Fue en palabras del 2000 del gran Carlos Monsivais: “El Hartazgo Social”. El PAN ametralló a los morelenses en este tiempo, y no es ningún atrevimiento indicar que aunque de los milagros dicen que no existen, sólo uno de éstos les va a permitir refrendar el poder en el gobierno del estado.
La lógica llevaría a colocar al PRI en la condición única de ganador en el 2012, y aunque con reservas lo hemos escrito, con la garantía de que el periodista no entierra pacientes en una falla quirúrgica o los tiene en prisión por errores jurídicos. Deja su firma como huella para los tiempos de los tiempos. Es necesario establecer para el PRI la importancia de un trabajo impecable desde su nueva dirigencia en los siguientes seis meses, iniciar un modelo de liderazgos regionales que fortalezcan su proyecto y consoliden a Amado Orihuela Trejo, porque si bien su votación es cuantiosa en su ejercicio interno, eso no basta para garantizar la victoria. Tampoco el hecho que los demás partidos evidencien debilidades que también, en el siguiente semestre, podrán tener una conversión.