El sentimiento de los dolidos directamente y quienes entran en terrenos del miedo y la rabia, rebasan la intención de cualquier partido o político. Esto es otra cosa que este -no sabemos si perverso o pobre hombre- Germán Castañón, no quiere entender públicamente. Quizá en su interior—interior, muy pero muy adentro- tenga algún sentimiento coincidente, pero su vertebración obediente entran en los terrenos de la declaración estúpida.
Lo que sí entiende Castañón es que cada marcha es un síntoma de debilidad de la administración panista.
Cuando decenas de familias –no sólo la de Javier Sicilia—lloran su luto, levantan la cruz, los panistas como Germán, persignados y con lista perfecta de asistencia a la doctrina sabatina, difaman, dañan, ponen sal en las heridas, muestran mezquindad.
La marcha de ayer (redactamos antes de ella, una hora más o menos) es obligada. Van a ver los agentes del gobierno rostros y expresiones de personajes de la vida social y comercial de Morelos que nunca se habían atrevido a tomar la calle. Hay un hartazgo. ¿No lo percibe Castañón y su PAN? Sí, su PAN, porque hay militantes de este partido más responsables, no proclives a la lisonja cortesana ni a la ofensa corriente.
¿En qué ayuda Castañón en su calidad de panista y presidente del comité estatal de Acción Nacional, al gobernador Adame, al presidente Calderón, con declaraciones absurdas, ofensivas y agrestes? Por ello, tanto Adame como Felipe no saben qué hacer con los dirigentes de su partido, que cada que abren la boca los meten en un brete. ¿Quién sugirió a Castañón emitir ese vómito de tinta y ondas hertzianas? ¿Quién los asesora? Es su enemigo, porque colocaron a este señor que ha sido un alto burócrata que no ha ganado respeto político y social alguno, pero con esta “extraordinaria declaración” seguramente fue a recibir el abrazo reconocido del Ejecutivo. Este, inteligente, preparado y más conocedor del medio informativo, tenemos la confianza que no lo reciba o despida con una bofetada, porque si revisan a detalle lo que expresó Germán, se la ganó con creces.
Al 10 para las seis
El reporte de un compañero, amigo sobre todo, a bordo de su motocicleta, es que a las 17.40 (la marcha inició pasaditas las cinco de la tarde) de La Paloma de la Paz a la Estatua del General Emiliano Zapata era una postal impresionante, una multitud. Palabras textuales: “Es impresionante, hay de todo, incluso niños, en algunos rostros se nota el miedo, en otros la determinación. Si con esto no agarra la onda el gobierno, quién sabe con qué”.
Y como suelen ser estos eventos donde la logística es natural y la hace el pueblo. En Tlaltenango se hace la primera estación y el agregado de gente, luego en La Pradera, después El Túnel, en El Calvario es importante, pero los que lleguen a la Plaza van a mostrar el tamaño de la voluntad ciudadana.
No alcanzamos a compartir que es lo que se va a decir en Plaza de Armas, pero esta columna hecha en dos partes, regresa a la primera: ¿El PRI de Cuernavaca, qué autoridad pudo poner de acuerdo a tanta gente? Ayer leemos en la mayoría de medios y luego en la red el comunicado de parte de los organizadores: no a políticos, sí a civiles que se dediquen a la política. ¿De dónde salió lo que dijo Castañón?, porque si eso creen él y el PAN, desde este momento que hagan maletas de cuanto cargo público posean, porque la gente “manipulada” así lo determina.
Señoras y señores, en Morelos se han perdido los liderazgos, por eso la entidad se encuentra de cabeza, cualquier intento es vano. El elemento principal del ciudadano hoy, hoy, hoy, es la seguridad, es recuperar sus calles, es caminar tranquilamente por esos lugares frescos y sabrosos de nuestra tierra. A muchos nos han arrebatado carne de la carne, sangre de la sangre de una manera o de otra, pero este tipo de manifestaciones indican que lo único que podemos perder si nos rajamos, es la vergüenza. Hay que defenderla.
Pobre PAN. Con ese dirigente que “devolvió” –como llaman algunas personas a vomitar—no serpientes, ajos y cebollas, sino frases tontas, estúpidas. Pobre Germán, con tanta responsabilidad y tan ligero.