Al Obispo de Cuernavaca y a la Iglesia Católica

Reproducimos el texto enviado por grupos sociales preocupados por las condiciones que vivimos en Morelos:

Cuernavaca, Morelos, a 17 de abril de 2011

Don Alfonso Cortes Contreras

Obispo de Cuernavaca

Óyelas, corazón, como sólo los monjes sabían escucharlas

atendiendo en el rezo su incesante llamado

Con los pies en la tierra.

Así los escuchaban,

Escuchando el arriba y el abajo,

Preservando en sus tumbas el suelo que habitaron con nosotros.

No es así que tú puedes escucharlos en el espacio en sombras de un mundo interpretado.

Pero escucha la queja de lo Abierto,

el mensaje incesante, esa advertencia que viene desde lejos,

ese rumor tan suave que casi nadie escucha

y llega a ti de todas las iglesias,

Como si en esas piedras, que guardan la memoria de los muertos,

Habitara la llama de su estar con nosotros,

de su sola presencia en la resurrección

y descorriera un poco nuestras sombras.

Porque es difícil vivir en un mundo sin ellos,

Difícil no sentir a nuestros muertos alimentando las obras de los hombres;

Difícil no seguir sus costumbres, que apenas conocimos;

Difícil habitar en las sombras

Como un alucinado que repentinamente recobra la memoria

Para luego volver a su intemperie;

Difícil ver aquello que los hacía nuestros flotar en el espacio y diluirse.

Fragmento del poema “El sobreviviente” de Javier Sicilia

Reciba un cordial y respetuoso saludo.

Los firmantes somos una comisión de la Red por la Justicia y la Paz, un colectivo, mayoritariamente de jóvenes, que nace a raíz de la indignación social por la ejecución de siete personas el pasado 28 de Marzo en Cuernavaca.

Entre esas siete personas estaban los hermanos Julio Cesar y Luis Antonio Romero Jaime, Gabriel Alejos Cadena y Juan Francisco Sicilia Ortega.

Estos terribles crímenes de inocentes, hubiese pasado simplemente a las estadísticas nacionales de la barbarie y el horror de nuestros días, de no ser porque el padre de Juan Francisco, nuestro querido y respetado amigo Javier Sicilia, es una personalidad dentro del mundo de la cultura en nuestro país y más allá de sus fronteras.

Como usted seguramente está enterado, el dolor y la angustia de este padre ha sido canalizado a exigirnos a todos, que pongamos nuestro mayor esfuerzo para buscar un alto al holocausto que diariamente se vive en nuestro país y que cobrado la vida de más de 30 mil personas a lo largo y ancho del territorio nacional, de Monterrey, de donde seguramente le llegaran terribles testimonios, a San Fernando, Tamaulipas. De Cuernavaca a Ciudad Juárez….

Obviamente su mensaje ha sido en primer lugar dirigido a las autoridades de los tres poderes y los tres niveles de gobierno, a la sociedad civil, a los sindicatos, a los partidos, a las iglesias…

Le anexamos con esta carta, el texto leído por Javier Sicilia el pasado miércoles 15 de Abril en el zócalo de Cuernavaca.

Este día acudimos a usted para solicitarle dos cosas:

Primero que escuche usted, después de Semana Santa obviamente, a Javier Sicilia, como padre, como católico, como hombre de fe que está dando un testimonio rotundamente cristiano y evangélico.

Escúchelo y proceda en consecuencia.

En segundo término le rogamos que el fruto de su diálogo, si así lo considera pertinente, lo socialice con sus sacerdotes y sus fieles en la entidad.

Coincidimos con Javier en su reflexión sobre el gran papel que puede jugar la Iglesia Católica para ayudar a encontrar los caminos adecuados para salir de esta espiral de violencia e impunidad que envuelve a nuestro país.

Cordialmente Por la Red por la Paz y la Justicia.