Sabemos que tarde o temprano, la familia ya no podrá continuar dando al enfermo la atención que requiere, pues, al avanzar el padecimiento, se hace más difícil el asistirlo en el hogar. Cuidar a un enfermo demencial se convierte en un trabajo muy difícil y complicado, porque es un trabajo de veinticuatro horas y requiere que las personas, tengan una capacitación profesional y sean especialistas en atender a este tipo de personas.
Pensar en llevar al familiar a un lugar, llamémosle centro o residencia geriátrica, puede resultar ser una decisión muy difícil de tomar y por supuesto, que requiere de tiempo; generalmente, después de que el adulto mayor ha estado en diferentes casas, de diferentes hijos, ellos se dan cuenta que no pueden hacerse cargo y además, estar llevando al adulto mayor de casa en casa, resulta muy difícil, además de que no ayuda a los mayores, los desubica y entonces comienzan a buscar un espacio para ellos y la decisión se vuelve de mayor responsabilidad para los familiares.
Los miembros de la familia sufren cuando tienen que aceptar la declinación inevitable de un pariente, sea el esposo, la esposa, el hermano o hermana; se tienen sentimientos encontrados, porque, por una parte, se sienten aliviados al darse cuenta de que, finalmente, han tomado la decisión y por otra, les asalta el sentimiento de culpa por delegar tareas tan abrumadoras en otras personas. También pueden llegar a sentir ira, porque no existen muchas alternativas para la atención, en especial, de este tipo de enfermos.
La mayoría de las personas se resisten a llevar a un ser querido a un geriátrico, y aunque no todas las familias procuran a sus viejos, las estadísticas muestran claramente, que la mayoría no los “deposita” en estos lugares, sino que hacen todo cuanto pueden por posponer o evitar internarlos y no los abandonan en estos lugares, sino que los visitan regularmente.
Recordamos que, anteriormente, las familias cuidaban a sus mayores en su propio hogar; pero antes, las personas no llegaban a edades tan avanzadas, los viejos eran personas de 50 o 60 años a lo mucho, y los que se hacían cargo, eran los hijos jóvenes de 25 o 30. Hoy día, los hijos de un padre cognitivamente deteriorado tienen más de esos 60 años.
Ahora bien, ya hemos dicho que la palabra “Asilo” despierta imágenes negativas en la mente de muchas personas; sin embargo, del 2000 a la fecha, y especialmente en México, hay lugares donde dan una buena atención y es la mejor alternativa para una persona enferma.
No todos los asilos merecen la mala reputación que en general tienen, pero la publicidad que se les ha hecho, ha puesto de manifiesto la necesidad de hacer grandes cambios para mejorar la calidad de los servicios.
En España, existen más de cinco mil residencias geriátricas, y todas ellas tienen que tener su licencia de funcionamiento, su permiso por parte de las autoridades sanitarias, su reglamento interno, etc.
En México, registrados no hay más de 150, recordemos que en el país existen más de diez millones ochocientos mil adultos mayores; además, estas residencias tienen una capacidad máxima para 100 personas (en el caso de los más grandes en el DF) y en los diferentes estados, son pequeñas instituciones que no albergan a más de 25 personas. Claro que esto es una gran ventaja, aunque muchas personas piensan que son lugares demasiado pequeños, pero al contrario, entre menos personas sean, es mejor, puesto que la atención se vuelve personalizada y a las personas adultas mayores eso es lo que les gusta; se forman grupo de cinco o seis amigos, que juegan, que ven televisión, que hacen ejercicio, que tienen un programa durante toda la semana, etc.
¿Cuál es el momento “adecuado” para llevar a nuestro familiar a un sitio como estos? En los artículos anteriores hemos comentado que primero tienen que ponerse de acuerdo la familia porque debe haber un familiar directamente responsable.
Continuaremos con el tema la siguiente semana y les recordamos los siguientes eventos gerontológicos:
13 y 14 de mayo, en la casa Olga Tamayo del DIF: Jornadas Gerontológicas de 8:30 a 14:00 hrs.
A partir del 11 de junio al 15 de octubre (todos los sábados de 8:30 a 15:00 hrs), el Diplomado ofrecido por la Dra. Rocío Magallón para todas aquellas personas que cuidan a un familiar dependiente o desean prevenir y prepararse para el futuro. Informes al teléfono: 2303299. Inscripciones abiertas hasta el 31 de mayo.
Les recordamos la página de la red de las personas adultas mayores del estado de Morelos: www.redadultomayor.com y les avisamos de la junta del mes el día martes 31 de mayo a las 10:00 hrs. en la Comisión de Derechos Humanos de Morelos, en Galeana 35 colonia Acapatzingo.