Un argumento reincidente de los que gustan de golpear por la espalda al hijo de don Víctor y a otros, es la falta de arraigo. ¿Cuál?
Para los que lo desconocen, Samuel nació en el Distrito Federal, a los cuatro años vivía en Morelos donde su padre era representante de firmas comerciales, que recorría de norte a sur y de poniente a oriente la entidad colocando sus productos. Hizo la primaria y secundaria aquí, es digno egresado de la Froylán Parroquín, vivía con su familia en Carlos Cuaglia y posteriormente en la calle Guadalajara por los rumbos del hoy Hospital General. Jugó futbol infantil y juvenil con Camilo Castañeda, Mario Wilber Cordero, los hermanos Turcato, Jorge Candia; con muchos de ellos se frecuenta en grupo.
Su padre, don Víctor, era gerente de La Cervecería Modelo en Cuernavaca pegada al Melchor Ocampo –hoy son los Pullman de Morelos—. Y conocimos a Samuel, niño, cuando ayudaba al jefe arreglando los refrigeradores y picando el hielo para que las Victorias y las Coronas estuvieran heladas. Su papá, un hombre fuerte, enérgico, como el mayor de sus hijos, lo traía pegadito, taloneando. Tenemos la postal en la mente: don Víctor caminando rápido y el pequeño Samuel de ocho-diez años, atrás, cargando lo que fuera, en el estacionamiento oriente del mercado “Adolfo López Mateos”.
¿Cómo no recordar a los Palma, si don Víctor financió a través de su empresa la techumbre de lámina de las fondas del mercado?
Sus estudios profesionales fueron en el DF, pero la familia siempre ha permanecido aquí. Él mismo cada semana tenía que regresar. Fue cuando lo atrapó la política con Luis Donaldo Colosio Murrieta a principios de los años 80. El sistema personal del sonorense capturaba al que se atravesara con talento. En la comisión de Programación y Presupuesto, como oficial mayor del PRI, en la presidencia del CEN, en Desarrollo Social y la coronación de equipo con Colosio como candidato. Samuel Palma siempre fue uno de los tres hombres más cercanos, eficaz colaborador y amigo personal. Eso lo obligaba a estar cerca, sin descanso.
Cerca, siempre, hasta el fatal desenlace del magnicidio del prometedor sonorense. Del equipo de Luis Donaldo, a los que gustan de revisar los archivos periodísticos, el que hasta la fecha aparece como el referente es Palma César, año con año manteniendo vivo a Luis Donaldo a través de entrevistas, la mayoría de ellas incómodas para el Sistema, porque es de los que gusta decir la verdad. Vertebrado para la política, Samuel se instaló en el DF por razones del quehacer, pero nunca dejó de estar con la familia ni verse con sus viejos amigos de la escuela. Dos veces diputado federal, constantes encargos nacionales de su partido (presidente del PRI Morelos para los olvidadizos, el que saldó la derrota del 2000, delegado estatal, presidente de la Fundación Colosio, coordinador editorial del CEN, vicecoordinador parlamentario), Palma César está aquí, permanentemente hace ocho años, para los que gustan hablar de residencia, en un caso donde la mejor prueba de residencia son los negocios familiares como el de don Víctor, que día a día levanta las cortinas y cuando las baja es para ir a tomarse su café con los amigos de hace 50 años.
Es notorio que a Víctor Samuel Palma César buscan estropearle su evento, el que ha preparado con su equipo hace meses. Es un activo importante del priismo morelense hoy; lo ha sido siempre del priismo nacional. Se trata de un cuadro profesional de los que dignifican el oficio de la política. Por ello, no penetra el encono ni las intenciones perversas de auténticos fuereños, con convicción partidista, que un día están empanizados, otras panalizados y las más en la búsqueda de negocios turbios de la política.
Critican que su equipo es endeble. No sabemos si denominarlo así, es desconocer nombres, cargos y apellidos. De los que alcanzamos a ver en el entorno de su proyecto en el sector popular, indican lo contrario: Luis Flores, Víctor Rubio, Patricia, Catalina y Claudia Lavín, Francisco Argüelles Vargas, Carlos Guerrero, sólo por mencionar a algunos. Son más, construidos no en la base de la generación expedita de empleos o las prebendas; no, más bien en el desarrollo a través de un político profesional que se ha adaptado a las condiciones de la tierra que lo alberga hace más de 50 años, la misma de su familia ha enriquecido con emprendedores como su padre y hermanos.
Cuando la tarea ha sido transparente como es el caso de Samuel Palma César, las descalificaciones perversas, ocasionales, ocurrentes o por consigna, no penetran. Es, el hijo de don Víctor, el ejemplo que colegas describen como aptos para hacer política sin daños: de cola corta y lengua también corta además de discreta. De los que trabajan pues. El dicho de siempre del “hubiera” encaja, aunque ya en lo imposible, pero en caso que a Colosio no le sucediera aquello de Lomas Taurinas en Tijuana, a Samuel Palma César le hubieran sobrado paisanos morelenses al ser el primer secretario de Estado “Made in Morelos”. ¿O no?
Es inminente dirigente del sector popular y va a desarrollar un trabajo eficiente y profesional. Está hecho para ello.
¿Atlacomulco?
Ampliamente recomendada la columna “Punto y Aparte” del querido colega y amigo Guillermo Cinta: “SOY DEL GRUPO ATLACOMULCO. Y LA MITOMANÍA DE POLÍTICOS MORELENSES”. Hay que leerla y la comentamos pronto. Memo es de los periodistas que conocen las entrañas del viejo y actual sistema político, por cierto en plena decadencia. Un abrazo al buen Cinta.
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Hey
EL POLITICO Y PROFESIONISTA SAMUEL PALMA CESAR ES UN EXCELENTE ACTIVO DEL… Compartelo!